El Tribunal Constitucional tiene entre sus planes la enseñanza masiva de los preceptos de nuestra Constitución a nivel escolar lo que es un aspecto muy relevante para la formación de verdaderos ciudadanos.
Recordamos la importancia que tuvo en la currícula escolar hace varios años, la materia Educación Cívica, en la cual se enseñaba a los muchachos en edad escolar el respeto a los símbolos patrios, sus derechos y deberes como ciudadano, y de manera general el respeto a los demás.
Debemos volver a ese tipo de enseñanza, recuperar el valor de la enseñanza cívica, y no hay mejor plan que el del Tribunal Constitucional que junto al Ministerio de Educación, pueden hacer una gran labor al respecto. Se debe insistir en la materia desde la educación media.
El Tribunal Constitucional sin lugar a dudas es el único de nuestro sistema al que se le asignan labores educativas y de difusión, si tomamos en cuenta lo que establece el artículo 35 de su ley orgánica o sea, la 137-11 que dice textualmente: “Promoción de Estudios Constitucionales. En el cumplimiento de sus objetivos, el Tribunal Constitucional podrá apoyarse en las universidades, centros técnicos y académicos de investigación, así como promover iniciativas de estudios relativas al derecho constitucional y a los derechos fundamentales”.
Es decir que sus funciones educativas se extienden a todos los niveles del quehacer educativo. El legislador constituyente evidenció su interés de que el máximo órgano constitucional tuviera a su cargo la enseñanza de la norma constitucional.
En otras palabras, la importancia de la educación constitucional debe verse como una imperiosa necesidad para la enseñanza del valor y el respeto de los derechos fundamentales, para tener ciudadanos de calidad.
La ignorancia de los derechos ciudadanos tanto colectivos como individuales, provoca lo que muchos estudiosos de las ciencias políticas afirman: una “democracia restrictiva” en la cual los derechos fundamentales de los ciudadanos son puramente nominales y no tienen ejecución en la práctica.
Todos sabemos el problema que existe en el país de la inejecución o no cumplimiento de las leyes adjetivas y las normas constitucionales, sin embargo existe una esperanza real de que a nuestros jóvenes se les pueda inculcar el respeto a los valores cívicas, a nuestras leyes y la norma sustantiva.