Desde el anuncio del nombramiento del señor James Brewster como Embajador de los Estados Unidos en República Dominicana, la Jerarquía de la iglesia Dominicana, expresó su rechazo por ser éste un activista por los derechos humanos de las personas LGBT.  La política católica con respecto a personas LGBT no es diferente a la del ejército estadounidense hasta recientemente: “don’t ask don’t tell”.   Es decir, es aceptable si se mantiene en secreto y en abstinencia.

La expresión de rechazo del cardenal López Rodríguez desde el anuncio del nombramiento del embajador se fundamentó en el Génesis Bíblico: “Dios los creó macho y hembra”, creando un clima de rechazo entre católicos usando términos derogatorios y condenatorios para referirse a los gays. Su llegada al país, acompañado de su esposo Bob Satawake, creó una crisis en círculos diplomáticos. Primero en Roma, a través del Embajador dominicano Víctor Grimaldi ante el papa, y luego a través del Nuncio, Arzobispo Jude Thaddeus Okolo, al discriminar al Sr. Satawake de la primera actividad social del cuerpo diplomático con sus parejas.

Ninguno de los Embajadores citaron la Biblia en sus argumentos. Aludieron en cambio a la Constitución Dominicana para justificar sus prejuicios religiosos.  Pero el artículo que prohíbe el matrimonio igualitario es anticonstitucional.   Existe por chantaje del Cardenal a los congresistas en el 2009.  Grimaldi y el nuncio quedaron humillados ante el rechazo del cuerpo diplomático a participar en actos discriminatorios, y también por la ausencia de validación de la cancillería y del gobierno de Danilo Medina para respaldar sus posiciones.

Durante el mes de junio, mes del orgullo Gay, el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos a las actividades de celebración trajo nuevos actores a manifestarse en contra de los LGBT. No solamente las Iglesias Evangélicas movilizaron a su población a demandar que el gobierno declarara persona non grata al Sr. James Brewster. También ciertos periodistas e “intelectuales” dominicanos alzaron sus voces en contra de la acción afirmativa del Embajador hacia la comunidad LGBT dominicana.

No debemos de pasar estos acontecimientos sin examinarlos. Son pocas las ocasiones que en República Dominicana se debaten hechos sociales, dado que gobiernos autoritarios, clientelistas, y corruptos, no están interesados en que la verdad se conozca; les interesa el apoyo de las Iglesias y confundir al pueblo para tomar decisiones que no se fundamentan en evidencias, sino en propagandas con intereses sectarios y particulares. 

La naturaleza moral y epistemológica del debate

El debate se ha centrado en una pregunta de carácter moral: ¿Es bueno o malo el matrimonio igualitario (igual para parejas del mismo sexo y heterosexuales)?  Los que lo rechazan arguyen la enseñanza religiosa (católica y evangélica) fundamentada en los textos milenarios del génesis bíblico: Dios creó nuestra especie como hombre o mujer, solamente. Toda otra forma de sexualidad es una aberración que se desvía del orden divino.  Además, Dios ordenó crecer y multiplicarse.  Las parejas del mismo sexo no pueden multiplicarse y dan mal ejemplo a sus hijos, que supuestamente crecerán psicológicamente desviados.

La moralidad versus inmoralidad del comportamiento sexual de personas LGBT, tiene un fundamento epistemológico.     La epistemología (filosofía 101) ha sido definida como la disciplina que estudia cómo se genera y se valida el conocimiento de las ciencias. Su etimología nos llega del griego, por la unión de las palabras episteme que puede traducirse como “conocimiento o ciencia” y logos que puede significar “discurso”.  De aquí que afirmar que las personas LGBT tienen los mismos derechos que las heterosexuales es una afirmación epistemológica.  Estٞá fundamentada en el conocimiento científico sobre la sexualidad humana. No en ninguna verdad supuestamente revelada en algún texto sagrado.

Según la American Psychiatric Association (APA), [Asociación Americana de Siquiatría], la orientación sexual difiere de la identidad de género.  Esta última se refiere al sentido interno de ser hombre o mujer (ej.: biológicamente ser hombre y sentirse mujer con un cuerpo extraño; o viceversa). Por otra parte, el concepto de orientación sexual va más allá del de comportamiento sexual.  Incluye sentimientos e identidad.  Desde el 1992, la APA ha emitido publicaciones para educar al público sobre el resultado de investigaciones científicas sobre la orientación sexual, (Ver http://www.psychiatry.org/lgbt-sexual-orientation).   Estos resultados, contradicen las afirmaciones de las Iglesias y creyentes que fundamentan sus opiniones en la Autoridad eclesiástica para opinar sobre temas científicos sobre el comportamiento humano.   A continuación las principales afirmaciones de la APA, la más reconocida asociación científica del área en las Américas:

1) Nadie sabe lo que causa heterosexualidad, homosexualidad, o bisexualidad.  En el pasado se consideraba la homosexualidad como producto de relaciones familiares problemáticas o desarrollo psicológico desviado.  En el presente las ciencias del comportamiento humano reconocen que esas afirmaciones fueron el resultado de falsos supuestos en ausencia de información y presencia de prejuicios.

