En el discurso se presenta al otro como mentiroso, para individualizarse y afirmase ante sus propios ojos. Se capta  en sí mismo como aspira a ser. Y finalmente  se historia en esta historia incompleta o falsificada… De este modo, la lengua suministra el instrumento de un discurso en donde la personalidad del sujeto se libera y se crea, alcanza al otro y se hace reconocer por él.(Benveniste, Problemas de Lingüística General, I, 1980,p.77).

Se presenta un breve análisis  deíctico y crítico desde la lingüística de la enunciación de cuatro  discursos del expresidente peledeista, en su nuevo rol de actor opositor a la gestión del Presidente actual Luis Abinader. Conviene precisar que los roles políticos determinan los contenidos y la gramaticalidad de los discursos de sus autores, pero no pueden evitar que la población tenga otra lectura de sus discursos. Hay  líderes que piensan-guiándose por la Ley del Oportunismo en la lucha por el poder -que pueden mentir en cada situación para congraciarse con el público en procura de conseguir beneficio político.  Los discursos se quedan archivados, no solo en los medios digitales, sino también en el imaginario colectivo.  Ganarse la confianza y la credibilidad en las audiencias ciudadanas, que cada vez se hacen más críticas e informadas es un asunto difícil de lograr para el político y un partido que ha estado mucho tiempo en el poder, con una larga estela de acusaciones que han deteriorado su imagen.

La primera disertación de este análisis se produjo,  aún ceñido  al poder,  el 13 de agosto del 2020 en la ciudad de  Neyba; la segunda, el 6 de septiembre del 2020 en Santo Domingo;  la tercera, el 16 de septiembre durante el congreso del partido; y la cuarta, el 8 de enero del 2021, también en Santo Domingo. Este trabajo forma parte de un estudio de investigación más amplio sobre liderazgo y comunicación política de personajes públicos dominicanos.

El eje sustancial  del análisis se ha focalizado en las expresiones deícticas del yo  enunciador, cuya  presencia subjetiva  es ostensiva en la superficie de los discursos pronunciados en su propio idiolecto corriente de Medina Sánchez, revelador del uso coloquial del lenguaje, de los pronombres y la conjugación de los verbos. El examen de ambas categorías nos revela aspectos importantes del “individuo lingüístico” pendular que aflora en sus  discursos.

Estas enunciaciones, producidas en situaciones diferentes, nos han llevado a la conclusión del descubrimiento de un sujeto único con una enorme vocación de mantener el poder, que vivió un drama en su partida del Palacio Nacional; y que posteriormente, aceptó la realidad de que habían perdido las elecciones, cuidando su espalda e inyectando ánimo a su audiencia para retornar al poder en el 2024.

El verbo y el pronombre son las partes de la oración que más están sometidas a la categoría de la persona. La conjugación de verbo dentro del discurso indica las acciones del que habla, cómo estas los afectan; y los pronombres, sus posturas y rasgos distintivos frente a los interlocutores. Pero  es más que eso: remiten a sus batallas internas, inconscientes o preconscientes, entre el deseo y la frustración. Así que, aunque parezca simple, usar el plural o singular del nombre o el pronombre, nos muestran  elementos subjetivos muy propios del que se enuncia en el discurso. Revelan qué posición ocupa en relación al poder y al dominio sobre sus súbditos. En este caso, los seguidores dentro y fuera de su partido.

Benveniste, padre de la lingüística de la enunciación, reconoció el aporte del psicoanálisis al desciframiento de la subjetividad en lo que dice y en lo que calla. Freud había dicho respecto al yo del discurso, que su ideal englobaba, subrayado en mayúscula,  la suma de todas las restricciones a las que el Yo debe plegarse, y de este modo, el retorno de su ideal. “Estas oscilaciones presentan amplitudes muy diversas, desde las más imperceptibles hasta las más extremas, como sucede en los casos de melancolía y manía, estados que atormentan o perturban la vida del sujeto atacado”(Freud. Obras Completas, Psicología de las masas, 1948,p. 1172).

En la primera enunciación, ocurrida   el jueves 13 de agosto en Neyba, se enuncia a título personal como el yo, excluyendo al nosotros, que sería su equipo de trabajo, como el ejecutor de la obra más grande en la historia política dominicana a favor de los más pobres: 12 horas de trabajo diario y una larga lista de obras inauguradas y que faltaban por inaugurar por falta de tiempo. Es tan cierto que declaró que no persiguió a nadie; quizás previendo lo que podía pasar con  el nuevo presidente que había prometido en la campaña enfrentar la corrupción y la impunidad.

