Toda la carta del 9 de mayo de 1916 que le envía Pedro Henríquez Ureña a Alfonso Reyes, tiene como punto de interés a Rubén Darío, y las ocurrencias de su visita a Nueva York, tal como ya hemos señalado en los dos ensayos anteriores. AR le pide a PHU que estaba en Nueva York en calidad de observador y de “reportero” cultural, informaciones reales sobre dicho acontecimiento. Pero, como le dice PHU a AR, es un tanto difícil conseguir ciertas informaciones.
No obstante PHU le envía detalles asombrosos sobre la estadía de Darío en Nueva York. Sin embargo, el tema de la traducción del poeta nicaragüense en inglés necesitaba de traductores-poetas que pudieran verterlo en un inglés “modernista” y que resista la variedad de metros utilizados por Darío. Según PHU:
“Algo de estas traducciones ha salido a flote con motivo de la muerte; es difícil seguirlas, porque Miss Blackwell, que es el centro de la difusión principal de ellas, dispone de demasiados medios de publicación. Otro traductor es Mr. Alfred Coester, en su Literary History of Spanish America; otro más, Profesor Hills”. (Vid. Op. cit. p. 243)
El caso de Darío antes y después de su muerte en 1916, pide muchos puntos de interés y datos para la comprensión de su obra e influencia a nivel hispanoamericano:
“A pesar de que se hablaba de influencia de Darío en los periódicos de cuando en cuando, el Evening Post un día publicó un buen editorial, largo, sobre la falta de relaciones literarias entre la América del Norte y la del Sur, y citó como Case in point el de Darío, que se hallaba en la ciudad sin que nadie le hiciera caso. En seguida Robert Underwood Johnson escribió una carta al Post diciendo que sí le había hecho caso, por lo menos, la Academia Nacional, el primer cuerpo intelectual del país; la carta era también bastante larga. Creo que te los envié a Madrid, editorial y carta, el año pasado”. (Ibídem. pp. 243-244)
PHU le envía estas informaciones a AR para que él mismo obtenga los datos que le sirvan para conocer el avance de las relaciones y el interés de AR por estos datos. Según PHU, al final de todo aquel evento:
“Huntington hizo más; le dio un banquete con recepción a Darío en su casa. Al banquete asistieron gentes aristocráticas”. Segunda parte: la muerte de Darío. La noticia se publicó en periódicos; yo no los leí, pero se publicó el 10 de febrero, día en que lo supe de boca de Huntington. Había muerto, sin embargo, el día 6. Aparte de lo hecho por los periódicos españoles (Las Novedades, La Prensa, el Boletín de la Unión Pan-americana en Washington), y aparte de las noticias del primer día, he visto un nuevo artículo del Dr. Frank Crane, -que te envío y que después se tradujo en La Prensa,- notas del Evening Post, una de ellas breve sobre la nota primera del Mercure de France, y otra acompañando Los Pinos traducidos por la inevitable Blackwell, y tal vez nada más”. (Ibídem.)
Una particular información le brinda PHU a su amigo AR destinado para esa época en Madrid y a propósito de la muerte de Rubén Darío, así como lo que hará la Sociedad Hispánica en tal sentido:
“La Sociedad Hispánica publicará, dentro de pocos días, al fin (Oh, jelly-fish!), el tomo de doce a catorce poesías de Darío con traducciones de Sal y una de Thomas Walsh (Pórtico de los cantos). Se desecharon, al fin, las de Miss. Blackwell, Mr. Shores y Mr. Coester. Hills, el profesor de Colorado College, que en su conferencia sobre la Poesía hispano-americana traduce parte de la Oda a Roosesevelt, es imposible. Hay una curiosa conexión en este punto: Hills envió la Oda y traducción a Teddy Roosevett, el cual contestó una carta. Hemos querido que nos enseñe la carta, pero no se ha logrado: teme que la publiquemos. Conocí a Hills en la oficina del Gran Weeks, de Columbia”. (Ibidem.)
