Si este país tiene posibilidades de cambiar (y así lo creo), cambiará porque aprenderemos a conocer a nuestro liderazgo político previo a concederle el voto en tiempo de elecciones. Los regímenes autoritarios no surgen de la noche a la mañana. Les anteceden patrones conductuales; rastros de una cultura de violencia, de arbitrariedad y ambición desmedida que resultan en los autócratas déspotas que mantienen a países sumidos en la miseria.

Una manera de conocer a ese liderazgo es estudiando su lenguaje, el contexto detrás de ese lenguaje y las prácticas sociales reflejadas en él. En el siglo XXI, sin embargo, el análisis discursivo aplicado al área de la política no se puede limitar al estudio de grandes discursos. Existen formas de comunicación más inmediatas que transmiten el mensaje deseado con la misma o mayor efectividad. El análisis podría y debería aplicarse a los mensajes emitidos a través de todos los canales de comunicación que dominan los tiempos.

Si bien el estudio del impacto de las redes sociales sobre la comunicación política es un área de reciente desarrollo, existen experiencias que ameritan ser replicadas y que podrían ser útiles para el análisis de la política en República Dominicana. Me refiero, por ejemplo, al trabajo de George Lakoff, reconocido lingüista cognitivo de Berkeley.

Mientras el mundo se burla de un Donald Trump torpe y ligero en el uso de la comunicación, Lakoff diseña una taxonomía de tweets para entender las motivaciones ocultas contenidas en los mensajes del recién electo presidente estadounidense. Con categorías como enmarcado por adelantado –donde se encuadra un tema antes de que otras personas tengan una oportunidad de hacerlo para imponer una idea primero– y desviación –cuando se impone un tema nuevo para distraer y desviar la atención de lo verdaderamente importante, Lakoff valida y refuerza su teoría general sobre la comunicación política: la política tiene mucho que aprender de las ciencias cognitivas. En política, gana quien enmarca sus mensajes en valores populares. La emoción producto de la invocación de ciertos valores siempre es más poderosa que la razón. Consecuentemente, el lenguaje sirve para reforzar o debilitar el marco conceptual.

Extrapolando a partir de las conclusiones de Lakoff, es posible concluir que el PLD seguirá en el poder si no dedicamos esfuerzos a analizar y desarticular el lenguaje proveniente del Presidente Medina y sus funcionarios más allegados. A modo de emprender en ese esfuerzo, analizo un tweet generado desde la cuenta del Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, el pasado 20 de enero.

Existen razones importantes para estudiar el lenguaje utilizado por el Ministro Peralta adicionales a su cercanía con el Presidente. Él es la voz de Danilo Medina y esto debemos interpretarlo en el sentido más literal posible, considerando que el Presidente parece no tener voz. El Presidente no se comunica con el pueblo dominicano y cuando se comunica, lo hace a través de terceros (es decir, Peralta). Más aun, en la práctica, parecería que el Director General de Comunicaciones de Gobierno fue librado de las funciones propias del portavoz oficial.

Ante los escándalos en los que se encuentran envueltos el gobierno y el Presidente Medina, Peralta podría ser un posible candidato presidencial del PLD en el 2020. También podría aspirar a la senaduría de La Vega, buscando garantizar impunidad y un cargo de menor perfil público.

No menos importante, si reconocemos que vivimos en el mundo de la posverdad, también debemos reconocer que lo que dice el Ministro Administrativo de la Presidencia hace opinión pública y tendería a asumirse como cierto por una gran parte de la población, independientemente de que tan distantes estén sus declaraciones de la verdad. 

Ahora entremos en materia. 

Tweet

José Ramón Peralta F @JoseRPeraltaF Jan 20

Gran trabajo de la @ProcuraduriaGralRD porque logró que #Odebrecht devuelva al pueblo dominicano US$ 184 millones. #TodosQueremosJusticia 

Análisis

¿Qué pretendía el Ministro con ese mensaje publicado poco tiempo después de anunciado el acuerdo de pago de USD184M? Instalar una idea antes de que la gente pudiera informarse y construir opinión propia. Intentaba instalar la idea de que con el acuerdo se hizo justicia; la idea de que el daño ocasionado por el soborno es de USD184M; la idea de que el Procurador tiene el interés de llevar el escándalo de Odebrecht “a sus ultimas consecuencias.”

En menos de 140 caracteres, el Ministro “distanció” a la empresa brasileña del gobierno dominicano; intentó crear un juego de uno contra uno donde la empresa se enfrenta al gobierno y al pueblo dominicano, “que son uno.”

¡Atención al #TodosQueremosJusticia! Ese “TodosQueremosJusticia” incluye al gobierno y al pueblo, desconociendo el descontento ciudadano cada vez más generalizado por la rampante corrupción que caracteriza a los gobiernos de Danilo Medina y que quedaría evidenciado en una contundente marcha por el fin de la impunidad dos días después de publicado el mensaje de Twitter.

¿Acaso Peralta cree posible encubrir una relación del Estado dominicano y la empresa brasileña que incluye 17 grandes obras, 15 de las cuales fueron contratadas en gobiernos del PLD y 7 en gestiones de su líder Danilo Medina? Lo que tenemos en nuestras manos es un intento burdo de desviación, un intento burdo de cambio de tema de los culpables del escándalo a Odebrecht, empresa mala de la película que por cierto sigue operando en nuestro país. Y eso no es distinto al intento de los medios de comunicación (controlados por el gobierno) de instalar en la palestra pública otros temas de cara al 27 de febrero y de cara al futuro. Pienso en la sugerida cuota para jóvenes dentro de la Ley de Partidos, valoraciones de Danilo Medina sobre el presidente haitiano, la (des)penalización del aborto, la ley de transito, entre otros.

Entonces, ¿resuelto el caso? No. El pago de USD184M no es más que una admisión del soborno. Pero aun no conocemos (aunque conozcamos) los nombres de los sobornados. En menos de 140 caracteres, Peralta enmarcó por adelantado un debate, con la intención de engañar y desviar la atención de la necesidad de justicia para cada uno de los implicados.

Cuando cambiemos, habrá menos elementos sorpresivos en la política dominicana. Los presidentes y sus círculos más cercanos, los legisladores y los alcaldes, todos habrán estado sujeto al escrutinio público propio de una democracia fortalecida y deliberativa.

Los regímenes autoritarios no surgen de la noche a la mañana. Les anteceden patrones conductuales, como el tweet de Peralta.

*Para un mayor desarrollo de la tesis de Lakoff, pueden referirse a sus libros Metaphors We Live By y Don’t Think of an Elephant: Know Your Values and Frame the Debate.