Los informes evaluativos sobre el profesorado y el trabajo docente-formativo de PHU y AR piden los ejemplos necesarios para la comprensión de sus vidas, dedicadas a construir tipos especiales de instituciones ligadas a las humanidades, a la enseñanza media y a la enseñanza superior. La validación como profesor e investigador de PHU en el Instituto de Filología, adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires ha sido honrosa, pero a la vez subpagada como esfuerzo intelectual.

Sin embargo, PHU, quien según Amado Alonso fue un ejemplo de profesor-investigador, no solo en Argentina o México, sino también en otros lugares de trabajo donde enseñó era de un rigor profesoral magnífico y orientado a la gestión práctica de la enseñanza de la lengua. El profesorado en la escuela común y en la Universidad de La Plata donde colaboró con lo más granado de los intelectuales y maestros que allí dictaban cursos y prácticas de castellano (Lengua y Literatura), fue el espacio donde surgieron escritores, editores, educadores, orientadores pedagógicos que hicieron aportes en el proceso de formación de la Escuela del Profesorado y del nivel propiamente universitario.

El derrotero que llevó a la muerte a PHU fue uno de los puntos que produjo el deterioro de su salud. La visión de un programa orientado a la formación organizacional del sector educación en Argentina, logró aportar instrumentos teórico-prácticos para el desarrollo de la enseñanza media y universitaria. Nuestro autor fue víctima de la crisis del sistema educativo argentino, debido al límite político propiciado por el mismo gobierno argentino.

PHU llegó a la Argentina cuando la economía era floreciente, según entiende él mismo en varios momentos del Epistolario…, principalmente varios meses después de su llegada, cuando nuestro autor comparaba el florecimiento de Argentina con el de los Estados Unidos; se refería a los niveles de facilidad ofrecidos en el espacio público y privado de ese país.

Nuestro autor tuvo que trabajar sin los derechos salariales formales que le correspondían, debido a los obstáculos legales de residencia y nacionalidad. Lo que creó dificultades de nivel e integración en cuanto a ejercer como profesor adscrito, regular o titular. PHU presentó programas respaldados con instrumentos pedagógicos facilitadores para el desarrollo de la educación preuniversitaria y universitaria, habida cuenta de las barreras creadas por el mismo sistema educativo argentino.

Sin embargo, los recursos de trabajo educativo que asumió PHU en México fueron mayores, hasta producirse las contradicciones entre José Vasconcelos, Vicente Lombardo Toledano y la represión y posterior renuncia del mismo Pedro Henríquez Ureña por razones que ya hemos explicado en otros momentos de nuestra interpretación. La aventura educativa iniciada en México y en Estados Unidos facilitó su trabajo en La Plata y Buenos Aires.

Los cobros salariales como profesor en Argentina, no eran suficientes para vivir con cierta comodidad entre 1930 y 1943, año en que fallece precisamente dirigiéndose a su lugar de trabajo en el Bachillerato en La Plata y luego de asumir sus responsabilidades con la editora Losada donde era editor. Toda esta situación de multiempleo le generó deterioro en la salud que le provocaron el infarto cerebral que le produjo la muerte.

Las informaciones en este sentido se encuentran de manera dispersa en algunos ensayos escritos por colegas, amigos, escritores y familiares para honrar su memoria. Sin embargo, la evaluación y resultado de su magisterio, los encontramos en un trabajo orientado a la toma de consciencia de lo que es la sectorialización de la educación y la departamentalización del sector preuniversitario y universitario.

