“¿Y fue por este río de sueñera y de barro

que las proas vinieron a fundarme la patria?

Irían a los tumbos los barquitos pintados

entre los camalotes de la corriente zaina.

Pensando bien la cosa, supondremos que el río

era azulejo entonces como oriundo del cielo

con su estrellita roja para marcar el sitio

en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.

Lo cierto es que mil hombres y otros mil arribaron

por un mar que tenía cinco lunas de anchura

y aún estaba poblado de sirenas y endriagos

y de piedras imanes que enloquecen la brújula…”

El sábado pasado, al caminar entre manglares y hundir mis botas en las playas de Luperón,  pude rememorar los versos de Jorge Luis Borges en su poema Fundación Mítica de Buenos Aires, pues al adentrarme entre la vegetación, pisar la arena y sentir la brisa marina, fue inevitable imaginar aquellos días en que las naves españolas arribaron a ese punto geográfico donde se fundó la primera ciudad del nuevo mundo.

Acudí al Municipio de Luperón, ubicado al norte de la República Dominicana, para sumarme a la décima jornada de limpieza de manglares conocida como “Olitas verdes”, lo cual fue muy grato para mí, pues además de recorrer la bahía tuve la oportunidad de conocer la solidaridad y calidez de su gente.

Aparte de sorprenderme con la belleza de Luperón, descubrí que existe una extensa diversidad biológica que necesita de nuestra ayuda, pues una gran cantidad de basura  se filtra por las oquedades donde se ocultan los cangrejos; los peces y delfines flotan entre fundas y restos de unicel; las plantas crecen deformadas entre botellas y latas de cerveza; mientras las aves confunden con alimento los desechos de papel sanitario.

Afortunadamente, no solo fui testigo de esta desventura ecológica, pues en contraste pude ver un Luperón unido en torno a una misma causa; toda vez que en esta jornada participaron asociaciones civiles, empresarios, órganos públicos y privados así como familias enteras entre las que se podía apreciar a niñas y niños tomados de la mano de sus padres, adentrándose entre los manglares para limpiarlos.

Entre todos, acopiamos 690 costales y 398 fundas de basura que- en principio- no debería estar y que no debimos permitir que llegara hasta ahí.

Para dar solución a este tipo de problemas, en el Plan de Desarrollo Municipal fraguado por el gobierno local de Luperón que encabeza el Alcalde Douglas Pichardo,  se contempla como prioridad poner en práctica modelos de desarrollo donde las actividades económicas se armonicen con la conservación del medioambiente, y a partir de una planificación fuerte y articulada, sustentada en decisiones y acuerdos formales, se evite la degradación de los recursos naturales, así como la alteración del ecosistema.     

Agradezco a  los luperonenses, por su hospitalidad y calidez, particularmente a Alex Castillo, Madeline Marte y Vianney Padilla, quienes me hicieron sentir como en casa durante la jornada. Especial agradecimiento merece la Fundación Grupo M así como el Ingeniero Fernando Capellán y su familia, quienes coordinan y lideran estos esfuerzos que contribuyen a que en este mundo siga existiendo un rincón donde se puede disfrutar de olas verdes, así como de ese paisaje azul venido del cielo.