“Mi padre llegó a la Argentina a mediados de 1924. Venía de colaborar estrechamente en la transformación cultural y educativa de México, junto a José Vasconcelos. En Argentina encontró una realidad muy distinta, era un país pacífico, próspero, laborioso, y eso le agradó. Necesitaba tranquilidad emocional y aquí la encontró. Comenzó a dictar clases en el Colegio Nacional de la Plata y su magisterio se impuso entre los alumnos, muchos de los cuales llegaron a ser personalidades destacadas: Enrique Anderson Imbert, Ernesto Sábato, René Favaloro, entre otros. Estableció amistad con Alejandro Korn, Ezequiel Martínez Estrada, Victoria Ocampo y toda la plana mayor de la intelectualidad argentina. Trabajó y reflexionó con todos ellos sobre la realidad americana y del país que generosamente lo había acogido. Esos diálogos se plasmaron en innumerables publicaciones de época”. (Véase “Presentación” de Sonia Henríquez Ureña de Hlito, en Carlos Piñeiro Iñiguez: Pasión por América. Ensayos sobre Pedro Henríquez Ureña, Embajada de la República Argentina, Santo Domingo, 2001, p. 7).
La cita anterior proviene de una presentación que hiciera en el 2001 la hija de Pedro Henríquez Ureña, Sonia Henríquez Ureña de Hlito, y que publicara en Santo Domingo como introducción para un libro escrito por Carlos Piñeiro Iñiguez titulado Pasión por América. Ensayos sobre Pedro Henríquez Ureña. La misma evoca una escritura testimonial, basada en la biografía de un autor que fundó perspectivas de trabajo literario, cultural, educativo y lingüístico en Hispanoamérica. Estas palabras de presentación del citado libro de la autoría de Carlos Piñeiro Iñiguez, constituyen una evocación del padre, maestro e intelectual que ha dejado una huella, no sólo familiar, sino también continental. La confesión y la visión de una magna patria, o lo que es una utopía de toda América, hunde sus raíces en la expresión identitaria de este autor también universal. La caracterización que se desprende de un texto íntimo y al mismo tiempo interiorizado también por la voz co-autorial, sobresale en lo que es el Epistolario íntimo…asumido como espacio, a veces confesional, otras veces dialógico y en todos sus casos testimonial.
De esta suerte, toda la aventura de dicho epistolario gira alrededor de la historia-pensamiento, la historia-cultura y la historia-lengua. El tiempo íntimo y social aparece en las cardinales y horizontes de un universo comprensivo de la vida cultural hispanoamericana. Los signos que componen la escritura o escrituras del Epistolario… van construyendo también otros mundos que sobresalen o asechan al sujeto desde la historia literaria, cultural y continental.
La síntesis de la cita que encabeza este ensayo orienta en general lo que fue la vida y la obra de PHU. Alfonso Reyes fue testigo incidente en la biografía y en el oficio intelectual de PHU. El “hermanamiento” que reproducen las cartas del Epistolario… extiende el gesto fundamental de una amistad intelectual duradera y que solo pudo concluir luego del cese de ambos ciclos vitales y humanos.
Lo humano de esta biografía-escritura se revela en un movimiento del sujeto instruido desde la historia misma de sus signos y realidades nacionales. La misma historia del epistolario implica también la incidencia de otras historias y otras memorias continentales y transcontinentales, legibles en la escritura o inscripción de una práctica ejemplar, marcada por la relación vida pensamiento y obra-sujeto.
Esta experiencia que ha cobrado valor en otros epistolarios de ambos autores con otros interlocutores, promete y conduce a una relectura, reconstrucción y memoria donde podemos encontrar los ejes de un oficio literario y cultural, pero también la memoria focal de una inscripción neo-humanística, acentuada por hechos reales e imágenes de un mundo unificado alrededor y a favor del sujeto histórico y cultural.
Así pues, los ritmos internos del Epistolario íntimo… producen también trazados bioculturales, históricos y metahistóricos, por cuanto en toda adscripción formativa, ideológica y testimonial se gesta una experiencia que marca travesías socioculturales, así como la inevitabilidad de la historia asumida como discurso de cualidades estéticas y simbólicas. Perspectiva esta que se pronuncia en el espesor mismo de lo social y de la historia de las ideas hispanoamericanas.
De ahí que la “escucha” de un texto que a su vez constituye la suma de voces acogidas por una práctica intelectual consistente, haga de los corresponsales, escritores responsables y actores reales de este Epistolario íntimo, un modelo testimonial de las ideas, las prácticas intelectuales, la integridad literaria y la razón crítica de una visión propiciada a través de la cátedra libre, cultural, educativa e histórico- literaria.
Los gestos que definen la travesía de PHU y AR, marcan y a la vez orientan el sentido de una vivencia cultural, política, literaria y filosófica de América; teniendo en cuenta la diversidad de las voces que conforman la experiencia historiográfica socio histórica y socio-política de la producción de las ideas, las memorias intraculturales y metaculturales.
En cierto modo, el testimonio de un sujeto de la historia puede construir una visión epocal, habida cuenta de sus huellas y sus líneas de inscripción asumidas como valores de continuidad, contingencia y posibilidad. Estas vertientes definen, como ya hemos visto en los tres tomos del Epistolario íntimo, toda una travesía literaria, sociocultural del sujeto y sus conformantes históricos. El horizonte crítico que desde la obra-lectura abre los diversos significados de la realidad cultural hispanoamericana, se justifican en un trazado no solo intelectual, sino también axiológico.
La comprensión práctica e ideológica de la escritura denominada testimonial, conduce en el caso de PHU y AR a una encrucijada y a la apertura de nuevos caminossiempre encontrados de la historia socio-cultural y socio-política, toda vez que lo que orienta las voces históricas, literarias, artísticas y sociales constituye el fundamento de un orden jurisdiccional que representa la base de acción de la escritura, las voces y las memorias epocales de un espacio o aventura intelectuales.
El Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes ha sido el producto de una concepción epistolográfica e historiográfica generadora de una concepción del devenir histórico fundadora, emisora, productora e integradora de identidades y diferencias. La geografía intelectual y literaria analizada y puntualmente tratada por estos dos maestros del pensamiento literario hispanoamericano, confirman un ideal y una práctica cultural y literaria matizada por sus tonos, alturas ideológicas, y tiempos culturales que aseguran lugar, sentido y valor mediante la escritura testimonial.
En tal sentido es importante destacar que cada una de las cartas que integran el Epistolario íntimo, participa de un campo de interés, pero también de una intencionalidad que atraviesa el concepto de huella cultural, tal y como él se deja leer y asumir en el horizonte de interpretación y comprensión de la magna patria de ambos intelectuales.