“La salida de Genaro Estrada ha traído para mí una lluvia metódica y organizada de reclamaciones ficticias de cuentas oficiales, sin duda porque entre nosotros todo se entiende como acción y reacción y, puesto que dejó el puesto Genaro, hay que procurar molestarme. Veremos si esto pasa pronto. Si continuara, yo no podría soportarlo”. (Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña desde Río de Janeiro, 25 de marzo de 1932, p. 437)
La intranquilidad del mundo diplomático literario e hispanoamericano ha logrado crear e imponer desplazamientos costosos a muchos intelectuales afirmados sobre el cuerpo del triunfo o el fracaso. La lucha por la existencia literaria es un puerto, una ventana, un vuelo y un horizonte que cada vez más se abre o se cierra en la historia de la cultura literaria de la América continental. Regularmente el intelectual hispanoamericano mira hacia adentro y hacia afuera de su espacio de origen. Lo que origina el intercontacto literario, cultural y social.
Así ha sido su historia dramática. Sin embargo, es importante destacar que la supervivencia económica y familiar impone a veces pactos con el sistema político-social y cultural que los coloca en un tiempo como triunfador y en otro tiempo como perdedor. Esa lucha, esa guerra, se hace visibles a todo lo largo del Epistolario íntimo… y en muchos momentos de su(s) obra(s). Tal es el caso de AR y PHU.
En AR la intranquilidad no cesa debido a su trabajo como diplomático y su interiorizado trabajo de escritor e investigador histórico, literario y lingüístico. Por su parte PHU ha tenido que ligarse, acceder a puestos públicos en México, Argentina y Santo Domingo. Pero más ha podido su vocación, trabajo y oficio humanístico por encima de lo que puede ofrecerle la esclavitud estatal y burocrática. Por esa presión, pero también, por su vocación educadora, instructiva y formadora está PHU en su país, República Dominicana como Superintendente de Educación y bajo las órdenes del Presidente Rafael L. Trujillo Molina, sirviéndole a su modo, al país.
He aquí algunas inquietudes de Reyes con respecto a la situación actual en México y en el mundo diplomático de entonces:
“Pienso publicar dos o tres cosas de poesía y otras tantas de prosa este año. Todo dependerá de mi suerte. Hay un desaliento general entre los diplomáticos mexicanos: desde los más nuevos, hasta los jefes de Misión, y hasta Genaro, que acaba en Madrid de decirle a Rodolfo que ésta es una carrera estúpida y que él no resistirá más de un año. Las reducciones de honorarios son fabulosas. Mi situación es ya irregular, pues no podré en adelante repetir ninguna de mis recepciones (y aquí siempre las esperan de las Embajadas). Por supuesto que estoy mejor así: estoy trabajando”. (Ibídem.)
El Epistolario no registra más cartas entre 1932 y 1938. Entre tiempo, PHU ha tenido sus altas y sus bajas en cuanto a tropiezos y triunfos intelectuales, culturales y literarios. Entre conferencias, ensayos y monografías especializadas ha producido instrumentos como aportes para la investigación y como ya hemos visto, en 1930 publicó en La Plata su fundamental ensayo titulado Aspectos de la enseñanza literaria en la escuela común, así como la Guía para el uso del libro del idioma.
Justo en 1932 publica su famosa contribución filológica titulada Sobre el problema del andalucismo dialectal en América, publicada como Anejo 1 en la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana; en 1936 publica su monografía titulada La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo como Anejo II de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana; y en los Cuadernos de la cultura teatral, publica su ensayo histórico-crítico El teatro en la América española.
En los años en los cuales se interrumpen las correspondencias en la edición estudiada del Epistolario íntimo… publicará en 1938 su famoso ensayo lingüístico Para la historia de los indigenismos como Anejo III de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana.
El Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña registra la primera carta que le envía Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña el 24 de febrero de 1938. La dirección de PHU es, en aquel entonces, Instituto de Filología, Calles Florida y Viamonte, Buenos Aires, Argentina. AR ha regresado a México por motivos de su trabajo en Río de Janeiro y por asuntos pendientes allí:
“Aunque todavía no tengo nada definido, las cosas se van orientando, gracias a la excelente voluntad que he encontrado, en el sentido de crear una Fundación de Cultura con fondos oficiales y donativos extranjeros. Si logro, podremos hacer muchas cosas”. (Vid. p. 441, Op. cit.)
A seguidas le envía con Pedro un mensaje a Amado Alonso quien dirige el İnstituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires:
“Te ruego que digas a Amado Alonso que, aunque encontré en la Universidad la mejor disposición para traer a Rosenblat (ignora la ortografía exacta), no creo que esta institución ofrezca por ahora las seguridades necesarias. No quiero embarcar a nuestro amigo en un mal barco. Agradeceré que si como me figuro logro mis proyectos, seré yo mismo quien lo traiga”. (Ibídem.)
AR no pierde oportunidad de darle cuerpo a sus proyectos y de lograr contactos con personas que deseen aceptar materiales ligados a cierta producción intelectual:
“Te ruego además que me mandes una pequeña lista con direcciones de personas interesadas en arquitectura y urbanismo mexicanos: ya tengo las de Rinaldini, Noel, etc. se trata de hacerles llegar la revista ARQUITECTURA Y DECORACIÓN de Luis Cañedo Gerard”. (Ibídem.)
Desde Buenos Aires, PHU le escribe una carta sobre diversos aspectos ligados a publicaciones y proyectos lingüísticos y culturales. Su relación de amistad con Amado Alonso y Ángel Rosenblat llama la atención, en tanto su talento investigador es importante y de interés para PHU.
“Sobre Rosenblat, supongo que sabes está invitado a Quito. Mi idea (se la he dicho a Amado) es que él debe irse cuanto antes a Quito (lo importante es salir del infierno europeo) y allí esperar la invitación de Méjico”. (Carta de Pedro Henríquez Ureña a Alfonso Reyes, 31 de marzo, 1938, Op. cit. p. 442)
En 1938 se publicaron obras importantes de PHU, entre ellas La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo. Y en tal sentido le explica a Reyes sobre su interés por una estrategia orientadora sobre adquisición de este libro:
“Si te preguntan por mis trabajos, dirás a quienes interesa de veras mi libro sobre La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo. Lo tengo con dedicatoria para Monteide y no sé a dónde enviárselo: Nunca me acordaba de preguntarte sus señas. Lo envié a diez o doce, pero de nadie he tenido respuesta”. (Ibídem. p. 442)
Nuestro autor trabajó en 1938 sobre temas lingüísticos y filológicos de interés junto a otras preocupaciones editoriales y pedagógicas atendibles y necesarias:
“El libro sobre Méjico y su español (colección anotada por mí) debe salir en abril: ya corrijo los índices alfabéticos, que son muy largos. Después daré otro, breve, todo mío, sobre palabras antillanas. Después El idioma español en Santo Domingo”. (Ibidem.)
La respuesta de Reyes llega el 3 de mayo de 1938 y entre las cosas que destaca es la difusión de sus obras y el modo de obsequiarlas:
“No sé si te agradará el sistema de obsequiar tus libros con sólo tu firma, y sin indicación de la persona a quien se envía. Si así fuere, podrás enviarme 5 ejemplares de La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo, y otros tantos del libro que trata sobre El idioma español en Santo Domingo. Yo te ofrezco distribuirlos con gran cuidado. Sin duda tú sabes bien a quién debes enviar el libro sobre el español en México, pero también puedes hacer lo mismo”. (Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña del 3 de mayo de 1938, p. 443).