En el antiguo reino de Salomón Melgen, los tuertos eran una mina de oro, según aducen los fiscales que persiguen al oftalmólogo estadounidense de origen dominicano ante el tribunal federal de West Palm Beach. Artillado con una batería de documentos y los testimonios de expertos en el tratamiento de la degeneración macular, que era la condición ocular más frecuentemente diagnosticada por sus clínicas, los procuradores tienen por tarea demostrar cómo Melgen estafaba al programa federal de asistencia médica conocido como “Medicare”. Acusan al célebre oculista de facturar servicios médicos innecesarios que muchas veces ponían en riesgo la salud de los pacientes, en ocasiones provocando fuerte dolor y sufrimiento en el proceso. Uno de los antiguos pacientes describe en detalle la tortura de tratamientos láser en su reciente testimonio ante el jurado.
En el caso de un paciente en particular, Melgen facturó a Medicare la extraordinaria suma de 615,000 dólares por servicios oftalmológicos, incluyendo 133 inyecciones de Lucentis y 44 tratamientos focalizados de láser.
En otros casos Melgen fraccionaba una ampolla de “Lucentis”, que cuesta unos dos mil dólares, cobrando el medicamento inyectable a Medicare por cada aplicación y generando beneficios escandalosos. Pagaba una ampolla a la farmacéutica ($2,000) y re facturaba cuatro al gobierno ($8,000) para un beneficio extraordinario de seis mil dólares por ampolla, más los honorarios usuales por inyectar el medicamento. Al mismo tiempo, por la involuntaria introducción de bacterias en el proceso de fraccionamiento, pudo haber provocado ceguera a los pacientes (en otros tribunales de Florida hay varias demandas civiles contra Melgen de personas que dicen haber sido seriamente afectadas por este irregular procedimiento). Melgen admite y defiende con cara seria el fraccionamiento del medicamento- a pesar de las claras instrucciones contrarias de la farmacéutica fabricante- y reclama su derecho a embolsillarse los miles de dólares adicionales generados por su astucia en detrimento del laboratorio farmacéutico y de Medicare. Para promover su peculiar interpretación de las normas de facturación de Medicare al respecto, enlistó los servicios en Washington de su compinche de aventuras y convenientemente senador federal por el estado de Nueva Jersey. Esta iniciativa de cabildeo le ha provocado nuevas dificultades legales, pues también es coacusado junto a Bob Menéndez en el juicio por corrupción que próximamente se ventilará en un tribunal federal de Nueva Jersey, después que la Suprema Corte de Justicia rechazara la petición del senador para evitar el juicio penal en su contra “por privilegio parlamentario”.
En un solo año- 2012- el médico facturó la suma de 21 millones de dólares a Medicare, por mucho el monto más alto cobrado por un facultativo de cualquier especialidad al programa asistencial federal. En las facturaciones a Medicare hay varias pruebas diagnósticas y procedimientos a ojos prostéticos (de vidrio o plástico) en pacientes tuertos, entre otros presuntos fraudes. Pero según la defensa, todos los diagnósticos falsos sucedieron por error profesional involuntario y/o fueron el resultado de yerro humano en la facturación por parte del personal de apoyo en las clínicas. Alegan que no hubo dolo de parte del oculista en los 105 millones de dólares de sobrefacturación que Medicare reclama.
Según el expediente acusatorio, Melgen reinaba como el único especialista en sus cuatro clínicas de la Florida, que atendían en conjunto unos cien pacientes diarios. Calculando diez horas efectivas de trabajo al día, el oftalmólogo dedicaba en promedio 6 minutos a cada paciente para fines de consulta o de tratamiento. Para expeditar el proceso de atención al paciente, los formularios de diagnóstico los llenaban sus asistentes tecnólogos previo a la consulta, y luego “podían ser revisados y corregidos por el doctor en caso de encontrarse otra condición inesperada” después de realizar las pruebas diagnósticas. Por el alto porcentaje de pacientes tratados por degeneración macular húmeda (comparado a otras clínicas similares), es posible que Melgen fuera tentado por los seis mil dólares de ganancia adicional que este procedimiento le generaba, y entonces empezó a falsear diagnósticos y someter a sus pacientes innecesariamente a la inyección de Lucentis (posiblemente contaminado), para así enriquecerse aún más a costa del gobierno federal y sin consideración por el paciente. Era una verdadera mina de oro, pues la inyección de Lucentis generalmente se repite cada cuatro semanas durante un período de tiempo para completar el tratamiento. En el caso de un paciente en particular, Melgen facturó a Medicare la extraordinaria suma de 615,000 dólares por servicios oftalmológicos, incluyendo 133 inyecciones de Lucentis y 44 tratamientos focalizados de láser. Como recientemente dijera el papa Francisco, aparentemente “el diablo entra por el bolsillo”, y no solo del clero.
