En la carta del 2 de diciembre de 1939 Alfonso Reyes vuelve sobre algunos puntos que quiere aclararle a Pedro Henríquez Ureña por razones de amistad y conocimiento. La línea trazada por AR sugiere sin embargo, lecturas puntuales sobre aspectos nodales de literatura, cultura, ambientes y memorias.
“Pedro:
Aunque temo importunarte con encargos, la verdad me resulta muy extraño no acudir a ti de preferencia. Se me ofrecen dos cosas: ya en un recado anterior te rogué que me hagas enviar cierta obra sobre las “Atlánticas” que acaban de publicar en Buenos Aires, dos autores uno de ellos Imbollini. No conservo la ficha. La vi anunciada en LA NACION. ¿No sería posible? El otro asunto es preguntar a Ravignani ¿Qué hay de la Bibliografía de Cortés, de J.T. Medina y arreglada por Feliú Cruz, cuya publicación estaba en marcha en el Instituto de Historia (no sé si recuerdas que me encontré esta obra inédita en mi viaje a Chile de 1933; habiendo averiguado que no tenían dinero en Stiago. (sic) para publicarla, obtuve que de México enviaran Dls. 500.00, que nuestro Encargado de Negocios, Fernández de la Regata entregó personalmente a Feliú Cruz”. (Carta, México 2 de diciembre 1939, enviada por AR Pedro Henríquez Ureña, Vid. Op. cit. pp. 464-465).
AR, sin embargo, se queja de Feliú Cruz quien al parecer manipuló la publicación y no se ha sabido qué ha sucedido con la obra:
“Este, según todas las apariencias, dispuso del dinero, y ahora hace publicar la obra en el Inst. de Ravignani. A mí no me importa: lo que quiero es saber de la obra y recibirla cuando salga pero conviene que conozcas estos antecedentes”. (Ibídem.).
AR está interesado en publicar cosas de Sudamérica que se ignoran en México:
“Estoy procurando informar en EL NACIONAL, único diario decente aunque pobre en México sobre cosas sudamericanas de que aquí ignoran todo. He publicado ya un art. sobre Buenos Aires visto por Rinaldini, sobre Korn visto por Romero; pronto saldrá uno sobre Vaz Ferreira, pronto otro sobre la Revista de Filología Hispánica. De todo os enviaré y os he enviado ejs. –A BOOKS ABROAD envió noticias con datos sobre actividad de libros, etc., en México. A la Revista de las Indias, de Bogotá, envío cosas con aires de memorias: pronto saldrá “El reverso de un libro”, algo que hay detrás de mis Cap. De Lit. Española (me agradaría saber que te han llegado: no seas tan mudo conmigo). A Sur mandé “Pasado inmediato”, aquello sobre nuestra generación ¿Por qué Losada le dice a Cosío que la editorial de Vic. Oc. es “franquista”? ¿No es llevar muy lejos la competencia? ¿Qué diablo sucede?.
Alfonso le lanza estos asuntos, preguntas y problemas a Pedro, quien poco descansa por tanto trabajo que tiene, sin contar con los frecuentes eventos de salud y familia que le abruman. Reyes, sin embargo, concluye con argumento favorable:
“De todos modos nosotros sabemos que Losada es el No. 1. Digo nosotros: la Casa de España y el Fondo de Cultura Económica, instituciones generales, que nos repartimos entre Daniel y yo). (Despachamos en oficinas contiguas, pasamos el día trabajando juntos). A LA PRENSA mando cosas sueltas, buenas y malas. En gran parte, hago todo eso para completar mi estrecho presupuesto. Gasté cuanto tenía en la espléndida instalación de mi biblioteca”. (Ibídem. Loc.cit.).
