Desde hace 4-5 años se repite el patrón de escandalización continua de la opinión pública por la forma en que se celebran los entierros de jóvenes que pertenecieron a redes delictivas, bandas y/o que han sido asesinados por la policía en supuestos “intercambios de disparos”.
Los medios de comunicación deben asumir un mayor acercamiento a la cotidianidad en barrios y comunidades rurales en una forma más abierta y libre de prejuicios, para tener una mayor comprensión y tolerancia frente a este fenómeno y muchos otros…
En nuestra cultura popular existen una serie de rituales y manifestaciones vinculadas a la muerte que plasman el sincretismo mágico-religioso afro-caribeño en una religiosidad popular compleja y dinámica. Los prejuicios y estigmas con que abordan los grupos de poder estas manifestaciones bloquean la difusión de las mismas como parte de nuestra identidad cultural.
Algunos elementos que caracterizan estas expresiones son:
a) Mezcla Duelo-fiesta.. La muerte está asociada a la vida en los sectores pobres y este contenido vital de la muerte tiene origen en la cultura afrocaribeña. En ella se mezcla el dolor y con el contenido festivo del sentido de la muerte expresándose así en la combinación de: rezos, bailes, juegos y brindis de comida.
b) “Al muerto lo que pida”. En los sectores pobres se busca complacer al muerto con sus gustos y sus deseos. La música que se toque en el entierro o en los nueve días depende sus preferencias musicales que puede incluir: palos-atabales, perico-ripiao, bachata, merengue, salsa, baladas o reguetón.
c) Colectivización del duelo y de la celebración de la muerte. Los gastos del entierro, la compra de la caja, la comida, café, sillas que se utilizan para la celebración se cubren con el esfuerzo colectivo de la comunidad. La presencia del apoyo y la solidaridad en el momento de la muerte genera cohesión social en las comunidades rurales y en los barrios.
d) Uso de alcohol. El uso de ron, clerén, cerveza en los velorios es parte de la cultura popular presente en nuestra historia social. En los nueve días las personas brindan y beben lo que es parte de la mezcla fiesta-duelo que tiene la muerte desde la significación cultural-popular.
e) El entierro como expresión de protesta. En la época de los 12 años de Balaguer muchos de los entierros de jóvenes muertos por el régimen y su banda colorá se convirtieron en manifestaciones de protestas que en algunos casos significaba enfrentamientos con la policía nacional. Este sentido del entierro como protesta se reproduce ahora con los casos de jóvenes que son asesinados por la policía nacional que oculta el asesinato con la categoría de “intercambios de disparos”.
Los elementos nuevos que integra la población joven a los entierros tienen que ver con las características culturales de las nuevas generaciones en los grupos populares.
Así encontramos elementos como: competencias de motores, la movilización del muerto hacia lugares y actividades que eran de su preferencia y el uso del entierro como manifestación de protesta en los casos en que ha sido víctima del ajusticiamiento policial vendido como “intercambios de disparos”.
Otro elemento que hay que destacar es la exhibición de armas en los entierros de jóvenes que pertenecieron a alguna red delictiva. En la sociedad dominicana en general portar armas se ha convertido en una exhibición de status social y poder de la que los jóvenes no escapan más aún cuando entre ellos existe la competencia por el ejercicio de poder en el territorio.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY