-Saludos señor colchón ¿Podría hacerle unas cuantas preguntas?

-Saludos, señor humano ¿Preguntas sobre qué?

-Pues acerca de vida, su personalidad, su trabajo, sus aspiraciones…

-Sí, claro, me vendrá bien hablar con alguien que me escuche ya que mi existencia es tan callada, tan resignada… aguanto tantas cosas…

-Bien, podríamos comenzar por cómo es su vida, se siente satisfecho con ella…

-La verdad es que es más aburrida de lo que a primera vista pudiera parecer…y sufrida, sí, los colchones sufrimos mucho, yo diría que demasiado, no es una vida tan relajada como a primera vista parece cuando nos exhiben en los escaparates tan tranquilos y reposados.

-Pero encima de ustedes suceden muchas cosas buenas…

-Es cierto, muchas, a veces hasta demasiadas pero también las hay malas y hasta pésimas que son la mayoría. Verá, tenemos que soportar grandes pesos diarios sobre nuestros muelles-costillas de cien, doscientas y trecientas libras sin protestar durante muchas horas al día oyendo ronquidos, oliendo horrorosas flatulencias, soportando sus toses, sus hipos… eso agota y asquea lo indecible. Ustedes las personas ni se imaginan

-Pero también descansan muchas horas al día…

-No crea usted que es así, después de levantarse te remueven y golpean cuando ponen las sábanas, muchos se echan una pavita al medio día o una siesta por la tarde o cuando llegan de trabajar y otros como los recién casados, ya sabe, hacen horas extras amorosas, no nos dejan en paz y la verdad la necesitamos para reponer fuerzas

-Pero ustedes actualmente están hechos de aceros especiales, los llamados esprines, que resisten mucho peso y unas fibras especiales que tienen ventilación continua por dentro…

-Eso dicen en los anuncios para embaucar a los compradores pero la realidad es que con el tiempo nos llegan a doblar y deformar, imagínese por ejemplo dos personas de doscientas o doscientas cincuenta libras cada una días y días, meses y meses, años y años encima y moviéndose de un lado para otro, una sobre la otra, no hay quien lo resista. Claro que en los colchones de antes eran mucho peor cuando el interior estábamos hechos de lana de borregos, paja de trigo o avena, trapos desechados y otros materiales. Cada cierto tiempo nos abrían las tripas nos las sacaban y golpeaban para ablandarlas y airearlas, además teníamos ácaros, pulgas y chinches muy molestos y hasta peligrosos. Deberían conocer la historia de los colchones a través de los tiempos es bien ilustrativa y curiosa ¿Sabía usted señor humano qué hace 77.000 años el hombre ya dormía sobre pajas?

-No, no lo sabía, es muy interesante. Pero los hay que solo tienen niños pequeños encima más livianos…

-Buuuff, esos son los peores, los pequeños saltan con sus juguetes una y mil veces encima como si fuéramos parques infantiles, los adolescentes pasan horas y horas perdiendo el tiempo echados con sus computadoras o celulares, y los bebés se orinan a cada rato, vomitan sus biberones, se hacen popó y muchas veces traspasan las sábanas o los pañales y nos llegan todas esos desechos, es sencillamente asqueroso ¡¡Puaggg!!

-Pero también cuando las parejas o los matrimonios…bueno ya sabe… le dan a la manilleta…ustedes los colchones lo deben disfrutar ¿No?

-¡Ay, si yo le contara! las primeras veces que se revuelcan teniendo relaciones sexuales está bien, le encienden a uno la curiosidad, el morbo, la excitación, uno ve y oye cosas que si yo le contara se pondría colorado, verde, amarillo, azul turquesa…pero después de un tiempo los participantes vuelven a una rutina y uno se cansa de siempre los mismos numeritos. Claro que los hay también que nos dan unas verdaderas pelas sexuales extras, pero además los colchones estamos sin participar, como mirones silenciosos, vamos a la fiesta de pariguayos. Y si por mala suerte los amantes son de esos de trío o de a dos parejas ni le digo, quedamos hechos puré de yautía.

-Creo que ustedes los colchones se quejan demasiado

-¿Demasiado dice usted? Mire, muchos humanos además de todo lo anterior comen desayunan meriendan o cenan sobre nosotros, a veces nos caen líquidos, agua, leche, salsas, sopas, fideos… es asqueroso ¿Y cuando la gente que está herida y enferma, agonizando durante días y semanas, meses? se hacen sus necesidades encima, sangrando, botando pus, bilis, comidas y medicinas… y después que se mueren hay tenerlos horas encima hasta que las funerarias se los llevan, huuuffff usted no sabe lo que es amanecer con un cadáver tendido arriba de uno y una familia velándolo con los clásicos lamentos de que si el finado era muy bueno o muy malo, o eso de ¡Enrique por qué nos dejaste con tus deudas! o ¡Por fin, bandido, ya era hora de que heredáramos! Y por nada del mundo quisiera haber nacido cama de hospital, esas hermanas nuestras sí que sufren las pobrecitas, encima uno herido en pedazos, otro muerto de tuberculosis, otro, y otro más, sin parar… son unas Madres Teresas cameras merecen un premio Nobel al Sufrimiento.

-Bien pensado, veo que ser colchón no es tan sencillo ni glamoroso como creía, de todos modos le agradezco mucho sus declaraciones, que tenga un feliz descanso como dicen en su publicidad, Gracias.

-De nada, encantado de haberle podido explicar un poco por encima como somos de socorridos nosotros los colchones.