Ucrania es un país europeo que tiene más de 44 millones de habitantes; y además, es conocida en la región por la proliferación de iglesias ortodoxas. De pronto, visto en el espejo este país de fieles ortodoxos da al mundo una lección política que sacude los cimientos de la política partidista para ponernos a reflexionar.
El domingo pasado, los ciudadanos ucranianos se cansaron de las mentiras de los políticos, aquellos que prometen cosas en campañas electorales y luego se les olvida cumplirlas.
Más del 72% expresaron así su ¨rabia¨ y su disgusto mediante voto directo en las elecciones presidenciales para escoger como su próximo presidente a un payaso (no quiero minimizar la capacidad intelectual de Vladimir Zelenski cuando digo: ¨un payaso¨. Pero, literalmente Zelenski es un extraordinario payaso; además sabe hacer reír en idioma ruso).
En América Latina, en la actualidad tenemos algunos presidentes que sin ser ¨payaso¨ de profesión se convirtieron en uno de ellos (para vergüenza de la propia Sociedad de Payasos).
Por ejemplo: Mauricio Macri de Argentina: es un político y empresario mentiroso, patético y capaz de mentirse a sí mismo… entre otras mentiras, este señor les dijo a los argentinos en campaña electoral, que en su gobierno llevaría a una Argentina con los índices de pobreza tasa 0%.
Este tipo de ofrecimiento de empleos y otros asuntos para reducir la pobreza que hacen dichos políticos sin tener la base para la creación de los mismos y el modo de sustentarlos, sin darse cuenta (le pone la tapa al pomo) encubando presión atmosférica de gas acetileno.
Todos estamos [J] hartos, irritados, excoriados, inflamados, indignados de la política populista y los políticos mentirosos. ¿Por qué mentir? Por qué ofrecer lo que usted sabe qué no se puede hacer.
Por esta y otras razones más la rabia de los ucranianos hierve y, prefieren mil veces a un «payaso» que por lo menos les haga un chiste, una muesca, una sonrisa, una historieta… y no, un intelectual que el 90% de las cosas que habla es mentira con la intención de tomarles el pelo como a estólidos pendejos, brutos, patosos, lerdos, tarados…