“Cada día se hacen más apretados los años, y cada día me encuentro con menos tiempo para todo. Contra las reglas de previsión de las compañías de seguros, trabajo más mientras más avanzo en edad. Por eso no puedo adquirir el compromiso de escribir el estudio sobre Don Justo. Claro que me gustaría; pero no tengo de dónde sacar horas para hacerlo, y además aquí faltan materiales, comenzando por la obra misma”. (Carta de Pedro Henríquez Ureña a Alfonso Reyes, enviada desde Buenos Aires el 21 de diciembre de 1939, p. 467).
PHU le pone en claro AR su falta de tiempo para asumir el trabajo sobre Don Justo Sierra, solicitado por AR en carta del 2 de diciembre de 1939. También le narra e informa a AR el contexto y las condiciones del trabajo editorial, así como las políticas de difusión editorial que ahora gobiernan en Argentina y en casi toda Hispanoamérica, debido a la guerra europea y los problemas de todo tipo que ésta genera en el orden internacional y en los marcos económicos, políticos y culturales nacionales:
“Ravignani me informa que ahora van a sacar un libro de Torre Revello sobre el libro en América y después vendrá la Bibliografía de Cortés. No te mando lo de Imbelloni, porque no puede valer la pena. Imbelloni es un italiano vivo que maneja con relativa habilidad las pocas cosas que sabe, pero que ignora muchas, y fantasea de modo peligroso, porque lo disfraza lo suficiente para que el que no es técnico pueda creer que lo que dice es cierto. En resumen, macaneador. Y fascista.” (Ibídem.)
PHU le ofrece a AR algunos detalles del uso fascista en las editoriales argentinas. Le explica el hecho que marca las relaciones que se dan en el proceso de asimilación de poderes europeos, incidentes en el marco profesional de la edición y los editores en la Argentina y arroja en esta carta los casos, síntomas y elementos orientados al autoritarismo cultural:
“A propósito de fascismo: no es inexacto decir que la Editorial Sudamericana estuvo dominada algún tiempo por los intereses o por lo menos los temores fascistas (fascismos, géneros, franquismo, especie). Los hechos son muchos, y muy sabidos aquí. Todavía hoy, aunque ha aflojado la presión franquista, y aunque la guerra de Europa obliga a nuevas actitudes, no publican nada que les parezca avanzado: ni siquiera Keyserling, de quien estaba traducida y pagada una obra. Si lees o miras, o hueles, lo que publican, lo comprobarás”. (Ibídem. pp 467-468).
En efecto, los elementos que conforman este encuadre político denotan un contexto de imágenes públicas, relaciones políticas y sociales propias de un tiempo que se debate entre la crisis, las variables institucionales y económicas, no solo en Argentina, sino también en todo el ámbito latinoamericano, donde PHU encuentra detalles y aspectos que suponen acciones y respuestas sobre “la mentalidad cavernaria” que regula casi todo en la actual situación político-cultural:
“Los pormenores son largos de contar. La causa: El interés dominante es el de Rafael Vehils, el de la Chade. Él no es fascista: tiene mentalidad de gran industrial, y por lo tanto sin afición a la definición política; aparte de su mentalidad de industrial, como persona, lo que le queda de persona, es de tendencia amplia. Pero como español tenía que cuidarse –por sus intereses en España – de hacer nada que pudiera ofender la mentalidad cavernaria. Y eso se reflejó en la editorial. La cual, además, no es de Victoria: ella es uno de los accionistas, pero no el principal…” (Ver, Ibídem.op.cit.).
El panorama que presenta PHU y que le pone en claro a AR, también arroja datos sobre lo que ha significado en Argentina el negocio editorial y los saldos del mismo. La inversión en imprentas, revistas, periódicos y cuerpos editoriales implica, en un encuadre como el que le presenta Pedro a su amigo Alfonso, una empleomanía especializada y un campo ocupacional necesario para llevar a cabo una empresa propiamente editorial que dinamice el producto intelectual, lo pueda difundir y lo asuma como trabajo cultural e industrial. Desde su llegada a la Argentina PHU ha vivido de la educación y la empresa editorial en calidad de editor, productor de textos, organizador de medios de publicación, consultor, profesor y divulgador de libros para el avance y desarrollo de la literatura.
