La encuesta Greenberg-Diario Libre presentó el resultado de su última medición de intención de votos para el nivel presidencia. En la mayoría de las mediciones de firmas no pagadas por partidos políticos, la tendencia dominante apunta a que Luis Abinader gane las elecciones, sea en primera vuelta o en el balotaje. Greenberg presenta la misma tendencia: Luis Abinader ganaría las elecciones con 56 %. Gonzalo Castillo obtendría 29 % y Leonel el 12 %. Estos son datos de referencia que pueden variar hacia arriba o hacia abajo para todos los candidatos.
Si los resultados presentados para Abinader por Greenberg (56%) o Gallup (53.7%) se sostienen, el 5 de julio se tendría elegido un nuevo presidente: Luis Abinader. El mismo tendría que lidiar con problemas identificados por los encuestados en la última engrega de Greenberg y en otras anteriormente realizadas, que son corrupción, seguridad, empleo y salud.
Según la encuesta Greenberg, la mayoría de los dominicanos cree que la corrupción es uno de los principales problemas del país. En la encuesta se revela que, en combate a la corrupción, Luis Abinader (56%) haría mejor trabajo que Gonzalo Castillo (24%). Para enero 2020, la Gallup servía el dato que indicaba que el 59% de la población identificaba que había más corrupción que antes. A la gente, ya, le importa la corrupción como problema. La corrupción es un hecho político que alcanzó extremada relevancia en la sociedad dominicana en los últimos cuatro años, provocando un fuerte impacto en la confianza ciudadana. Hay un hartazgo con la corrupción y la opacidad en los manejos de la megacorrupción y el control de los poderes públicos que desacreditan a quienes gestionan los asuntos públicos.
La transparencia en la gestión de un gobierno está muy determinada por la ética de los servidores públicos y el régimen de consecuencias para los que fallan. El presidente tiene la más alta responsabilidad política de apoyar a su equipo gubernamental en la buena gestión y ser implacable con las malas prácticas. El nuevo presidente, que resultare ganador, tendría que hilar bien fino en la composición de su gabinete. Fallas serían rápidamente cobradas por la población. La legitimidad con que llega un presidente se sostiene en la medida que gobierna en la dirección de las expectativas ciudadanas, más que en la dirección de intereses corporativos. Hay mucha expectativa con la lucha anticorrupción, de la cual la oposición ha sido gran beneficiaria.
Hay que estudiar la encuesta Greenberg y el resto de las encuestas como instrumentos que miden intención de votos y expectativas de cambios. No únicamente utilizados para el diseño de estrategias electorales, porque también aportan informaciones para las decisiones futuras, y en este caso la lucha anticorrupción.
El nuevo Gobierno, si no toma decisiones rápidas sobre la lucha anticorrupción, podría abrir espacios para grandes movilizaciones y pérdidas de legitimidad. La Marcha Verde y el Trabucazo podrían renacer. La fidelidad total a los partidos políticos está sucumbiendo. La mayoría de los dominicanos dicen no simpatizar con partidos políticos. El futuro presidente caminará en arenas muy movedizas dentro de la institucionalidad democrática. El nuevo gobierno ganará o perderá legitimidad en función de que las decisiones estén alineadas con el cambio de verdad.