Escribir la historia intelectual de Hispanoamérica a partir de un epistolario como el de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes, implica leer también otros epistolarios de ambos escritores a la luz de sus “implícitos” y “explícitos” releídos o revisitados. Al participar de una experiencia cuasi-indiciaria de los epistolarios contextualizados como suma de informaciones y testimonios, de fuerzas, derivas y actos de amistad, debe tenerse en cuenta que cada carta, en este caso, es escrito y escritura, contenido y expresión de un documento que no deja de ser literario y comunicativo.
La problemática de una visión epocal deja claramente estampada su huella en el espacio de la experiencia sentiente y literaria, de suerte que el mensaje o los mensajes de las cartas van dirigidos en doble vía y marcados por un sentido de la verdad y la intención de quien remite y del destinatario. Ambos siendo obligados a cambiar de rol al momento de inscribirse en la oposición emisor-receptor, enunciador-enunciatario, emitente-recipiente; lo que necesariamente implica una dialéctica de la emisión y la comprensión en contexto de percepción y producción de actos de habla.
Así pues, la dialéctica (en sentido platónico-aristotélico), se mantiene en la práctica epistolar instruida sobre la base de un decir activado por ambos interlocutores en ejercicio de “habla” y “escritura”. Las fuerzas representativas en este caso co-actúan, siendo a su vez protagonistas y ejes de una comunicación legible en dos situaciones, donde el mensaje se vuelve expresivo allí donde el yo-tú de la ilocución o la redacción epistolar, afirma un espacio doble de verdad y psicoafectividad.
El Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes conforma de por sí, una historia literaria y cultural escrita a dos voces y donde ambos locutores establecen un pacto pragmático y cultural en cada carta a partir de un objeto y un problema estratégico, moral, social, editorial, lingüístico y literario, entre otros.
Las bases intelectuales, culturales y críticas del Epistolario… de marras, consolidan la historia misma de los registros literarios, culturales y creacionales iberoamericanos, toda vez que España-América-Portugal están presentes mediante relaciones literarias, culturales o diplomáticas. La concepción proteica del discurso epistolar en el caso de PHU y AR, activa una práctica constante de sentido de la historia intelectual y literaria, siendo así que los proyectos personales son también compartidos y definidos en base a un doble acto interpretativo, basado en un profundo sentimiento por la historia-cultura hispanoamericana.
El Epistolario íntimo… es un espacio donde los protagonistas activan acciones, “morales de la historia” y concepciones culturales. A través del Epistolario… se discuten algunos procesos nacionales y continentales que a su vez explican las diferencias y particularidades de pueblos y lenguas de América.
De ahí la importancia del Epistolario íntimo… entendido y extendido como documento histórico y sociocultural. Dicho documento, rebosante de informaciones y de una casuística literaria debidamente acentuada como forma-contenido y horizonte cultural, crea las bases para un estudio en torno a la culturología hispanoamericana, constituida por sus núcleos diversos y coherentes de creación, interpretación y comprensión: ambos interlocutores expresan en sus cartas los sentidos de un orden y un movimiento histórico-cultural respaldado por contextos de actuación y orientación social.
Logosofía y logografía se pronuncian en todas las vertientes de escritura del Epistolario íntimo… habida cuenta de los valores defendidos y motivados por protagonistas, coprotagonistas y “agonistas” en sus diferentes contextos de pensamiento y creación.
De hecho, si tomamos como ejemplo la ruta crítica de la razón predominante en el Epistolario… se puede advertir un movimiento axiológico-ontológico en la visión de sus autores, pues el sujeto crea un vínculo justificado en el compromiso por una democracia cultural y un estado gratificante del sujeto histórico e intelectual. “La edad de la razón” ha marcado a estos humanistas en su diálogo memorial y sentiente, al momento de conocer los estados sensibles de una travesía dramática del sujeto crítico o cultural.
Importante sería para el lector explícito de este Epistolario… los insumos del mismo y la dispositio textualis muy peculiar de su registro. Pues cada punto o propuesta de sus autores, pide un número de respuestas que luego veremos desarrollarse en elementos o aspectos alternativos adoptados por regímenes críticos, editoriales, académicos y hasta protocolares en el contexto de la práctica intelectual y cultural vigente.
Tal y como hemos podido señalar en ensayos anteriores, la calidad de este tipo de “literatura” asumida por nuestros “locutores culturales o “locutores literarios”, promete una suma de niveles de interpretación y comprensión que apunta a un registro práctico de la cultura literaria hispanoamericana, siendo esta última deudora también de núcleos y modos productivos de trabajo y desarrollo de cuerpos histórico-literarios que se debaten en la positividad-negatividad de una inscripción intelectual, tal y como se hace observable en los rangos y niveles de este Epistolario íntimo.
El desborde, por un lado, y la delimitación de un tipo de trabajo (crítico, histórico, exegético, fenoménico, textual o estético) por otro lado, así como los diversos manejos de inclusión, lectura o estrategia de inserción en un trazado literario o cultural de Henríquez Ureña y Reyes, remite siempre a líneas de producción intelectual comprobable en el resultado o establecimiento de acuerdos entre ambos polígrafos con una institución editorial, académica o liberal. Esta última se encuentra en periódicos, revistas, escuelas libres, institutos superiores para la enseñanza (en México, Madrid, Argentina, Brasil) que marcan un hacer y un haber crítico-literario o académico-cultural.
Así las cosas, lo que hemos “leído” en esta masa epistolar como valor y crisis no deja de cobrar significación allí donde los surcos y fuentes del mismo se imponen como esfera de saber, comprensión y objetivo de sus protagonistas y escritores-autores que viven a través de dicha dinámica de fabricadores de cartas, trazados, cuerpos de representación y discursos críticos.
La concepción (implícita o explícita) de semejante obra epistolar, traduce un objetivo de mundo que marca a sus autores, así como a sus mundos, perfiles y horizontes de una “obra-crítica” basada en apuntes, datos críticos, creacionales, académicos, diplomáticos, culturales e histórico-literarios, puestos en diálogo y escritura que siempre logran alcanzar sus frutos, a corto o a largo plazo.
Las preocupaciones de los protagonistas en tal sentido, obedecen a decisiones en el plano mismo del Epistolario íntimo… que por su forma-sentido transgrede su propio registro de escritura. Los encadenados textuales del mismo, aspiran a producir efectos en el ámbito sostenible de una discusión marcada por el espíritu integrador de ambos críticos y sujetos visionales de la cultura hispanoamericana.