En la década del treinta Argentina se convirtió en un pandemónium político. Pedro, que vivió momentos familiares, académicos y políticos difíciles, también fue atacado por una salud precaria que lo hizo decaer incluso en su producción intelectual. La problemática económica difícil de soportar en muchos momentos, no logró a pesar de los embates derrotarlo, debido a la férrea disciplina que desde su juventud temprana abrazó con fuerza y creencia en el pensamiento de raíz, socrática.

El discipulado junto al concepto de Escuela que forjó como homenaje a la Humanitas, logró crear un ideal filosófico y filológico, donde el amor al saber y el amor a las letras hizo que su pensamiento influyera en el ámbito académico mexicano, norteamericano, argentino y diríamos que continental.

La prueba que se explica en este Epistolario íntimo de Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes es precisamente aquélla ajustada al camino de las humanidades clásicas y modernas. El ideal de la Lectio y la Expositio renovó la enseñanza de la lengua y la literatura españolas, en un momento en el que se abrían y cerraban perspectivas en la enseñanza y en el mismo territorio de la educación superior; se apreciaba cierto cansancio y determinados rumbos de la acción política y cultural justificada en el concepto de auctoritas emanada de la retórica política y cultural del renacimiento tardío.

Algo que sobresale en las líneas de este Epistolario es el relativo a las éticas del diálogo, la pasión académica y la unificación de criterios surgentes de la relación alumno-maestro, búsqueda-encuentro, espíritu-naturaleza, creadores de tensiones filosóficas, unidas al desarrollo de las concepciones de un mundo en crisis y que alimentaba sus crisis desde las políticas de la interpretación y de la acción social.

El trabajo que abrazó Pedro en el Instituto del Profesorado en La Plata, pero además el trabajo llevado a cabo con Amado Alonso en el Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires, tuvo su valor y empuje en la creación de la Biblioteca de Dialectología hispanoamericana, donde encontró aquel alumnado de donde salieron esos extraordinarios filólogos, hispanistas, dialectólogos y críticos literarios que conformaron en la década del 30 y a principios de los años 40 una legión memorable en América y los Estados Unidos.

Tal y como se hace visible en el tomo 2 y 3 del Epistolario íntimo, la llama racional, estética, filosófica y artística asumida y abrazada por el socrático intelectual, concibe un mundo en el cual la experiencia del crear y el pensar el camino de las letras y las artes influyó y galvanizó el ideal del pensamiento independiente, allí donde la órbita del derecho a la cultura nunca perdió en él su llama y ruta persistentes como vida del pensamiento.

De ahí que su errancia por los caminos del pensar logró apoyarse en la búsqueda de una paideia y una utopía legibles en este Epistolario íntimo y en las diversas correspondencias con otros pensadores, escritores e intelectuales que hicieron con él “camino al andar”. De ahí la complejidad y riqueza que encontramos en su pensamiento crítico y en su escritura testimonial cuyo valor sobresale en los tres tomos de este Epistolario íntimo.

Los nombres que resuenan y aparecen en esta correspondencia íntima surgen como cuerpos de pensamiento, autoridad literaria y moral; toda vez que la historia social, cultural e institucional vigente en la gran mayoría de pueblos latinoamericanos y del Caribe, se ha forjado a partir de huellas, ecos, ríos y nombres convertidos en ficciones, gestos y preguntas o respuestas sobre el otro.

Así las cosas, lo que se documenta en el espacio íntimo es también el estado íntimo del sujeto, como tiempo y memoria de una visión de “lo otro” y el “otro”. El tiempo, la pregunta, la respuesta que subyace como tejido memorial y biográfico propiciador revela un vínculo moral, mayéutico, mediante el cual se sugiere en la pregunta-respuesta sobre lo real y sus alcances.

Las mismas relaciones entre América y España han ido cambiando después que Reyes fue designado en Río y como tal ha tenido que vivir de nuevo en América. Aunque Brasil forma en el ámbito continental una visión de la América portuguesa, esto es, de un espacio comunitario que habla su lengua-identidad a partir de textos, crónicas y arte; el elemento que a través de cartas, movimientos, círculos intelectuales y editoriales se hace visible o legible en su proceso de reconocimiento, interpretación y comprensión de la cultura-literatura.

El homenaje a la literatura como camino hace que AR y PHU construyan una hermandad, pero en base a la intimidad de los saberes; el Epistolario íntimo es aquella vía para socializar entre amigos el mundo de las ideas, las contradicciones de vida, las incertidumbres y las certezas; el pensamiento, la memoria y la convicción marcan el rumbo, la acción integradora como cuerpo y fundamento de concepción y necesidad cultural.

Es cierto que la correspondencia AR-PHU remite a la tradición clásica europea. Grecia, Roma, España y Francia son cuatro líneas del eurocentrismo que se observa en su discurso crítico-cultural y sobre todo en sus historias de las ideas que escriben cada día y que revelan en cada obra como proyecto intelectual que, “en progreso”, construyen ambos como necesidad.

La vuelta a la tradición clásica y a las fuerzas y creaciones del mundo hispánico marcan su trayecto de vida y cultura, siendo la lengua el movimiento que ordena sus ensayos, poemas, obras de teatro, tratados, cartas y líneas cardinales legibles en lo que hasta ahora se ha establecido como visión y corpus.

Lo que desde 1920 a 1930 revelan los planes intelectuales de PHU y AR son sus líneas cardinales de acción, cosmovisión, creación y focos principales de pensamiento y razón. Ya en la década del 30 encontramos un trabajo literario con vertientes de ideas, surcos filológicos, literarios y filosóficos con frutos, líneas, núcleos formadores y un alumnado que en México y Argentina tendrán futuros resultados.

Las diversas políticas docentes, institucionales y económicas, han influido en algunas relaciones internacionales y nacionales que inciden en sus determinaciones literarias, culturales y estético- artísticas. Los libros e imágenes culturales se asumen como proceso, relación y convicción escrituraria. Es a partir de aquí cuando su obra va cobrando importancia y tamaño intelectual y cultural en el contexto hispanoamericano.

Lo que surge de este Epistolario íntimo… y otros epistolarios descubiertos más tarde, dispersos por revistas y recopilaciones hechas por estudiosos, contribuyen hoy a reunir su pensamiento y contexto de preguntas, respuestas y líneas de proceso integradas en obras fundamentales sobre literatura y pensamiento, tal y como hemos visto en el transcurso de nuestras lecturas y recorridos críticos. Desde estos caminos y marcos de saberes se actualiza toda una memoria cultural en potencia y en acto de creación.