Hay un quejido melancólico en sus palabras cuando  repite  sin cesar en el discurso “Me voy”. Puede que  indique lo contrario: no me quiero, ir; esto no me lo esperaba, es muy duro para mí. Leamos lo que dijo:

Me voy con la frente en alto. Me voy como entré. Trabajé más de 12 horas al día, sin un solo día de des­canso. Le entregué todo mi tiempo y mi sacrificio a servirle al pueblo domi­nicano”, No he atropellado a nadie, no he perseguido a nadie por sus ideas. Gracias al pueblo dominicano por ese inmenso honor de haberme hecho su presidente durante estos ocho años.

He trabajado por la gen­te y para la gente, he pues­to tal y como dije el 16 de agosto del año 2012 a las personas en el corazón de las políticas públicas, todo lo que estoy haciendo, por­que todavía me quedan dos días, y todo lo que he hecho lo he hecho para servir a la gente, tal vez me he equi­vocado porque es de huma­no equivocarse, pero si me equivoqué lo he hecho con la intención de servir.

Medina prometió una admirable oposición al gobierno, utilizando el plural de manera ostensiva y con aire de superioridad y experiencia probada. Con un argumento ad hominem colocó el pueblo como el destino final de toda acción política benéfica realizada por él, pero  queda pulverizado cuando se coloca por encima de él, con aire de supremacía, tal y como se enuncia en la siguiente cita, en la brota su cultura política aprendida, en la que subyace, servir al partido, para luego servir al pueblo:

Nosotros, como Partido de la Liberación Dominicana al que pertenezco, haremos una oposición constructiva, un partido que tiene 16 años gobernando nuestro país tiene un master en administración pública, conoce el Estado por dentro y no nos luce hacer una oposición irresponsable. Allí donde el gobierno necesite el apoyo de nosotros, lo van a tener, porque en definitiva, si el gobierno lo hace bien se benefician los dominicanos y las dominicanas y se beneficia el país.

El otro momento terrible del drama presidencial ocurrió aquel viernes aciago, con temperaturas altas, pronóstico de nubosidad y lluvias en la tarde en el Gran Santo Domingo. El mandatario  se despidió quejumbroso del personal, acompañado de sus íntimos colaboradores. Una nota periodística de ese día narra que recorrió varios pisos, saludando y cuidándose del coronavirus. Los  recibían  entre lágrimas y aplausos. Después de un día de reuniones intensas, abordó por última vez  la placa 01, exclusiva de los presidentes.  El ambiente era sobrecogedor. Con la caída de la tarde, también caían los ánimos y el tiempo que se le acababa como jefe de los dominicanos.

Eso es realmente lo que ha ocurrido en el discurso de despedida. El autor  se presentó como un individuo inmolado, sacrificado y que sentía el frío de la despedida. El Palacio se quedaba solo sin su rey. La prensa publicó imágenes solitarias del Palacio de gobierno. Ese vacío de poder  fue espantado a los seguidores en busca de otro reinado. ¿Pero al final, logró liberarse? ¿Se produjo una catarsis? “Me voy en paz”. Fue la respuesta a la pregunta de los periodistas cuando le interrogaron con suspicacia respecto a si se iba en paz. Habían observado su estado de ánimo y querían  destapar sus  emociones, pues ya se había filtrado entre ellos la información de que no estaría en la toma de posesión  del nuevo presidente, el 16 de agosto.

Con el discurso de juramentación, Luis Abinader había marcado el camino a recorrer como un gobierno trasparente, apegado a la ética y que dejaría en manos de una procuraduría independiente la persecución a la corrupción. Los cañones de los galeones de la anticorrupción estaban enfilados  a su pasada gestión. Los discursos éticos no cesaban y llovían por doquier las denuncias del estado desastroso y calamitoso dejado en la economía, en el manejo de la crisis sanitaria, en la justicia, en la educación y otras dependencias gubernamentales, los cuales cubrían de espanto el progreso anunciado por el exmandatario en su despedida en Neyba. Las páginas de los periódicos y los medios digitales se hacían eco, mientras la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa  mandaba a la cárcel a sus cercanos colaboradores y familiares bajo el título metafórico de la Operación Anti-pulpo.

A los 21 días, con el rancho ardiendo y la salida de miembros de sus filas, pronuncia su discurso con aire de incomodidad. Cambiaron las aguas de río y tenía que aprender a nadar en esas aguas turbulentas, donde merodean fieras marinas salvajes. Con “profunda indignación”, acusa de cobarde al gobierno y de abuso del poder. Sorprendentemente  llama a la atención su sinceridad respecto al partido, pero cuidando su espalda. Utiliza el pronombre de “ustedes” y guarda y el yo para luego.

Ustedes no soportaban la presión recibida para que buscaran dinero para hacer su campaña, porque los compañeros no querían moverse sino había logística. Por eso esta campaña fue la más cara en la historia del país.

Posteriormente, ante tantas denuncias,  afirma categóricamente: “Es cierto, no vale de nada negar que en los últimos años no fuimos la mejor versión de nosotros mismos”.  Uno se pregunta si habrá realmente una conversión de corazón, lo cual debería traducirse desde la oposición devolver  en obras para el bienestar de tantas gente pobre de este país, enviada a la pobreza extrema.

