Con el propósito de que no me cuenten cómo se desarrolla la actual campaña electoral, en estos días me he desplazado a varias ciudades importantes, donde pude comprobar el gran disgusto predominante en variados sectores contra la actual administración gubernamental.

La gente está cansada de ver los mismos funcionarios haciendo ostentación de sus riquezas, repartiendo alegremente electrodomésticos y funditas de comida con el propósito de comprar la conciencia de los beneficiados, aunque pude comprobar que muchos reciben esos regalos pero dicen que no votarán por quienes se los dan.

Estamos seguros de que esos electrodomésticos no fueron adquiridos con dineros de los funcionarios, sino con el que proviene del erario público, en un insólito gasto sin control que llora ante los ojos de Dios.

No es la primera vez que esto sucede en la historia electoral del país, pues el viejo Balaguer la puso en práctica y sus actuales imitadores parece que lo han superado.

En Salcedo, por ejemplo, una plaza que en el pasado fue reformista, ahora resulta que los antiguos líderes de esa parcela política están luchando contra la legitimación de la actual dictadura constitucional, contrariando a aquellos que la apoyan a pesar de que una convención había decidido ir con candidatos propios.

En San Francisco de Macorís, tuve la oportunidad de debatir por televisión, frente a dirigentes de esa Corporación que se llama PLD, la situación actual del país. Mi contrincante habló de los principios establecidos en la Constitución, a lo que le respondí qué validez puede tener un documento de esa naturaleza hecho a conveniencia del partido en el Gobierno, después de rechazar lo que se pidió en una Encuesta Nacional, que era que la nueva Carta Magna surgiera de una Asamblea Constituyente.

El representante del PLD sacó a relucir las encuestas que se han hecho, que supuestamente dan una ventaja al candidato del oficialismo, diciendo que la oposición no tenía "nada que buscar" en estas elecciones. Entonces le respondí que, siendo así, ¿Por qué el gobierno está gastando más de 60 mil millones de pesos en una asfixiante propaganda que ya harta?

Es extraño en ciertas encuestas, lo que ocurrió con la recientemente patrocinada por Diario Libre, donde le daba una importante ventaja al candidato de la oposición. Pero esa encuesta, según el periódico, de fecha 14 del presente mes, las cifras que arroja son totalmente contrarias a la anterior.

Es como si de repente, de la noche a la mañana, los encuestados hayan cambiado de opinión, cuando la mayoría tiene desde hace mucho definido por quién va a votar, para iniciar un proceso de adecentamiento de la vida pública dominicana, encaminada a la consolidación de una democracia funcional, no una caricatura como la que existe ahora.

Solo con el triunfo de la oposición y con la participación de todos los sectores sufridos y  conscientes de este país, se puede superar la descomposición moral que hoy afecta a la República Dominicana.

Es por eso que repetimos que ¡no pasarán!