La historia del Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes, no es solo un intercambio de cartas de dos amigos o eruditos, sino la implicación de vida, más allá de la ocurrencia, circunstancia, escritura y pensamiento que encontramos en el conjunto y el detalle escrito como forma –sentido y narración contextualizada.

Fuera de los imprevistos, dilemas, conflictos, encuentros, desencuentros y otros fenómenos surgentes del intercontacto de dos maestros, polígrafos y humanistas se construye toda una vida cultural, literaria, social y estética asumida como amor a las letras, el saber y la creación verbal.  Dicho Epistolario… empezó a constituirse en la primera década del siglo XX, tal y como se hace observable en el primer tomo del mismo, publicado por la UNPHU, bajo la iniciativa y compilación de Juan Jacobo de Lara.

La base misma del Epistolario íntimo es, ante todo, la amistad que surge mediante el contacto con las letras, el pensamiento, la educación y las artes.  Desde muy joven, AR asumió la amistad con PHU desde un ideal filológico, filosófico y cultural cuando el dominicano llegó a Veracruz, México en 1906 en busca de un mejor y mayor horizonte de trabajo y vida .Allí editará la Revista Crítica.

En aquel entonces, PHU ya tenía cierta experiencia adquirida en Cuba y los Estados Unidos de América, donde comenzó a trabajar como periodista cultural, ensayista, reportero y crítico de arte.  Esta experiencia de trabajo se hizo patente en su llegada a México, donde comenzó a colaborar como crítico literario en revistas, entrando pronto en contacto con escritores y periodistas mexicanos de la época .Se unirá a las protestas de los intelectuales mexicanos contra la dictadura de Porfirio Díaz en 1907.

Por aquel entonces, empezaron a surgir las vanguardias literarias y artísticas en Europa, pero desde 1904 en New York, PHU estuvo en contacto con aquel fenómeno de búsqueda, ruptura y experimentos con los nuevos lenguajes de comunicación que empezaban a cobrar fuerzas en el mundo europeo difundiéndose más tarde en América Latina y también en los Estados Unidos .Ya había publicado en Cuba sus Ensayos Críticos en 1905.

El Epistolario íntimo ha sido el  Speculum humanae vitae de ambos amigos en sus naturales desarrollos individuales.  Los vínculos creados por ambos “corresponsales”, revelan actitudes, acciones, sorpresas y hechos de todo tipo, así como vertiente de trabajo en el marco de las letras hispanoamericanas.  Las pasiones de Reyes y los apuros, límites, aprestos y desplazamientos de Henríquez Ureña, movilizaron en sus profundidades culturales y cardinales de pensamiento el mundo intelectual, editorial, educativo y social de la América continental y en parte la visión peninsular estremecida por las vanguardias de comienzo de siglo XX.

Como se ha podido ver en el tomo 1 y el tomo 2 del Epistolario íntimo… todo un trabajo de consciencia literaria, cultural y filosófica surgió a partir del ateneísmo como tendencia de foco cultural que influyó desde México y España en diversos países de la América hispánica.  La influencia ejercida por el mismo AR en las primeras dos décadas del siglo XX en Madrid y por PHU en aquel México de comienzo de siglo en el marco del porfiriato y la Revolución Mexicana, constituyó un camino y un núcleo educativo, cultural, literario e ideológico donde se funda la Universidad Popular, bajo la línea del ateneísmo como práctica y razón de ser del pensamiento institucional, cultural en un México atravesado por ideas de progreso, desarrollo y un humanismo de nuevo tipo.

Es importante destacar que el periplo de llegada a La Habana, para luego seguir hacia Veracruz y posteriormente a ciudad México, implicó una nueva visión y una travesía crítica donde se establecieron los contactos necesarios para trascender como joven maestro, crítico y profesor socrático en un México de grandes inquietudes políticas, sociales y culturales.

Pedro Henríquez Ureña aun teniendo compromisos en México en la segunda década del siglo XX, piensa, “mira” hacia Santo Domingo desde la lejanía.  En Cuba la situación no estaba muy bien, pero en Santo Domingo tampoco, según le cuenta su primo Enrique Apolinar Henríquez desde New York (ver carta del 22 de febrero de 1912, en, Treinta intelectuales dominicanos escriben a Pedro Henríquez Ureña, 2015, op. cit, pp. 308-309.