En el caso de nuestro Salomón es bien difícil separar la paja del trigo. Melgen no solo es acusado de una gran estafa por el gobierno federal estadounidense, sino que él a su vez acusa a terceros de fraude en inversiones que le ocasionaron pérdidas de unos 68 millones de dólares en el transcurso de una agitada década. Así como con su toque de rey Midas el oculista multiplicaba sus ingresos fraccionando medicamentos, Melgen el inversionista perdía un ojo de la cara en sus aventuras económicas. También se dice que gustaba de las aventuras románticas con jóvenes bien formadas, desarrollando fama como “sugardaddy” por su generosidad con las damas. Según el otro expediente contra Melgen que cursa en un tribunal de Nueva Jersey, compartía su buena fortuna con amigos poderosos dispuestos a devolver los favores, y así obtenía visados para las visitantes extranjeras que trataba a cuerpo de rey en la Florida.
Durante décadas nadie cuestionó su auto proyección como profesional de prestigio. Melgen pregonaba su asociación profesional con las prestigiosas universidades de Yale y Harvard antes de establecerse en el sur de la Florida, pero aparentemente estas instituciones desconocen de su paso por ellas. Hizo las gestiones pertinentes y el presidente Balaguer le otorgó en 1991, cuando Melgen aún no había cumplido cuarenta años de edad, la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella. También cultivaba la imagen de filántropo bonachón en la opinión pública, ofreciendo asistencia médica gratuita a sonados casos como el de la joven Francina Hungría a finales de 2012. En ese momento ya entraba en las postrimerías de su carrera amenazada por el destape de su “Medigate”, pues fue el año que facturó los 21 millones de dólares a Medicare, sonando todas las alarmas.
No todos hacen leña del árbol caído. Como es natural, entre las más de tres mil personas que consultaron con él en la década analizada, hay algunos pacientes que fervorosamente defienden a Melgen y su práctica médica, incluyendo al cantante José José. A pesar de sus muchos avatares, los parientes y amigos del oftalmólogo resaltan su carácter afable y su prodigalidad, y su esposa aparece fiel a su lado en las fotos que captan el momento de su llegada al tribunal.
La suma de las penas de los 76 cargos en su contra en West Palm Beach es de 610 años. En breve la Justicia terrenal tendrá la oportunidad de enderezar tuertos de la novelesca vida del enigmático Salomón Melgen, o deshacer los agravios en su contra por acusarle de tantos hechos bochornosos sin pruebas contundentes. Después de sopesar todos los documentos y testimonios, el jurado tendrá que dictaminar si el oculista fue durante años un desalmado estafador proyectándose hábilmente como gran especialista filantrópico como aduce la procuraduría; o por el contrario, como argumentan sus defensores, el doctor fue un quijote dedicado y bonachón cometiendo algunos errores durante la década entre 2004 y 2013, pero siempre con las mejores intenciones para con sus pacientes y nunca evidenciando intención de dolo en sus astronómicas facturaciones.
Lecturas:
https://www.justice.gov/opa/pr/south-florida-doctor-indicted-medicare-fraud
https://www.courthousenews.com/eye-docs-fraud-trial-focuses-unnecessary-treatments/
http://www.miamiherald.com/news/politics-government/article1947093.html
http://glorialaw.com/blog/lucentis-and-avastin-related-eye-infections
http://freebeacon.com/politics/background-questions/
http://yaledailynews.com/blog/2013/02/12/prominent-political-donor-falsely-claims-ties-to-yale/