El ensayismo hispanoamericano ha logrado explicarse, tanto en su funcionamiento, como en el de los estudios literarios, mediante formas de cultura, interpretación, conocimiento y discriminación o análisis de los textos epocales. Los caminos hacia el ensayo albergan nombres necesarios en el proceso de comprensión de la obra literaria, la cultura, el lector, la historia y sus aproximaciones. José Martí, Andrés Bello, José Enrique Rodó, Juan Montalvo, Pedro Henríquez Ureña, Luis Alberto Sánchez, Alfonso Reyes, Max Henríquez Ureña, Mariano Picón Salas, Octavio Paz, José Lezama Lima y otros, permanecen en la historia de la ensayística y el pensamiento hispanoamericanos como fundamento de interpretación y lectura direccional, a la vez que como fundadores de una nueva visión independiente de la cultura de la América continental.
La confluencia de temas (la utopía, el nacionalismo, la identidad, el estilo del pensamiento, la promesa, el descontento, arielismo, canibalismo), nos conduce a la propuesta de una intuición valores donde la idea de América permite, desde la tradición literaria y filosófica revelar esencias, horizontes y formas culturales.
La ensayística latinoamericana es, necesariamente, una ensayística de confluencias críticas, morales, literarias, políticas, éticas, jurídicas e históricas, desde donde la obra permite revelar una cultura en constante creación, a la vez que tipos de reflexión unificados o diferenciados por la idea de independencia cultural.
Las diferentes antologías sobre el ensayo hispano o latinoamericano parten, las más de las veces, de discriminaciones y contextos de apreciación muy limitados, no presentando de manera teórica e internamente los límites y alcances de las ideas literarias. Un claro prejuicio se pone en evidencia en la selección de los pensadores, por parte de los antólogos, que veces olvidan el real aporte de una tendencia específica de pensamiento crítico.
Los diversos estilos, así como las diversas estilísticas del ensayo latinoamericano, nos permiten apreciar una línea y una estructura teórica que parte de la anuencia, la divergencia, la técnica de dicción, la historia de nuestros autores y textos representativos.
No debe olvidarse la contribución de la ensayística latinoamericana. Pensamos en autores como Jorge Luis Borges, Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, Cintio Vitier, José Lezama Lima, Noé Jitrik, Emir Rodríguez Monegal, Carlos Rincón, Beatriz Sarlo, Rafael Gutiérrez Girardot, entre otros.
Las diversas sucesiones de ensayistas y obras críticas, se encuentran en la concepción histórica, espiritual y teórico-literaria de la América continental. Esto conduce a una reflexión que será siempre deudora de una crisis de la conciencia en América. Esta crisis se funda necesariamente en la transformación de los niveles sociales y culturales.
Suele no tomarse en cuenta la crítica del método en la ensayística latinoamericana, por cuestión de recelo y prejuicios. Esta línea de análisis no es muy abundante. Sin embargo, a pesar de los obstáculos culturales, tanto en la crítica del método como en el desarrollo de las ideas y la doxa crítica, la ensayística de América resiste los embates de una escritura entendida como producción, significación y comunicación.
Los diversos marcos teóricos, fronteras y rebases intelectuales de la ensayística latinoamericana aceptan una apertura estilística y textual que, en muchos casos, crea una polifuncionalidad justamente válida en la lectura de los textos, habida cuenta de los usos y elementos constitutivos de la relación lector-obra-escritor. Desde esta perspectiva cabe entender la razón de nuevas modalidades, nuevos ejercicios y nuevas aproximaciones a la práctica redaccional del ensayo.
La tradición crítica de América ha permitido un contacto con Europa, cuyos frutos se pueden ver en las elaboraciones temáticas y formales de los críticos creadores, esto es, de aquellos analistas del discurso literario que pretenden intuir desde la obra nuevos horizontes, perspectivas y formas en el proceso mismo de creación de ideas y de la construcción de mundos estético-formales y retóricos.
Se hace necesaria la debida valoración de los instrumentos, técnicas analíticas, visiones y fundamentos de las diferentes producciones críticas y literarias, así como de los autores que, mediante nuevos compromisos críticos y ensayísticos producen los estilos que hoy permiten una nueva pedagogía de la literatura y del pensamiento en América. Esto puede constatarse en las contribuciones de Mario Vargas Llosa, Carlos Rincón, Luis Hars, Alejandro Losada, Antonio Cornejo Polar, Desiderio Navarro, Fernando Ainsa y Nelson Osorio, entre otros.
Existe también una función polivocal y monovocal de la ensayística hispanoamericana. Se entiende por monovocalidad cuando un autor estudia un solo aspecto, una perspectiva o registro de una obra o un aporte dado. Por el contrario, la polivocalidad es entendida como el estudio de varios aspectos o registros en una obra o un aporte dado. Ambos aportes o fenómenos de lectura y producción, intentan interpretar y reconocer la obra literaria como estructura específica de la tradición y de la cultura de América.
Podemos entender que dentro de esta perspectiva, las soluciones críticas son múltiples y apuntan, en la mayoría de los casos, al objeto denominado literatura-cultura-historia, siendo así que las diversas modalidades de aproximación a la obra se reconocen como compromisos, actitudes de lectura y producción intelectual. Solicita este marco, una evaluación de los actos textuales, estilísticos y formales de la creación literaria.
En definitiva, la ensayística hispanoamericana reviste el interés de su objeto, y desde allí le permite al receptor comprender un pensamiento y una visión de las diversas cualidades culturales expresivas desde la conjunción etnolingüística, geopolítica, filológica, filosófica, económica y fundamentalmente literaria. Desde la condición de reconocimiento a través del lenguaje literario hablan las formas, el mestizaje, la contradicción étnica, la confluencia espiritual y todo un conjunto de valores que ayudan a establecer el cuadro de ideas epocales de América Latina.