Alfonso siente mucho que Pedro no pueda ver La Capilla Alfonsina, la fantástica biblioteca hecha al gusto de sus amigos:
“Lástima que no puedas verla . Cuando tenga fotos, enviaré. Por primera vez después de 25 años me junto con todos mis libros y papeles. El orden me ha servido: puedo movilizar en un instante notas muy antiguas. Ahora mi gran empeño es limpiarme de libros de acarreo, cosas de la dispersión de mi vida en estos lustros. Tengo ya copiados unos 4 libros de este carácter, y otros tantos a medio copiar. A la vez, adelanto cosas nuevas “(Vid.p.466).
En efecto, la explicación que se desprende de la narración de AR, implica la práctica de la edición de sus obras, algo que está en sus intereses de manera marcada y orientada:
“Por desgracia la editorialidad es aquí mucho menos conveniente de lo que parece de lejos, y a Losada no sé si atreverme a enviarle estas cosas, porque Guillermo de Torre siempre me dice con insistencia que sólo mandé cosas absolutamente inéditas y de tema de conjunto, con lo cual me ha excluido prácticamente por un par de años. Aquí hay esto: El viejo Robredo, editor de libreto históricos (Sahagún, Díaz del Castillo) según el criterio no muy allá de Ramírez Cabañas; los Ferrúa, sin plan ni atractivo, donde Toussaint y Castro Leal (en gran renacimiento), publican sus cosas, el Fondo de Cult. Econom., la Casa de España (ediciones llenas de erratas, no lo hago yo, sino Daniel; Séneca de Bergamín, con planes algo absurdos y pisando sobre Losada en algunas cosas, pero creo que acabará por hacer cosas de “grupitos”; la Ediansa de Siles, con grandes planes, aún en el aire; La Atlántida, antigua Labor, que quiere hacer “Enciclopedia” (!), etc.” (Ibídem. Loc. cit.).
Todo este panorama de la editorialidad, plantea para Reyes un trabajo, un desarrollo intelectual, un cuidado editorial y un avance en cuanto a la cultura del libro. Ahora bien, sobre revistas, AR le muestra a PHU su parecer:
“Revistas: Letras de México y Taller (menos importante y segura), inficionada de la canallería irredimible de esta joven literatura que ha perdido toda la nobleza y el espíritu de las letras; Los Anales, del Inst. de Toussaint, limitado; la Revista de estudios universitarios que acaba de lanzar con Ant. Caso la Facult. De Fil. Y Letras con colaboraciones de profesores; la del Inst. Panamericano de Geografía e Historia, bastante revueltas y pesada Silvio Zabala no está aquí, sino en Washington, Guggein misado: no es muy amplio de espíritu, aunque sabe más que los demás); etc.” (Ibíd. Loc. cit.)
La línea de trabajo con revistas es para AR importante en la medida que las mismas ofrecen valores y horizontes espirituales. En este sentido, y, según le expresa PHU:
“He llegado a concebir con Daniel el sacar una Revista de Humanidades; tenemos fondo; pero sería preciso asegurarnos las colaboraciones de un año (sería trimestral). ¿Crees que vale la pena, después lo mucho y bueno que hacen ustedes?. Aquí hay ahora la indecisión del próximo cambio de gobierno. Ya sabes lo que es este país. Espero tu respuesta sobre Justo Sierra, ya en marcha. Escríbeme, por favor. Dime algo sobre lo que te pido y te consulto. No lo dejes para mañana. Porque entonces se te olviden mis preguntas. Ahora mismo, en estilo telegráfico, a lápiz, como quiera!” (Ibídem. pp466-467).
AR no pierde la oportunidad de recordarle a PHU su necesidad de escuchar consejos, respuestas o pareceres sobre sus proyectos. De ahí la insistencia en organizar cosas que, de todos modos, le interesan a su amigo y orientador.
Sin embargo, 1939 es un año de mucho trabajo y presiones familiares, docentes, y su salud no siempre es buena, tal como se lo repite a AR en sus cartas. El trabajo editorial en Losada es intenso y constante; sus proyectos avanzan también en el Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires y allí también prepara publicaciones académicas de alto nivel intelectual, tal y como ya lo hemos señalado a lo largo de nuestros ensayos.