Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes han creado un diálogo que necesita una experiencia de lectura y profundidad crítica mediante la palabra y la memoria. El tema de la intelectualidad mexicana y en general hispanoamericana se pronuncia como cuerpo y visión mediante el ritmo informativo y expresivo de la prosa epistolar, justificada como vida en, y, dentro del sujeto.
De ahí que la palabra busque el camino de la concepción del valor en la obra y su significación. El espacio visional asumido desde el lenguaje y el estilo, va ordenando los objetos e imágenes literarias que a su vez son recordadas por el lector. Pero la experiencia de escribir transmite a su vez el orden crítico, memorial y conceptual de una convicción y una motivación pujante desde el ser y la palabra.
Precisamente las cartas que conforman este Epistolario íntimo se abren a una reflexión que hace de la cultura, la educación y la institución social un movimiento de razón crítica, intuición y sentido, toda vez que en el horizonte de interpretación del sujeto, la escritura asume el mundo como forma, visión, conocimiento y reconocimiento.
El hecho de que la amistad como discurso permita crear un marco ideal con tonos estéticos, críticos, culturales y literarios entre otros que acompañan el cuerpo literario, significa y a la vez implica un marco de necesidad de los interlocutores. De ahí que tanto PHU como AR hayan asumido un espacio dialógico e ideológico a través de sus cartas íntimas.
Una visión del otro como presencia, valor y ser en el orden social y cultural tendrá presente siempre la cosmovisión del sujeto como recuerdo, sentido e intencionalidad. La misma línea de intensidad amistosa revelada por la (s) carta (s), va construyendo un relato de vida y trascendencia sociocultural en cuyo centro encontramos la lengua y el sentido entendidos como suma de mediaciones e imagen de mundo.
Decidido el marco de escritura y lenguaje se va articulando un camino donde también encontramos al ser como sentido y comunicación. Nuestros autores confiesan y se confiesan a través de sus cartas fijadas como textos que dialogan en tiempos y espacios diferentes, toda vez que lo descrito, lo narrado, lo sentiente y lo asumido se dejan leer como huellas en las propias cardinales de sus modos de comunicar.
Es importante destacar que los diversos contenidos y temas tratados por Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes en este Epistolario íntimo mantienen su verdadero sello y continuidad, habida cuenta de sus horizontes de expectativas vividos como nortes y puntos de relación. Lo que se lee y pre-siente como intención, relato y discurso es justamente el núcleo del escenario humano, profesional y cultural allí donde los interlocutores se involucran en realidades y eventos sociales, literarios, editoriales, históricos o artísticos.
El humanismo cultural extendido en esta correspondencia íntima, continúa la idea que la genera y articula como propósito. Esto así, debido a la confianza deliberadamente asumida por amistad en ambos protagonistas. Cierto es que la vida misma de sus imágenes familiares lleva al lector a entender la explicación de sus historias personales.
Ya hemos visto cómo el universo de este Epistolario íntimo facilita ideas, imágenes de mundos, realidades bibliográficas, horizontes literarios, políticos, biográficos y socioculturales movilizados a favor de objetivos trazados que, tanto PHU como AR, cualifican a favor de una comunicación que decide su función o sus funciones en el orden, a veces cardinal y otras veces fragmentario del Epistolario íntimo.
Como ya hemos indicado y referido en el espacio-contexto crítico de nuestras lecturas y direcciones, el Epistolario… registra todo un mundo de imágenes públicas y privadas, límites y alcances que ayudan a reconstruir una época de movimientos literarios, políticos, sociales, académicos y culturales, entre otros, donde vemos dibujarse y des-dibujarse los diferentes pulsos y tejidos nacionales de Hispanoamérica, habida cuenta de las imágenes surgentes de cambios en el modelo cultural, visible en las diversas décadas del siglo XX , en las que se perfiló un tejido con hilos históricos que aún hoy definen una mentalidad sumada a ejes de pensamiento y visión que han determinado incluso en el presente de nuestras realidades socioculturales senderos bifurcados de crítica y pensamiento en el ámbito hispanoamericano.
Así, lo que se deja leer a través de este Epistolario… implica una re-visión del producto intelectual y su encuadre en las actuales sociedades hispanoamericanas. La batalla de las ideas y por lo mismo de los lenguajes políticos y sus vocabularios, ritualizan diversas misiones en todo el arqueado del siglo XX latinoamericano, donde se impusieron criterios, prejuicios, órdenes y contraórdenes que marcaron caminos abiertos hasta hoy y que se resisten a la prueba de la crítica, la práctica cultural democrática, las nuevas lecturas inductivas, sectoriales y disidentes del entonces actual momento crítico-cultural.
Lo que ha imperado a nivel continental es justamente la imagen del “matrimonio político” sospechoso y ante todo reducido a formas corroídas por los vicios y fuerzas dominantes a las que también se refieren en muchos y diversos casos los autores de dicho Epistolario…
La carta como mapa y función comunicativa, no solamente afirma, informa o indica un determinado trazado intelectual o crítico, sino que además crea el deslinde necesario, tal y como revelan nuestros dos autores. A merced de los datos y explicaciones a veces conscientes y otras veces circunstanciales se propicia un pensamiento suficientemente legible en sus nudos, contrastes y movimientos comprensivos.
Como ya hemos visto a través de la lectura interna y contextual del Epistolario… existen las claves que se han definido como puntos de convergencia y divergencia, debido a algunos pareceres diferentes de PHU y AR en cuanto a estrategias y modos de entender situaciones académicas, políticas, editoriales e institucionales. Lo que en el marco de información en diferentes líneas de propuestas, hace visible la discusión e incluso algunos desacuerdos en cuanto a proyectos comunes.
A todo lo largo del tratamiento crítico de la información y la escritura el rigor, la mediación, la precisión y el “deseo de cultura” orientan el corpus de la práctica epistolar responsable. El Epistolario íntimo… actualiza un sentido de realidad posicionalmente centrado en la necesidad de pensamiento, crítica y valor. Las vertientes de la diversidad literaria y cultural contribuyen al conocimiento de productos y pronunciamientos que han alcanzado sus metas en la línea de cardinales morales, estéticas, sociales, educativas y otras que convergen en la literatura como espacio vocacional e integrador. El territorio de las ideas que se expresa desde lo literario y lo cultural deviene clave de presente y porvenir en la América continental.