Su colaboración con Narciso Binayán, la revista Sur, Losada, la Biblioteca de dialectología hispanoamericana, entre otros medios de publicación, lo convirtieron por aquellos años en una autoridad como promotor editor de textos educativos y literarios. En el marco de la tensión creada en el ambiente editorial argentino, Henríquez Ureña puede “defenderse” como consultor, editor y difusor de libros clásicos y modernos en un momento económico problemático.
“La sud-americana se ha hecho cargo de los libros que tenía publicado SUR, pero Sur, como revista queda fuera de la editorial, sigue siendo obra personal de Victoria, y, como ves, antifascista. Victoria recomienda a la Editorial los libros que le gustan, pero creo que cuando se encuentre con algún libro avanzado que quiera publicar lo hará imprimir por su cuenta. Otro de los socios es Oliverio…” (Ibíd.loc.cit.”)
La vanguardia en Argentina tuvo sus opciones ultraístas, martinfierristas, imaginistas; tiempos de Borges, Macedonio Fernández, Roberto Arlt, Victoria Ocampo, Oliverio Girondo gran poeta y pintor a quien se refiere PHU y a quien conoció en Buenos Aires, ya siendo un renovador del discurso poético no solo argentino, sino también sudamericano. Quien redacta el manifiesto martinfierrista es justamente Oliverio Girondo en 1924, pero antes, en 1922 se publica la primera edición de los Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, Calcomanías en 1925, para más tarde, en 1954, publicar en Losada En la Masmédula.
PHU desarrolló sus actividades editoriales, intelectuales, educativas y culturales en una Argentina donde las vanguardias incidieron y donde construyeron proyectos artísticos, culturales y literarios de gran significación y alcance. Los centros difusores de cultura y los representantes editoriales y literarios, pero además, la influencia de la autoridad institucional, crearon entre 1930 y 1940 un aparato administrativo y político influyente y apoyado por cierta tendencia fascista en algunas instancias de poder.
Tal como se lo ha explicado PHU a AR, el franquismo- fascismo se hizo presente en la sociedad argentina desde los años 30 hasta los años 40 y siguientes.
Muchos intelectuales, profesores, escritores y artistas hicieron de Buenos Aires y otras ciudades argentinas lugares de protección. De ahí que PHU insista de una manera sobria en una explicación que involucra al franquismo y su incidencia en la educación y la cultura del momento.
En el caso de SUR, Oliverio era uno de los socios. Resulta de esta carta de PHU que la Editorial Sudamericana estuvo dominada por los intereses fascistas (fascismo, franquismo, género, especie). Según PHU, “Oliverio… aunque no es de los que han puesto más, ha tomado la empresa como un asunto personal y trabaja todo el día en ella; ha encontrado al fin un que hacer en la vida. Ahora han hecho cuatro libros para niños, a seis pesos, y han hecho en Amigos del Arte exposición de los dibujos y cartones que sirvieron para ilustrarlos: Toño Salazar, un Ali Babá, arreglo de uno de los Guillot Muñoz; Horacio Butler, una geografía argentina, escrita por María Rosa Oliver; Berni en San Martín, escrito por Rinaldini; Ballester Peña, el maestro de los pintores de los Cursos de Cultura Católica, un Niño Dios” (Ibídem.).
A propósito de juntar trabajos y papeles viejos ya publicados, Pedro le manifiesta a Alfonso su parecer contrario. “Ya era tiempo –le aconseja- de que te pusieras a escribir algo. Esos papeles viejos ya están publicados donde debían estarlo”. Nuestro autor le responde también sobre el caso Alarcón y de cómo va recibiendo las publicaciones mexicana sobre el mismo:
“Voy recibiendo lentamente las publicaciones mexicanas sobre Alarcón. Pero no todas. Cuando hayan llegado todas, es posible que haga una reseña general en la RFH”. (Ibíd.loc.cit). Siendo esta la última carta de 1939 que se registra en el Epistolario… es importante destacar el juicio, la crítica y la orientación literaria, política, editorial y cultural de la misma.