Fuente periódico El Día

Produce un giro en el discurso: inyectar ánimo para el  cambio que  espera la sociedad, con el  uso tácito  de “nosotros” y el verbo “somos”, un verbo metafísico que no indica un movimiento de acciones concretas de cambio, sino promesas.

Somos un Partido transformado y, lo que es más importante, estamos implementando medidas para que la renovación sea ya una constante, y para que nuestra organización sea ejemplo de probidad y transparencia… A partir de ahora, los votos se conseguirán con propuestas, con ideas, con el apoyo legítimo de las personas y nada más.

La tercera enunciación ocurrió al juramentarse como el presidente del PLD, el 16 de septiembre, durante el congreso del partido, justo cuando  un mes del gobierno actual.  Fue enfático en reconocer sus errores y en proponer  el cambio que necesitaba el partido en medio de las denuncias de algunos desertores, que lo acusaban de no dar oportunidades a otros miembros del partido.

Tienen que presentar resoluciones hasta que los harten, todos los problemas de su comunidad ustedes tienen que presentar una resolución y denunciar para que la gente los escuche y si no los escuchan pidan la grabación y pásenla en el campo…Tienen que hacerlo ahora, no pueden dejar que les pasen dos legislaturas porque se van a quedar mudos.

La cuarta y  última enunciación ocurrió en el mes de enero, un día después de los Santos Reyes. El PLD está de vuelta, luego de un silencio de su líder. El partido la Fuerza del Pueblo le estaba arrebatando el primer lugar como partido opositor y recibía con los brazos abiertos a los desertores de sus filas. Con las alas rotas, resurge con entusiasmo. Se desplaza del yo al nosotros para tratar de limpiar la casa. Exhorta a los dirigentes de la organización que prediquen, como Cristo, con el ejemplo.

Somos un Partido transformado y, lo que es más importante, estamos implementando medidas para que la renovación sea ya una constante, y para que nuestra organización sea ejemplo de probidad y transparencia. A partir de ahora, los votos se conseguirán con propuestas, con ideas, con el apoyo legítimo de las personas y nada más.

Pero no todos los miembros pensaban así. José La Luz, un diputado de sus filas, que había perdido las elecciones, utilizó el rap popular para denunciar a los “dinosaurios del partido” que obstruyeron su camino:

Un partido que no escucha no se quiere reinventar con todos esos dinosaurios que no se quieren apear. Hace años vengo hablando de lo que puede ayudar, liderazgo responsable no me tronche vamo’ allá;y los de adentro que no entienden, que las cosas han cambiado, lo de la Plaza de la Bandera ahí quedó todo demostrado. Perdimos las elecciones, adivine usted por qué, por el ego de dos hombres de Danilo y de Leonel, yo lo que pido es un turno y les voy a demostrar cómo es que lo puedo hacer de secretario general, pero es que me tienen miedo y así lo demostré en la encuesta de Cachicha yo a to’ me lo llevé y no se trata que se piense que me siento superior, pero aceptemos que hace tiempo el partido colapsó (El Día, 21 de marzo, 2021)

Las operaciones  -Coral y Medusa – arrollaban como un ciclón tropical categoría 5  a cercanos colaboradores. Como un cuento  de terror, la gente aguarda con suspicacia  el final trágico de si irán tras la cabeza del pulpo. Pero el exmandatario es un veterano y mostró dotes de gran estratega político. Mantiene la esperanza viva de que pueda volver al PLD para el 2024 y que los que se marchan hoy volverán cuando el partido sea nuevamente fuerte y competitivo.  El transfuguismo es cultura política desde hace décadas.  Por eso, el 3 de marzo proclamó: “Este día marca el principio de la que será, sin duda, nuestra etapa de mayor gloria. El PLD está de vuelta, señoras y señores. Con más fuerza, con más ideas, con más talento. Y nadie, absolutamente nadie, lo va a detener”.

En conclusión, este análisis de los discursos nos ha mostrado la subjetividad de un líder político que pasó de un estado idílico de su gestión y chocó con la dura a la realidad de irse sorpresivamente del Palacio Nacional. A fuera,  una sociedad dominicana cambiante y muy exigente del combate a la corrupción y la impunidad aguardaba para enjuiciarlo y pedirles cuentas. Una buena lección deja: desde ahora y en lo adelante, el que aspira a cultivar un liderazgo, tendrá que coronarse en el comportamiento ético desde la oposición, evitar  tener cola que le pisen. De lo contrario, se verá en graves problemas para logar confianza en el electorado. Debe, además, dejar esa neurosis emotiva  de  afán de poder y dar más oportunidades a otros. Liberarse del propio ego, el peor enemigo del ser humano. Hay mucho que aprender de los grandes líderes que cultivaron los valores del espíritu y aprendieron a controlar esos egos autoritarios.