El contexto predominante en la Sociedad Hispánica a propósito de la visita, celebraciones, enfermedad y muerte de Darío, estuvo marcado por lo que hicieron los hispanistas-traductores, lectores y críticos sobre el poeta y las propuestas que sobre su obra surgieron antes y después de su muerte:
“Lo más importante hecho YA es lo de la Poetry Society of America. Esta sociedad a la que pertenecen todos los poetas de importancia, en su sesión de marzo adoptó resoluciones en memoria de Darío. Las propuso Joyce Kilmer, uno de los poetas jóvenes más conocidos e influyentes, y las secundó Laurence Gomme, hijo del hombre público Sir Laurence Gomme. Kilmer; vid. Mariano Brull, traducción de Árboles, y mi artículo en El Fígaro; Gomme, inglés, dueño de The Little Book Shop around The Corner, vid. la carta de Richard Le Gallienne. Se adoptaron; siento no poseerlas (las resoluciones, going-back). Se enviaron (al fin no por cable, sino por correo) al Ateneo de Madrid, a la Real Academia, y a otras cosas”. (Ibídem. pp. 244-245)
Según PHU, luego que se adoptaron las resoluciones en la Sociedad… Salomón de la Selva tuvo una intervención de media hora “diciendo mil cosas”. Según el Boletín de la Poety Society –le refiere PHU a AR-, “The March, Meeting of the Society Was perhaps The most interesting of the season… A young Spanish Writer, Salomón de la Selva, paid a fine tribute to the memory of Rubén Darío, Who recently died… Señor de la Selva Arouse! Much enthusiasm by his interpretations of Darío’s work”. (Ibídem.) (Traducción: La reunión de marzo de la Sociedad de poetas fue tal vez la reunión más importante de la temporada. Un joven escritor, Salomón de la Selva, hizo un bello homenaje a la memoria de Rubén Darío, quien murió recientemente. El señor de la Selva, despertó mucho entusiasmo por su interpretación de la obra de Rubén Darío”.
PHU le cuenta a AR que su amigo y poeta Salomón de la Selva escribió en aquella ocasión un artículo sobre Darío:
“Finalmente: Sal ha escrito un artículo on Darío en el Magazine Poetry, de Chicago, que tiene alta categoría (Tagore y Yeats y otros colaboradores así); saldrá este mes. Hemos dado a Current Opinion (antigua Current Literature) una larga serie de notas, de las cuales aprovecharán no sé cuales. Te envío copia del artículo original que dí a Mr. Wheeler, director de Current Opinion y presidente de la Poetry Society (tout se tient)”. (Ibídem. p. 245)
Todas las actividades celebradas en homenaje al poeta nicaragüense marcaron un rutario de importancia para la consolidación institucional de las diversas sociedades auspiciadas, dirigidas o fundadas por Huntington que, casi se podría decir, era un mecenas para el sostén de las instituciones dedicadas a la defensa del hispanismo norteamericano y peninsular, según podemos observar en su hoja de vida.
PHU le reportó a su amigo informaciones contextuales e institucionales sobre actividades llevadas a cabo por sociedades dedicadas al hispanismo y sus prácticas en New York, con motivo de la visita de Rubén Darío a la Sociedad… Se congregaron todas alrededor de su personalidad literaria. Todo el informe-relato de PHU sobre aquel acontecimiento solicitado por su amigo AR, aclara los diferentes roles de grupos intelectuales que participaron en el , y a la vez hicieron de la Universidad de Columbia un espacio para el encuentro de famosos hispanistas norteamericanos que también contribuyeron al desarrollo de este magno evento.
Desde que en 1904 Huntington fundó y presidió la Hispanic Society of America, dicha institución representó un real espacio de desarrollo de la cultura hispano-americano. Huntington donó a esa institución su colección de libros originales, incunables, a la Biblioteca de la Sociedad… y también creó un museo de arte hispano-americano que también lo dio en contribución a la célebre institución, pero además creó otras sociedades para robustecer la cultura hispánica en Norteamérica y Europa. Arte y literatura de la Edad Media española y del siglo de Oro español, fueron comprados por Huntington con sus propios recursos económicos.