2) No existe ninguna evidencia científica publicada que apoye la eficacia de la llamada terapia reparativa para cambiar la orientación sexual de una persona.  Tampoco es incluida como enfermedad con terapia en el Task Force Report de la APA.  Alterar la orientación sexual de una persona NO es una meta del tratamiento psiquiátrico.  Por el contrario, la APA recomienda una Psicoterapia Afirmativa Gay para reforzar un desarrollo psicológico positivo y poder enfrentar los efectos negativos de la estigmatización en la sociedad.

3) Niños criados por parejas gays, tienen las mismas probabilidades de ser sanos y estar sicológicamente ajustados, que niños criados por parejas heterosexuales. Adicionalmente, los niños criados por parejas gays y por parejas heterosexuales tienen las mismas probabilidades de ser gays. En otras palabras, la inclinación sexual de los padres no afecta la inclinación sexual de sus hijos e hijas.

Espero poder responder con las afirmaciones de la APA los argumentos de muchos comentaristas religiosos a mis últimos dos artículos, y reforzar los que apoyaron el conocimiento fundamentado en la ciencia.    La ciencia busca la verdad.  No cristaliza sus conocimientos en dogmas; cambia sus paradigmas cuando surgen nuevas evidencias.  En cambio, cuando la religión se utiliza como base de conocimiento, es necesario creer sin evidencias.  Cuando Iglesias y gobiernos intentan “integrar” ciencia y religión, lo que logran es confundir a los niños en las escuelas y a ciudadanos que no han tenido la oportunidad de lograr una educación de calidad.

Esta confusión está integrada en el Catecismo Católico, en la Ley Orgánica de Educación Dominicana y en los textos del Área de Formación Integral Humana y Religiosa que el gobierno obliga en las escuelas públicas para cumplir el mandato buscado por Rafael Trujillo con el Vaticano.  De aquí la principal razón por lo que no debe enseñarse religión en las escuelas públicas, ni permitir a un grupo sectario dictar la educación sexual en todo el territorio nacional.

Por el ejemplo, La Enciclopedia Católica Online define la fe de forma objetiva y subjetiva: “Objetivamente, representa la suma de verdades reveladas por Dios en la Escritura y la tradición y que la iglesia nos presenta de forma breve en sus credos. Subjetivamente, la fe representa el hábito o virtud   por el cual obtemperamos a esas verdades…se puede inducir al intelecto a asentir a una verdad… solamente debido a que esta verdad, aunque no sea evidente en sí misma, descanse en una grave autoridad—por ejemplo, aceptamos la aseveración de que el sol está a 90, 000,000 millas distante de la tierra porque autoridades competentes y veraces garantizan ese hecho.   Esta última clase de conocimiento es lo que se llama fe y es claramente necesario en la vida diaria. Si en la autoridad en la que basamos nuestro asentimiento es humana   y por lo tanto falible, tendremos fe humana y falible; si la autoridad es divina, tendremos fe divina e infalible. Si a esto se añade el medio por el cual se nos presenta la autoridad divina para ciertas declaraciones, por ejemplo, la Iglesia Católica, tenemos fe divina católica”.  (http://ec.aciprensa.com/wiki/Fe#.U-MHlvRDsTA).

La Enciclopedia Católica crea confusión en niños y personas con bajos niveles de educación.   Ignora totalmente los procesos necesarios para construir conocimientos (los métodos de la ciencia) y falsamente o maliciosamente denomina la medición matemática entre el sol y la tierra un hecho de “fe humana falible”.   En cambio, denomina “conocimientos” a las creencias religiosas supuestamente reveladas y demanda fe ciega a sus creyentes, aunque carezcan de ningún tipo de evidencias. Lo que es peor, es que elevan la ignorancia, o sea la fe sin evidencias, a la categoría de virtud; instrumentalizan el miedo a una existencia eterna de sufrimientos de no subsumirse a su obediencia; presumen de ser mensajeros divinos para administrar bienes futuros en un mundo invisible que presumen conocer; y demandan ser financiados por el estado y sus creyentes para administrar sus conciencias.  Todo en contra de los principios de libertad e igualdad que marcan el mundo moderno y la autonomía crítica de la ciudadanía para construir un estado democrático, social y de derecho.

Inútilmente pretenden parar el conocimiento científico y la búsqueda de la verdad.  El carácter experimental, falible, y crítico de la ciencia la ha hecho avanzar exponencialmente en las últimas décadas.  En su avance, ha ido develando los misterios de la naturaleza, y tumbando los dioses del Olimpo y la magia manipuladora que separa al ser humano del conocimiento y la transformación de su mundo.  Ante la crisis ecológica del capitalismo global, la ciencia puede ser nuestra aliada para enfrentar el cambio climático y la carencia de fuentes de agua potable.