Según la carta de Enrique Apolinar Henríquez (Quiquí-Phocás), en Santo Domingo se presentó una situación peligrosa.  Lo que parece todo un panorama políticamente complejo, aparece en esta carta de su primo como un caso alarmante:

“Tú sabrás que apoco que dejaste el país… llegue yo. Por la señorita Feltz y por Mon supe de tu temporada allí.  A los informes de Federico di menos créditos porque es tan iluso, que siempre ve las cosas mejor de lo que son en verdad.  Esta benevolencia suya, me hizo dudar de lo que él me diera como impresiones tuyas”. (Ver, p. 308).

La carta de Enrique Apolinar Henríquez la recibió Pedro en el momento de asumir un concepto de Revolución ligado a la cultura mexicana en ebullición y cambio.

En México, en Santo Domingo y Cuba hubo momentos de turbulencia política, debido a problemas económicos y serios conflictos gubernamentales.  Según le comunica su primo Enrique Apolinar Henríquez a PHU desde New York (en su ya citada carta):

“Supongo que Mon te comunicaría los apuros que corrí en Santo Domingo a causa del suceso político que ocasionó la muerte de Cáceres.   Es mi creencia que debo la vida a la pronta acción informativa de las Feltz, quienes se echaron en mi busca, presas de pavor, para obligarme a una reclusión que minutos después sería imposible.  Yo era un señalado; es decir, un sentenciado de las salvajes furias de los felinos de los sostenedores de la degradante tiranía de Cáceres.  Tal vez tuvieran motivos.  Mi dignidad y mis ideas no han de congeniar jamás con las odiosas tiranías que tanto daño han inflinjido al honor i bienestar nacionales… Tuve que abandonar, por su puesto las labores urbanizadoras que había emprendido; y aquí me tiene, nervioso espectador de los lastimosos acontecimientos que se suceden sin que un hecho digno de gloria ponga término a tanto desacato.  No he de extenderme en cosas que por la larga lejanía te son extrañas; pero quiero hacerte saber, por si lo ignoras, que Santiago Guzmán Espaillat, la más alta representación de la democracia en el país, ha sido ruinmente asesinado como lo habría sido ni aun bajo el sombrío réjimen de Heureaux” (Ibídem. pp. 308-309).

Como contexto y contraste y para sustentar mucho mejor el primer tomo del Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes (op. cit), la narrativa de EAH se expresa en su vivencia cuasi-plástica.

PHU había salido de Santiago de Cuba para Santo Domingo el 11 de mayo de 1911, a pasar una corta temporada.  El 18 de mayo le escribe a su amigo Alfonso Reyes informándole sobre su llegada a Santo Domingo (ver, tomo 1, op.cit.p. 134).  Le retrata el panorama urbano, literario, cultural y sus relaciones de amistad con la señorita Leonor Feltz y su admirable cultura (ver carta de mayo 30, pp.135-137), y sobre la vida literaria de entonces le ofrece a AR el siguiente panorama:

“La vida literaria está menos bien de lo que yo creía.  Los muchachos, desconocido para mí, -entre quince y treinta años de edad- se han adueñado de la situación, y los viejos que quedan en la brecha en la capital (están fuera de aquí Lugo, Cestero, Fiallo, Enrique Henríquez, Aibar, los dos Deschamps, Peña Reinoso, en el extranjero; García Godoy y Deligne en provincias) los halagan o los toleran.   Y no falta talento –hay más, entre los jóvenes, que en Cuba-, pero sí disciplina”. (Ibídem. pp. 135-136).

propósito de disturbios y contrariedades políticas, AR le escribe a PHU una carta desde México fechada el 6 de junio de 1911 (“Por la noche y en casa de Antonio Caso”), donde le comunica su inquietud:

“Pedro: he tenido más contrariedades de lo que puede suponer.  Los disturbios de México han llegado a molestar la vida privada de las gentes.  Tuve que desempeñar (dentro de la misma capital) algunas delicadas misiones que me dejó Rodolfo (su hermano) al salir a La Habana a recibir a mi padre.  Este llegará mañana o pasado mañana.  Ya triunfó la revolución.  Madero llega mañana. El Gral. Díaz se fue ya. No podía yo, por razones familiares que en los últimos días se hicieran gravísimas, darte detalles de la política mexicana.  Lo sabrás todo cuando vengas.  Nos espera una época agradabilísima y de civismo serio”. (Ver op.cit. tomo 1, p. 137).

El ambiente político visto desde el Epistolario íntimo…hasta Treinta intelectuales dominicanos escriben a Pedro Henríquez Ureña (Bernardo Vega, Editor, op.cit.), se complementa como explicación mediante las cartas entre los corresponsales que informan desde sus “miradas”  y realidades concretas en movimiento.