Sabemos de la importancia del juego en el desarrollo de los niños. A través de él crecen, aprenden, fortalecen sus músculos, descubren el mundo, maduran y hacen frente a las emociones, adquieren nuevas destrezas, se liberan de la necesidad de competir, se muestran agresivos en una forma socialmente aceptable, aprenden las características particulares de su cultura y el comportamiento adecuado para cada sexo.
Además conocemos de la necesidad de enseñar a nuestros niños y niñas a cuidarse para no permitir que nadie les haga daño y viole su derecho a decir NO ante la amenaza a su integridad física y emocional. Pues de juego y autoprotección a nuestros hijos se trata, a través del método más eficaz y divertido para ellos.
He aquí algunas sugerencias:
– El juego del NO. Una de las razones por las que los niños no utilizan la palabra NO, es porque rápidamente aprenden que no deben contestar, contradecir y desobedecer a los adultos, Ej. “No replique, haga lo que le digo; “La gente quiere a las personas que son simpáticas y no quiere a las que no lo son”. Enseñanzas como estas aumentan la vulnerabilidad de los niños pues la generalizan para todas las figuras de autoridad. Enséñeles qué es una situación peligrosa y que donde se sienta incómodo tiene derecho a decir NO. Practique con sus hijos, toda la familia, diciéndose NO unos a otros. Uno pide algo y el otro contesta NO y más tarde se explican entre si porqué el NO. Aprenda a respetar el “No más” de sus hijos, si están por ejemplo haciéndose cosquillas u otro juego y pide que lo deje, termine el juego. Intervenga si otra persona es quien irrespeta el derecho del niño.
– El juego ¿“Que harías si….?” El objetivo es estimularlo a reproducir situaciones de lo que harían en condiciones de peligro. A la hora de comer, cuando van todos en el carro, a la hora de acostarse, se le pregunta al niño ¿“Que harías si”? y dejarlo que conteste libremente sus propias soluciones, reforzando las buenas ideas para fortalecer su autoconfianza a la hora de enfrentar una situación peligrosa. Ej. ¿‘Que harías si se te daña tu bici y un desconocido te ofrece llevarte a tu casa?” ¿“Que harías si (Mayra) el servicio de la casa te tocara tu cuerpo o te hiciera hacer algo incómodo y te pidiera guardar el secreto?”.
– Contando cuentos. Use su imaginación e invente historias divertidas que hablen de cómo un niño puede sentirse seguro. Historias de niños que se pierden, que son abandonados o tienen problemas con desconocidos o familiares cercanos. La historia siempre deberá tener un final feliz y solución exitosa de cómo el niño manejó la situación.
– Actividades físicas. Estimule juegos y deportes organizados, tanto con niños como con niñas. Esto les permitirá desarrollar un sentimiento de resistencia física y si algún día necesita oponerla, estará en mejores condiciones para hacerlo. No promueva juegos donde un adulto o muchacho mayor permita que le den pues no le duele, esto les enseña los niños que son mas fuertes que alguien mas grande, lo cual no es físicamente cierto, pero el niño cree que si.
– Hablando de las partes del cuerpo. A través de canciones, poesías, adivinazas, dramatizaciones, competencias o dibujos, jueguen a nombrar todas las partes del cuerpo, incluyendo las genitales con sus nombres correctos. Esto les enseñará que pueden hablar de todas ellas y no tendrán temor de mencionar el hecho de que alguien quiso tocarlos o abusar sexualmente de ellos.
Todas estas actividades resultan divertidas para los niños, además desarrollan su capacidad para hacer juicios, enriquecer su vocabulario en situaciones de peligro y lo más importante, se fortalecen en su autoestima y los acerca a nosotros en una forma que los hace crecer.
Twitter: @solangealvara2