Hemos visto cómo la vida de Pedro Henríquez Ureña y la de Alfonso Reyes transcurren en bordes y centros existenciales que asimilan ejes de expresión, lenguaje y realidad. Pero es allí donde lo que es real adquiere las formas de vida, pensamiento y razón que conforman incluso las estrategias de vida y lo dictado por aquel Speculum humanae vitae, revelado mediante la intuición y el mundo de las contradicciones de la misma vida sentida en sus límites, techos ideológicos y centros de comprensión.
Pedro, entre tanto gestiona la venta de terrenos que tiene en La Plata, pues su situación es mala debido a las rebajas de su sueldo y los retrasos de pago:
“He gestionado con Orfila la venta de los terrenos de La Plata. Cree que no habrá probabilidades hasta la primavera. Hoy le escribo a Martínez Luna para ver si él quiere ocuparse también de hallarles comprador. Conviene que le escribas inmediatamente, a fin de interesarlo: yo esperaba que Manuela le hablase, pero no lo hizo. Yo no he tenido tiempo ni para escribirle”. (Carta de Pedro Henríquez Ureña a Alfonso Reyes, Buenos Aires, 20 de mayo de 1931, pp. 424-425)
PHU trata de sobrevivir dentro de la crisis económica de Argentina y entrar en una línea de revisión y equilibrio que favorezca su trabajo y sus entradas económicas:
“He seguido abonando las mensualidades, a cuenta que te debía. Este mes terminaba la deuda, pero sigo poniendo la cuota, a cuenta de los gastos que hemos ocasionado en Río. Seguiría abonando las cuentas, por la misma razón, pero mi situación económica, con las rebajas de sueldo y los retrasos, se está volviendo muy difícil. Creo que está en tu poder un trabajo, – sobre economía- de Daniel CosíoVillegas, que íbamos a dar a alguna revista económica. Si lo tienes mándamelo”. (Carta cit. Pedro Henríquez Ureña)
En efecto, nuevos arreglos, imágenes y estrategias de vida surgen entre 1930 y 1946 y que PHU asumirá como parte de una batalla por la vida, la cultura y la moral social o morales sociales.
El 29 de agosto de 1931, PHU le envía a su ocupadísimo entrañable amigo una carta donde le comunica la propuesta que le hace su hermano Max Henríquez Ureña, ofreciéndole en su país la Superintendencia general de Enseñanza que Max dejaría para ocupar el puesto de Relaciones Exteriores del primer gobierno del reciente elegido presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina.
“He recibido telegrama de Max, ofreciéndome la Superintendencia general de enseñanza, que él deja, en Santo Domingo, al pasar a Secretario de Relaciones Exteriores. He aceptado. (Énfasis nuestro). Saldré para La Habana en el Olimpia, noruego, el 26 de septiembre. No hace escalas sino en Montevideo y toma veintidós días”. (Carta de Pedro Henríquez Ureña a Alfonso Reyes, 29-8-1933, p. 425, op. cit.)
Antes de marcharse a Santo Domingo, sin embargo, le comunica lo de la libreta de terrenos de AR que si Reyes acepta se la dejará con Arnaldo Orfila, al que también quiere dejarle la suya para que también venda sus terrenos cuando él pueda.
“A Guillermo de Torre, a quien hablé, no me envía aún ninguna suma. Van ya dos meses sin abonar nada sobre el terreno, y va a comenzar el tercer mes. En julio estuve esperando que él me mandara algo; y no recibí nada. En agosto, habría pagado yo, pero los pagos se retrasaron hasta hoy, y apenas he tenido lo estricto para el mercado. Espero que Guillermo me envíe el dinero de un momento a otro, y, sino, pondré de mi bolsillo a principios de la semana entrante”. (Ibídem. pp. 425-426)
Como hemos señalado ya, PHU pasa por una crisis económica seria, debido a que sus entradas salariales no van acorde con sus necesidades familiares y los gastos que las mismas exigen. Cada vez más, según le cuenta a su amigo AR, la crisis económica y política ataca más y su más inmediato problema es deshacerse de propiedades y controlar el gasto personal y familiar.
