El Producto Interno Bruto (PIB), mide el valor agregado por los factores de producción, dentro del valor final de los bienes y servicios producidos dentro  de una frontera territorial.  Por ejemplo, si una camisa cuesta RD$700, pero RD$300 corresponde materia prima importada (tela, hilo, botones, etc…), el PIB de ese producto es de RD400.  Los factores de producción involucrados en el proceso de producción son:  Mano de Obra y Capital en sentido amplio.  Dentro del capital se incluye:  Capital Físico (maquinarias, equipos, infraestructura), Capital Financiero (préstamos), Capital Humano (educación, formación profesional), Recursos Naturales, y hasta el Capital Creativo y Logístico (conjunto de ideas y procesos que hacen posible construir una iniciativa).

De la misma forma, el PIB es entonces un reflejo del pago que reciben los diferentes factores de producción, es decir los empleados y los dueños del capital.  Así,luego de cubierto el costo de los insumos, lo que queda como producto de la venta del bien o servicio se destina al pago de los factores de producción.  Los trabajadores reciben un pago consistente con su esfuerzo y su aporte en términos de capital humano (su capacidad de producir nuevas ideas y producir de manera más eficiente).  Los dueños del capital lo podemos resumir en tres:  Los Inversionistas (capitalista o dueños de ideas), Los Prestamistas y El Estado.  Este último recibe parte de las ganancias como dueño de un capital que hace viable la producción de bienes y servicios:  carreteras, mantenimiento del orden, legislación e instituciones, entre otros.

El Crecimiento del PIB mide el crecimiento del pago a los factores de producción.  Sin embargo,cuando escuchamos hablar de crecimiento económico se hace referencia el crecimiento del PIB real. Es decir, el crecimiento del pago a los factores de producción en términos de la capacidad de compra de este pago.  Esto así, porque en ocasiones nuestro salario se incrementa, pero la capacidad de comprar bienes y servicios con este mayor salario disminuye, debido a que los precios se incrementaron más que lo que se incrementó nuestro ingreso.  Es por esto que el crecimiento económico refleja cómo está evolucionando la capacidad de compra de los diferente factores de producción, debido a su esfuerzo (o capacidad de apropiar este esfuerzo)  en el proceso de producción.Viéndolo así, las cifras de crecimiento económico dejan de ser tan frías, sobre todo cuando se complementa con otros indicadores.  El crecimiento del PIB se transforma en un elemento clave para evaluar el nivel de bienestar comparado e inclusive qué podríamos esperar en el corto plazo.

Durante el primer trimestre del año 2012, el crecimiento económico en nuestro país fue de 3.8%.  Sin embargo, fue desigual entre todos los factores de producción.  Algunos indicadores nos arrojan un poquito de luz al respecto.  Por su lado, la tasa de interés real (ajustada por aumento de precios), aumentó en 5.3%, es decir que el pago a los prestamistas se incrementó más que el pago promedio de todos los factores.  El pago al gobierno creció en un 5.7%.  La remuneración a la mano de obra podría estimase que aumentó en menos de un 2.8% (utilizando las cifras del mercado formal), y los inversionistas extranjeros incrementaron su repatriación de utilidades en un 12.6%.

Claramente los indicadores anteriores indican que los grandes afectados en el último año fueron los trabajadores y el empresariado nacional.  Una menor capacidad de compra de los trabajadores disminuye su capacidad de ahorro y pago de sus deudas, lo que puede repercutir a mediano plazo en el deterioro de la cartera bancaria y seguridad ciudadana.  Un menor ingreso de nuestros emprendedores disminuye su disposición y capacidad de invertir y seguir incentivando el crecimiento.  Este 3.8% no es frío, nos llama a la reflexión, y constituye un reto para las nuevas autoridades.