Imagina que has cruzado el tiempo y que te diriges a Buenos Aires. Has logrado entrar al concierto sin pagar un centavo.

Después de analizarlo todo, has firmado con una serie de intérpretes y compositores -Maselotti, Los tipitos, Los Auténticos Decadentes, Los Violadores- que darán su arte (su arte y su sudor en el escenario) a una serie de fanáticos apostados en algún lugar de Corrientes.

Un día no común -entre tus días y tus meses, qué diferencia cabe?- habías decidido subir a preguntar cómo funcionaba el dispositivo en el Canning Multiplex, Dinosaurio o Sunstar Cinemas. El administrador del cine parecía haber visto una aparición, un aliado de Lumiere, un iniciado o mejor (he aquí el secreto), una persona que hubiera viajado -dos veces- en el tiempo. El jacket que llevabas era del abuelo, che, de modo que eso ayudaba. Parecía que hubieras entrado para decir algo trascendente, una frase inmortal para escribirla en mármol. Igualmente, esa frase era algo que -viéndolo bien- tendría que ser cronometrado -o anotado- en una libreta inmortal de la Twenty Century Fox (o Telefe). Tendría que ser en la libreta del administrador, che. Después de todo, te explicaron cómo funcionaba la máquina de proyectar figuras -el cinematógrafo- y se te dijo que los masones querían verte. Se te hizo una extraña reverencia como las que hubiera hecho James. B. Gordon.

Esa noche apareció -secuenciado- el intérprete de rock mas elevado de muchos planetas, tu querido flaco. Que dónde apareció? En el José Amalfitani hacia 2010, Buenos Aires. Llevabas como encargo inspeccionar lo que ocurría en los cines. Por el simple hecho de que la actriz tenía que sentirse una con el mundo que la rodeaba, acceder era como perder el contacto con un film de vieja época. Era empezar a habitar el cuerpo del personaje. Son las bandas eternas, ahora que sientes que todo se transforma en una ebullicion de las almas. Entre todos en el recital: Baltasar Camotto, Juan del Barrio, Mono Fontana, Beto Satragni.

Percibíamos que el constructor de imágenes -que podía ir de Pennebaker a Jarmusch- no era un intepretador de papeles actorales. Los actores, Lana Wood, Carmen Martin Gaité (Caperucita en Manhattan), Tay Garnett o Eleonor Roosevelt, proponían una lectura para la fábula. Como si se tratara de una batería, se termina aprobando que sean proyectadas las películas.

Mientras tanto, escuchamos ‘El enemigo’, ‘El mar es de llanto’, ‘Ni hables’, ‘Tonta luz’, ‘Adentro tuyo, ‘Llama y verás’, ‘Abrázame inocentemente’, ‘Esta es la sombra’,‘Mundo disperso’, ‘Cine de atrás’, ‘La verdad de las grullas’, ‘Bahía final’, las canciones de Silver Sorgo. Viéndolo en retrospectiva, pocos son los que han subido al proyector del cine para preguntarle -al que ejecuta la maniobra- como diablos se fijan las figuras en la pantalla. Quieres saber cómo hay una concordancia entre el sonido y la imagen. Tómese el ejemplo de una película de cine que ves ahora un domingo cualquiera. Esa película -Rocking the Blues, Stop making sense, Pump up the volume- (has percibido), está compuesta de diminutas partículas que, al efecto de la luz, proyectan una imagen secuenciada. A partir de la fotomecánica se permite, a través de un dispositivo de aceleración, proyectar la película sobre una superficie blanca. Asimismo, la vida es una serie de fotogramas instantáneos que se va desplegando ante los espectadores.

Una tarde -entre tus tardes y tus días, que diferencia cabe?- diste con una explicación fenomenal. Era en torno a unas cuantas láminas que habías dibujado. Esas láminas no existían sino en tu imaginación. Tomando una cámara -con las dos manos- te dijiste que pronto el cine cambiaría de formato. Eso fue lo que imaginaste. Habías pensado en el cine mudo y no en el technicolor. Habías pensado en Die Heartbreakers, en Directos al infierno -de Alex Cox-, o en Elvis Meets Nixon. Habías pensado en Mcartney, Lennon y Serú Girán (tu amigo Oscar Moro), los Beatles argentinos. Entonces, te alcanzan el micrófono. Y piensas en ‘No te busques ya en el Umbral’, ‘Alma de Diamante’, ‘Color humano’ en el box set de Las Bandas Eternas.

Esperas -ahora- enviarme la historia de Charly García, Litto Nebbia, el Indio Solari, Los Ratones Paranóicos, Daniel Melero, Soda Stereo, Fito Páez, y Los Violadores. Comparando los acordes de una canción con la física subatómica (la madre atómica que pergueñó los niños que escriben en el cielo?), las moléculas en ellos son cargas radioactivas, protones y electrones de una sinfonía musical. Luego, en la ebullición de Santa María de Punilla, cambias el cidi hasta llegar a los quarks.

Como sabes desde Silver Sorgo, el problema está en el hecho de que si conoces bien lo que lleva en su maletín un señor de gafas oscuras -o los hombres de negro, ya que estamos- probablemente entiendas, como en Radio Luxemburgo, cómo -en estudio y en vivo- se estructura el Universo. Sin embargo, para lograr esto, se recomienda destapar dos Coca-Colas al mismo tiempo y así.

En el caso de Spinettalandia y Peluson of Milk, nos propusimos entender el Cosmos. Atacaríamos con cierta independencia con el recuerdo de Almendra o Para los arboles. Habría una explosión de pelusas y polillas, un pulóver vestido de color azul. Era un abrigo ahora intensamente reformulado. El tester de violencia no llegó a nosotros, pero pretendíamos que todo surgiera del Unplugged. Cosquín Rock estaba en manos de Sergio (o eso se pretendía) y nos llegó el momento de hablar de Artaud. Todo cambió como en lo de Katmandu de Fito (que tiene una canción que te enloquece). Percibimos a Charly sin total interferencia o con ella. Era el retorno a León Gieco.

Volviendo a Spinetta, me enseñas los pósters de Kamikaze, Mondo di Cromo, Camalotus y Pan. Me dices que en Cosquín se presentaron este año Charly Garcia, Las pelotas, Ciro y los persas, Skai Beilison y los Fakires, Las pastillas del Abuelo, Babasónicos, La Vela Puerca, Yllia y los Valderramas, Fuerza Bruta, León Gieco, Catupecu Machu, Guasones, Ivan Noble, Carajo, Salta la Blanca, Banda de Turistas, Eruca Sativa, La que faltaba, El kuelgue, Jauria, Raly Barrionuevo, Nonpalidece, Dread Mar 1, Zona Ganjah, Dancing Mood, y muchos más.

Ahora, escuchas a Calamaro, Almendra, Pescado Rabioso, ese movimiento tan inofensivo, en el barrio de Belgrano, Buenos Aires. Y con esa Fender, entusiasmados, corremos a esa actriz del bajo mundo tan radical en su citronave. Ahora, -en Cosquín- me dices que los patrocinadores son Vos, Greenpeace, La Calera, Vorterix, Urquiza, Snob, Swift,  Fiat, Movistar y Pepsi Music. Permanecemos como en el álbum Elija y Gane o en esas partituras con borrones azules.