De ahí que en la postdata de la presente carta enviada a AR le pone en conocimiento varios puntos, a saber:
“Escríbele a la CIAP, a Pedro Sáinz, desligándonos del compromiso. Sabrás que la CIAP, -y sus sostenedores, antes, en sus negocios propios- han suspendido pagos. El hecho de que Pedro Sáinz no escriba es revelador. De todos modos, conviene dejar constancia de que nuestro contrato –verbal- queda deshecho”. (Vid. p. 426)
Por otro lado, Pedro le explica a Alfonso sobre la propuesta de Vicens, “socio de León Sánchez Cuesta”. Todo en la misma postdata Pedro le comunica a Alfonso su parecer al respecto:
“Vicens, socio de León Sánchez Cuesta, me escribe proponiéndome –sin urgencia- ediciones de Clásicos de América. Se ve que desconoce el Plan Sáinz. Le he aceptado, en principio, diciéndole que el plan anterior quedará deshecho de un momento a otro. Yéndome yo a Santo Domingo, con mayor razón tendrías que intervenir tú en el plan, puesto que mis fuentes se reducirían. Así es que cuando vuelva a escribirle a Vicens le diré que tú intervendrías. ¿No podrías hacerte mandar de México un tomo II de Sor Juana? No son caros; y a Lida le haría falta para el trabajo”. (Ibídem. Loc. cit.)
AR responde la carta de PHU el 8 de septiembre del año en curso. Le desea bien para él y su país y sobre todo para su misma vida personal, a la vez que le aclara sobre el asunto de los terrenos de La Plata y su libreta en manos de Orfila:
“Tu regreso a Santo Domingo hará un inmenso bien a tu país y a tu vida personal, en todos sentidos. Hubiera querido hablar antes contigo. Será cuando quiera la vida. Los terrenos de La Plata: puedes dejar mi libreta en manos de Orfila, para que él procure vender eso cuanto antes. Aunque en tu carta del 29 de agosto me dices que Guillermo de Torre todavía no te da el dinero, él me escribe el 1º de septiembre diciéndome que te envío $116.00, de modo que ya quedo tranquilo a este respecto. Yo me comunicaré con Orfila”. (Vid. pp. 426-427)
A propósito de la CIAP, AR le responde a PHU que:
“… ya he escrito a mi hermano Rodolfo, que está en relaciones con Pedro Sáinz, para que nos desligue del compromiso verbal, y también para que me devuelva el contrato de mis libros personales. A estas horas ya estará hecho, pues lo hice desde la primera carta en que me anunciaste la ruina. Por esos días, Rodolfo también me escribió en igual sentido. Me parece muy bien tratar con Vicens-León Sánchez”. (Vid. Ibídem.)
En torno a de la citada colección propuesta por el editor Vicens-León Sánchez, AR le participa a PHU que:
“Estoy bien resuelto a colaborar con empeño en esta colección. Sólo te pido me digas algunas precisiones: dirección de Lida, tomo II de Sor Juana, etc. En el MONTERREY 6 que tengo en prensa doy cuenta de algunos trabajos sorjuanescos recientes, y entre otras cosas, del tomo que acaba de publicar Ezequiel A. Chávez y de los sonetos que va a publicar Villaurrutia. En el último número de la “Universidad de México”, que te he reexpedido, pues te lo siguen enviando aquí, hay otra nota de Abréu Gómez que ya quedó fuera de mi reseña”. (Ibídem.)
La problemática editorial entre 1930 y 1931 presenta una visible crisis de visibilidad y de credibilidad, debido a las mismas relaciones entre latinoamericanos y españoles en el viejo y el nuevo mundo. Los espacios del poder editorial y la principalía de los mismos enlazan asuntos económicos y políticos que afectan las relaciones entre intelectuales. La misma incertidumbre de PHU y AR en este sentido se debe a que los planes que se llevan a cabo entre España y América pueden fracasar por la informalidad de los pagos o los repentinos abandonos de proyectos editoriales.