El 20 de octubre de 1938 Pedro Henríquez Ureña le envía una carta a su amigo Alfonso Reyes donde le arroja otros detalles de la vida editorial hispanoamericana y sobre todo de ciertas fórmulas y propuestas editoriales:
“Recibí tu carta y los Romances de Río de Enero. En la anterior no me decías que se te hubiera propuesto nada de parte de la futura editorial Sur, aunque releyendo veo que lo decía: de modo implícito; pero la implicación sólo la comprendo ahora que sé que Victoria te hizo proposiciones. No sé qué decirte sobre sus proyectos, porque las noticias siguen siendo algo imprecisas; sí te diré -en reserva; no te debes dar por entendido con Victoria- que parece seguro que se han negado a publicar un libro de Keyserling porque estaba traducido por Cipri- y que estas negativas son órdenes de Vehils”. (Ver, p, 453).
Como ya hemos señalado, la presente carta de PHU va dirigida a hacerle aclaraciones a AR sobre la rivalidad existente entre casas editoras, gerentes, escritores, encargados de negocios, traductores y difusores de obras.
Según PHU:
“Eso de la rivalidad son cosas pueriles; claro está que se dicen tonterías y ha habido fricciones, porque personas que trabajan en Sur se han trasladado íntegramente a la Editorial Losada; pero no hay motivos para que estas cosas lleguen a hacerse serias. Siempre había relaciones personales y literarias entre la gente de Sur y la de Losada, de modo que a la larga todo se suavizará. Lo único que observo –como dato de psicología pura –es que en estos países de habla castellana empieza a aparecer el fenómeno nórdico de creer que no someterse a nuestros propios intereses constituye –en los demás –una falta de moral. Eso de parte de Sur. Lo de Espasa-Calpe es distinto: ahí la definición política fue completa, y la ruptura también”. (Ibídem. P. 454-455).
Contextualizar las tensiones editoriales, institucionales y culturales en los años 30 y 40 implica tener en cuenta varios horizontes y enfoques. En este sentido, aquello que incide, se encuentra o se puede repensar a través de la literatura y lo literario, de suerte que la construcción de un espacio intelectual proyecta y promueve los textos o mundos culturales situados en sus cardinales temáticas, estéticas y creacionales.
Tanto en PHU como en AR la creación literaria tiene su propio operante cultural y cualificado por sus imágenes, símbolos y travesías; pues para el momento, el conocimiento de las vanguardias literarias y estéticas impactaron como novedad el grupo de la revista Sur y otras publicaciones donde los aires y búsquedas en cuanto a lenguaje identidad y creación se hicieron visibles y legibles a lo interno de las casas editoriales que difundían sus líneas o novedades.
Casos como Borges, Guillermo de Torre, Victoria Ocampo, Xavier Villaurrutia, Alfonso Reyes, J. J. Tablada, Salvador Novo, Norah Lange y otros se conocieron como buscadores de forma – sentido y fuerzas agrupadas como bloques y signos en el ámbito intelectual bonaerense o mexicano. En el mismo Brasil que le tocó vivir a Reyes el arte y la literatura irrumpieron como lenguajes de significación, producción y fundamentación. La integración de PHU al grupo de Sur y a sus publicaciones, así como su amistad con Borges, Adolfo Bioy Casares y Victoria Ocampo revela que el maestro tuvo vinculado a escritores vanguardistas de la época. Un crítico e historiador de las vanguardia como el español Guillermo de Torre, trabajó con PHU en Losada y estuvo involucrado con la familia Borges en Argentina.
AR quien desde España, México, Brasil y la Argentina estuvo en contacto con movimientos de vanguardia, conoció y reconoció movimientos poéticos de ruptura, tal como lo ha destacado Octavio Paz en su Poesía en Movimiento. De hecho el mismo Paz le reprocha a PHU el no haber intentado hacer estudios de jóvenes poetas de entonces en México y conocidos por él (Villaurrutia, Pellicer, Tablada, Novo).
Volviendo a los aspectos de la redefinición editorial en Argentina y respondiéndole a AR sobre sus obras, le orienta además sobre el qué y el cómo publicar en Losada:
“Ahora sobre tus libros: Losada querría publicarte algunos, pero los Romances de Rio de Enero, no constituyen libros. La casa no publica plaquettes. Dice Losada que le envíes cuanto antes un conjunto de tus poesías que dé de 160 a 180 páginas y que lo publicará en la nueva serie Poetas de España y América. Quiero también pronto un libro en prosa: cuentos –si pudieras juntar varias narraciones del tipo de Juan Peña -y, si, no, selección de artículos que formen unidad, sacándolo por ejemplo de Simpatías y diferencias: que todo sea sobre América o todo sobre España”. (Ibídem.).
De Río de Janeiro AR contesta la carta de su amigo PHU del 20 de octubre del mismo mes y año:
“A tu carta del 20 del actual. Tiene razón Losada. Si no te incomoda conserva allá mis Romances, y a mi regreso a México ya procuraré justificarlo, juntarlo con otras cosas de prosa, que están ya necesitando formar volumen. Muy justa tu observación sobre la psicología nórdica de los negocios que empieza a propagarse a nuestras tierras. Muchas experiencias y muy duras te contaré cuando nos veamos. Ya te imaginarás las cosas que he aprendido en mi actual trabajo. Me figuro que lo de Victoria quedará en nada. Yo mismo, instintivamente, propuse tales vaguedades que no creo que satisfagan a nadie”. (Véase p. 454).
AR no entra en materia en dicha carta, pues con las dos anteriores de PHU está suficientemente clara la cuestión editorial no solo en España, sino también en la América Hispánica.
La siguiente carta de Alfonso a Pedro enviada de Río de Janeiro el 7 de noviembre de 1938 es la última de ese año y en la que Alfonso le agradece a la editora Losada los envíos de obras:
“Ruego agradezcas en mi nombre a la editorial el Libro de poemas, y Yerma, de García Lorca; el Poema del Cid; La Eneida; La Celestina y el Facundo. Excelentes libros”. (Vid. p. 455).
La petición de materiales bibliográficos es, en la vida intelectual de AR, una necesidad. De ahí este encargo de recuperación e inclusión:
“Si te fuere posible, hazme enviar un ejemplar de aquel boletín bibliográfico en que publicamos mi notita sobre Erasmo en América. Me está haciendo falta para ciertos apuntes en preparación que hago a ratos perdidos”. (Ibídem.).
Otra preocupación de AR en los últimos meses es la cuestión del puesto diplomático y su posible traslado a otro sitio:
“Habrás oído decir que vuelven los jefes de Misión el año entrante: es declaración oficial. Pero ignoro los planes sobre mí, aun retenido por el trabajo entre manos”. (Ibídem.)
Aun AR no se ha decidido a pensar lo que hará en caso de una decisión diplomática del gobierno de México. Las expectativas favorecen mucho el chismorreo burocrático mexicano y los temores crecen. Sin embargo a Reyes le preocupa el tiempo para editar, cuidar y publicar su obra en un nivel aceptable desde el punto de vista del producto material y propiamente literario.
Así las cosas, PHU y AR necesitan tiempo y trabajo editorial para publicar su obra y que se oriente bien su proceso de circulación desde el punto de vista intelectual y económico. Reyes pensará muy bien la sugerencia de Pedro de volver a México para dedicarse a reunir o crear su obra que tanto valor tiene para la lectura en Hispanoamérica. Por supuesto, se necesita un espaldarazo editorial y económico para promover un producto intelectual de calidad y valor. Mientras tanto se construye su biblioteca en México que “Canedo y Toussaint la han apellidado La Capilla Alfonsina”.