Archer Milton Huntington fue una personalidad académica y literaria sobresaliente que se formó como hispanista, arqueólogo, coleccionista de libros y coleccionista de arte. Fue fundador de la Hispanic Society of America en 1904. Nació en 1870 en Nueva York y falleció el 11 de diciembre de 1955 en Bethel ,Connecticut. Era también poeta y publicó varios libros de poesía en inglés. Fundó también un museo donde coleccionó obras de arte español, libros, manuscritos históricos y literarios españoles y de gran parte de la América Hispánica.
Huntington hablaba y escribía bien en español e investigó como arqueólogo algunas ruinas itálicas e ibéricas. Fue miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Era también coleccionista de miles de libros originales de los siglos XV, XVI y XVII. Tanto su museo como su valiosa biblioteca la unió para fundar la Hispanic Society of America, donde a partir de 1908 abrió sus puertas para el público y allí asistían hispanistas de muchas partes del mundo para investigar y escribir libros sobre temas y asuntos hispánicos.
Huntington publicó ediciones filológicamente bien cuidadas y personalmente dirigió más de 200 ediciones de libros y monografías sobre aspectos, asuntos, temas y expresiones de la cultura hispánica (biblias iluminadas, catecismos, misales, libros de horas y documentos de valor historiográfico e histórico- literario. Patrocinó y apoyó revistas fundamentales para el conocimiento de la Romania y la Hispania en tanto que espacios y tiempos culturales. (Art Bulletin, Romanic Review, Revue Hispanique). Fue comisario de exposiciones de artistas españoles y de la América continental.
Como comisario organizó muchas exposiciones de artistas españoles y motivos hispanoamericanos: Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, esculturas, tapices, objetos de arte antiguo de México. Presidió en varias etapas la American Geographical Society, la American Museun of Natural History y el Museum of the American Indian. Conviene saber también que fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias.
Así pues, la incidencia de Huntington en el marco de los estudios hispánicos, fue decisiva en los Estados Unidos de América. Tal es el panorama y trazado que sugiere y hace PHU en la citada carta sobre las llamadas sociedades académicas e instituciones artísticas y literarias:
“La Academia Nacional de Artes y Letras que han fundado no hace muchos años, y que tiene sólo 50 miembros, pues pretende equivaler a las academias europeas y a la vez comprender todas las letras y las artes (Howell, Henry James Woodrow Wilson, Sargents, Chase, la Farge, músicos como Chadwick, creo), envió a Darío un mensaje de simpatía, que le fue dicho por el Secretario, el poeta Robert Underwood Johnson. Darío estaba ya en cama, cuando recibió la visita de Underwood Johnson”. (Ibídem. op.cit.).
La descripción del contexto va tomando cuerpo y desarrollo como fuerza orientadora de los productos y la direccionalidad de los mismos:
“Creo que no hubo ninguna otra cosa de instituciones. La Poetry Society nada hizo, aunque ahora se figuran que Darío les visitó (talvez porque le conocieron en la fiesta de la League). En periódicos, además del artículo del New York Times con el trozo sobre Nueva York tomado del Poe, hubo artículos del Dr. Frank Crane, -que conoció personalmente a Darío, – en el New York Globe. Estos artículos, además, se publican en un círculo de más de 30 diarios (sistema sindicato: 37 periódicos se suscriben a ciertos artículos, – un diario por cada ciudad, solamente, – y todos reciben el artículo oportunamente con la fecha exacta en que debe publicarse, según el compromiso; así es que los artículos del Dr. Crane salen exactamente el mismo día en 37 ciudades diferentes)”. (Ibídem.).
Según PHU Frank Crane:
“…es un escritor típicamente yanqui; no es literato; escribe con párrafos de dos líneas, divididos cada uno por uno o más puntos y seguido: el colmo de la cláusula corta, – algo entre la Biblia Vargas Vila-. Aquí se le estima hasta cierto punto; pero hace días leí un terrible artículo contra él en una de las mejores revistas inglesas. Digo que aquí se le estima hasta cierto punto; quiero decir, literariamente no se le excluye del todo; socialmente, tiene influencia enorme y es de los escritores más leídos. A veces es justo, quijotesco; atacó a Wilson en su política mexicana desde el punto de vista humanitario, y ha atacado la política pan-americana en todas sus injusticias; pero la ha celebrado en sus intenciones de amor”. (Vid. pp.242-243).
Panorama, uso social de la literatura, “clasismo” promocional de escritores por algunas sociedades académicas, editoriales, ligas intelectuales, grupos y sindicatos, entre otros, contaminan bajo dispositivos de nombre y éxito; hacen que se acepten figuras artificiales y artificiosas impuestas por un ecosistema dominante desde el punto de vista literario, político y cultural.
Así pues, con la visita de Darío a Columbia y a la Hispanic Society of America se aplicaron e impusieron algunos usos artísticos y literarios excluyentes. Según PHU, en todo esto se ha creado una imagen publicitaria de llegada del poeta a Nueva York y a la Sociedad:
“Algo más hubo, sin duda; creo que Miss Alice Stone Blakwell, feminista, estrechadora de relaciones, y otras cosas más, hizo publicar traducciones de Darío, hechas por ella, mala poetisa, en excelentes diario como el Boston Transcripty elSpringfield Republican. Desde hace un año, Miss Blackwell ha vivido publicando, en esos periódicos, y en otros, como Las novedades, infinitas traducciones de poetas hispano-americanos: Darío ha sido la victima principal”. (Ibídem.).
Las impresiones de PHU en este contexto son inciertas, a propósito de la recepción de Darío en un ambiente tan artificioso, de simulación, exclusión de grupos y necesidad de aparentar ante la figura estelar del momento. Sin embargo, PHU entiende (así se lo comunica a AR) que en el entorno del poeta nicaragüense se va construyendo un mundo de renovación que esos “miembros” no comprenden del todo y deben “traducir” muchas cosas del texto y contexto de su mundo-obra:
“Pero en torno de Darío surgió mucha gente dispuesta a traducirle: Robert Shores, que tradujo una de las Estaciones de Azul: Miss Isabel F. Hapgood, que ha traducido El velo de la reina Mab, y habló de la posibilidad de traducir a todo Darío si se arreglaba la publicación de sus obras completas, en inglés y en castellano, en la casa Appleton, proyecto irrealizable que los Appleton (mejor dicho, los acreedores que hoy son dueños de la empresa) no llegaron a aceptar, sobre todo porque Bermúdez pedía no sé si diez o veinte mil dólares desde luego; Miss Agnes Blake Poor, que tradujo La queja del establo, la poesía dedicada a Peynado (véase el número de Las novedades en que apareció mi artículo y la antología histórica de Darío; lo de Miss Hapgood está inédito); no sé si Mrs. Yanes; no sé si Mr. Joseph I. C. Clarke, que parece ser entendido”. (Ibídem.).
El fenómeno Darío no es solo poético, sino también narrativo, político, editorial, internacional. El modernismo se reconoció como la primera expresión moderna y nueva del latinoamericanismo, tal como revela y piensa PHU en otros momentos de su obra y en el contexto de la historia literaria moderna hispanoamericana. Para nuestro autor, y principalmente en 1916, y bajo la influencia de las celebraciones, homenajes y encuentros con Darío en Nueva York, cualquier edición de sus obras completas traducidas al inglés era un reto y una decisión que debía tomarse como experiencia conjunta y de consulta con hispanistas-traductores de experiencia.