Hay ochenta y cuatro bienes y servicios en la canasta básica que se consideran No Transables, definidos como bienes que tienen barreras para ser importados (cuotas, prohibiciones, altos aranceles) o por su naturaleza la actividad comercial es local. Estos representan en ponderación casi la mitad del gasto de las familias y se encuentran items con esta característica en todos los grupos, con la excepción de las Bebidas Alcohólicas y Tabaco.
Los bienes que tienen esta particularidad fueron así clasificados en diciembre del 2010, fecha en que los bienes también se les asigna su índice de 100 y la ponderación que se encontró en las encuestas de ingresos y gastos a los hogares. Se entiende que las ponderaciones se mantengan fijas, generalmente por diez años, pero esta clasificación sobre si transables o no se debería esperar fuera cambiante para los casos en que su ubicación depende de las barreras al comercio internacional.
Por ejemplo, si en la mitad de vigencia de la encuesta de ingresos y gastos un país entra en un acuerdo comercial que reduce drásticamente los aranceles, o si opta unilateralmente por desmontar los propios, cambia la situación para bienes que tenían poca o ninguna competencia con bienes importados. En nuestro caso, comprobé que nunca ha cambiado la clasificación al comparar el anexo correspondiente en los informes anuales 2011 y 2018.
En la gráfica se compara la evolución del Indice de Precios para esos dos grupos que pasan de su valor 100 en diciembre 2010 a 134.24 y 133.98 para los No Transables y los Transables, respectivamente, en noviembre 2019. Con una ponderación y valores similares muy parecidas es de esperar que la incidencia o impacto en la inflación anual para esa fecha sea también parecida.
De la visualización de Power BI creada para calcular la incidencia de todos los bienes de la canasta básica, con recuadros de selección también para la clasificación del tipo de bien (si entran o no en cálculo inflación subyacente y si son transables o no), la tabla presentada es un extracto con los bienes y servicios del grupo No Transables, con columnas para el IPC a noviembre 2018 y 2019, la tasa de crecimiento y el valor de la incidencia en la inflación del año.
Los No Transables tienen una incidencia de 1.43 puntos porcentuales del 3.23 en que varía el IPC entre esas dos fechas, es decir, explican un 44% de la variación. La lista, organizada por la incidencia, la encabeza el Pollo Fresco que con respecto a su precio en noviembre 2018 aumentó en 7.34%. En cuarto lugar tenemos el Arroz, un bien con alta ponderación en la canasta básica, uno de los componentes del Plato Bandera Nacional, que aumentó 2.93% en ese año.
El IPC del Arroz es 127.6%, algo que indica que lo que se compraba en diciembre 2010 con 100 pesos hoy hay que pagar 127. En el recuadro debajo de la gráfica están las importaciones de arroz para el año 2018, por código arancelario, que se toman de la visualización en Power BI para ver los datos de comercio exterior de la Dirección General de Aduanas. Se importaron US$11.4 millones de dólares, casi todo desde Estados Unidos, y el arancel de 20%. Es una tarifa muy alta que no estoy seguro si está también sujeto a cuotas, medidas de salvaguardas u otros inventos para impedir el libre comercio en acuerdos que se autobautizan como de libre comercio.
Hoy esto es interesante porque son aranceles que deben bajar por el compromiso asumido dentro del acuerdo del DR-CAFTA y, por supuesto, ya se está oyendo que el mundo se acaba en el 2020; que nos va a pasar lo mismo que Haití donde desapareció la pujante industria arrocera que podía llevar a los hambrientos haitianos el plato de arroz un poco más caro que el subsidiado o regalado extranjero; que allá importaciones y caridad destruyeron lo de “el arroz haitiano para el consumidor haitiano y nuestro arroz será caro, pero es nuestro arroz”; costaba, pero se pagaba con orgullo y además daba empleos a gente que al perderlos tuvo que cruzar a trabajar aquí; que tenemos que vernos en ese espejo porque la cena navideña del próximo año aquí la haremos con arroz y pierna de cerdo que, aunque más baratas, tendrán el sabor agridulce de prósperos negocios, cultura y empleos perdidos del que saldrán relatos reales nos sacarán más lágrimas que el destino de Encarnación Mendoza en esa nochebuena fatal. He terminado el año inconsolable.