En su conferencia titulada Aspectos de la enseñanza literaria en la escuela común, PHU muestra los pasos de proceso de su argumento:

“… puedo en cambio ofrecer a mi auditorio la contribución de mi experiencia en el Colegio de la Universidad. Me he atrevido años atrás, en colaboración con mi amigo don Narciso Binayán, a ofrecer a las escuelas primarias una obra para la enseñanza del castellano; y los resultados obtenidos, gracias a la buena voluntad de los maestros, me autorizan a creer que la atención que he puesto en observar las necesidades y los procedimientos de la escuela primaria no ha ido enteramente descarriada”. (Ver Aspectos… en Cuadernos de temas para la educación primaria, 20; Facultad de Humanidades y ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, La Plata. 1930; ver texto citado en Odalís G. Pérez: Pedro Henríquez Ureña: Historia cultural historiografía y crítica literaria, Eds. Archivo General de la Nación, Santo Domingo, 2010, pp. 249-250)

Según PHU:

“Quien haya de enseñar a estudiantes de los años iniciales en la escuela secundaria, y muy en particular del primer año, es por necesidad juez de los frutos de la escuela elemental: es natural que el éxito del profesor dependa, en gran parte, del éxito previo del maestro. Somos jueces por necesidad, no por presunción, y nuestro juicio no debe tener otro valor que el de una comprobación objetiva: más que nuestra opinión individual sobre el éxito de tal escuela… debe interesar nuestra impresión sobre los resultados de la enseñanza elemental en su conjunto y las observaciones nuestras que puedan contribuir a hacer fáciles y claras las relaciones entre los dos tipos”. (Vid. Op. Cit., p. 250)

La misma evaluación de contexto que presenta PHU en un auditorio académico, hace posible, visible y escuchable lo que es propuesta, demanda e interés de la formación en la escuela común, y principalmente en el colegio de La Plata:

“No sé si entre mis oyentes haya quienes se asombran todavía de que sea un catedrático de literatura quien confiese que el arte literario no puede enseñarse. Como es posible que los haya, voy a explicarme. Toda obra de arte implica una gramática y una retórica. La gramática tiene que aprenderse y puede enseñarse. La gramática nos da las reglas sobre el uso del material con que hemos de realizar nuestra obra: el material nos la impone. Así, en pintura existen las reglas generales del dibujo, existen reglas elementales sobre el óleo, y sobre el temple, y sobre la acuarela, y sobre la aguada, y sobre el aguafuerte, y sobre la punta seca, y sobre todos los demás procedimientos: tales reglas constituyen la gramática del arte pictórico, y sin ellas no es posible comenzar a pintar”. (Op. cit. pp. 251-252)

En efecto, PHU insiste en la enseñanza de la gramática de los textos y la situación como una teoría viable y formativa:

“La teoría gramatical de nuestros textos es el conato imperfecto de la ciencia del lenguaje, que ha sobrevivido en la enseñanza común, tanto primaria como secundaria, en espera de que la desaloje la lingüística: consumación que devotamente debemos desear para cuanto antes. Pero, al contrario de lo que sucede con las reglas sobre los medios de expresión de las otras artes, las reglas sobre el buen uso de los idiomas se pueden aprender con poca colaboración de la escuela: se aprenden, sobre todo, prestando atención al habla de las personas cultas y leyendo buenos libros”. (Ibídem.)

La visión que sustenta el Epistolario íntimo… sobre los momentos en que se produjeron los fenómenos educativo-culturales e institucionales que incidieron en las estrategias, procesos, niveles, condiciones de posibilidad y trabajo, sobresale en algunos ensayos fundamentales que a partir de 1913, en México y luego de su estadía en Argentina entre 1924 y 1946, sugieren experiencias basadas en un contexto propiciador de buenas prácticas literarias, lingüísticas y educativas.

Sin embargo, ahí están los textos y ensayos de fundamento para seguir forjando tiempos y ensayos para construir memorias incidentes en la enseñanza de la lengua y la literatura: Tablas cronológicas de la literatura española (1913), Antología de la versificación rítmica (1918), El libro del idioma (en colaboración) (1928); Guía para el uso del idioma (1930); Gramática castellana (1939, Vols. 1-2); El español en Santo Domingo, 1940), y otros que en todo el proceso de cambio educativo aportaron ideas y puestas en práctica para la enseñanza de la lengua y la literatura.