La primera reelección de Balaguer en 1970 se facilitó con la abstención del PRD, concebida estratégicamente por su Presidente, Juan Bosch. Ese segundo período de “los 12 años” fue tenebroso con múltiples asesinatos perpetrados por “Los Incontrolables” y “La Banda”. 

En ese peligroso contexto, profesionales de Santiago  planteamos a don Juan que, en adición a  educativas charlas radiales era pertinente que él retomara contactos personales con sectores democráticos, fortaleciendo su liderazgo ante ciudadanos que no necesariamente éramos militantes del PRD. Acogió la idea con entusiasmo. Inmediatamente creamos el  “Comité Organizador del Encuentro con Bosch” ,  integrado por los fallecidos Rafael Corominas Pepín, representando el CODIA y Salvador Jorge Blanco, al PRD. Además Robinson Abreu Blondet de la Asociación Médica, Berto Veloz de la Asociación de Abogados, y este autor,  bisoño del grupo, con 28 años de edad, representando profesores de la UCMM. Fue pautado para  Septiembre 25,  1972, hace 46 años;  precisamente 9 años después del golpe.

Bosch, en todas las reuniones preparatorias sostenidas en su hogar de Santo Domingo resaltó la trascendencia del acto: “esto es algo que estoy bordando con pelo de ángel”.    

Desafiando la intolerancia del régimen balaguerista, el anuncio del acto movilizó el espíritu de resistencia ciudadana. La represión pretendió atemorizarnos. Dos diputados reformistas, Príamo Comprés y Andrés Mendoza Pepín, siguiendo directrices de Palacio declararon  que estábamos reuniéndonos “preparando el magnicidio”, o sea, el asesinato de Balaguer, de ellos dos, y del fiscal Guzmán Arias.

Seguimos adelante. El DNI reportó, desde Santiago, “detalles” de la fantasiosa conjura. Crecieron las amenazas. Al Comité Organizador no podían aplicarle el método de asesinatos usado contra militantes de Clubes Culturales y Deportivos que proliferaron en la época. Otra  venenosa acusación fue que nos estábamos reuniendo con terratenientes disgustados con la Leyes Agrarias, para subvertir el orden público. 

Bosch llamó “calieses” a los diputados y proclamó que las acusaciones habían hecho gran promoción al evento. Mencionar las Leyes Agrarias representaba una amenaza tétrica, insoslayable. Celebrando el 30 de Marzo,  ese año, Balaguer había pronunciado en Santiago un discurso intimidatorio: “Los soldados que en esta fecha histórica han desfilado por las calles de Santiago, por las mismas calles por donde un día pasearon en triunfo el estandarte de la libertad los andulleros de Sabana Iglesia, se hallan aquí para decir al país que están en disposición de hacer respetar y de imponer con sus armas, si fuere necesario, las leyes en que se acaba de consagrar la incorporación de un numeroso grupo de campesinos dominicanos a la vida nacional, mediante la adquisición de un pedazo de tierra propia”… “que los convertirá en hombres libres”. 

La presión aumentó colateralmente. El acto se celebraría en el Roof Garden de la Cervecería Presidente, en el antiguo aeropuerto. Omar González, Jefe de la Cervecería en Santiago acudió diciéndonos que estaba sufriendo “fuertes presiones y continuas amenazas” , que no podríamos usar su local para el encuentro. Adujimos que había un contrato firmado. Ripostó diciendo que la Cervecería no era política. Que estaba en juego su puesto, su pensión; temía por su vida. Se informó todo a Bosch. Estando sesionando en casa de Salvador, tres días antes del acto, Bosch llamó comunicándonos que debíamos cancelar la actividad. Obedecimos reluctantemente.

En “El Pueblo Cuestiona” televisivo Bosch declaró que triunfamos: “Fue un éxito porque el país vió que el gobierno era débil, que el gobierno temía a ese acto”. Agregó que él “no sería candidato para enfrentar a Balaguer”. “El miedo del Boschismo, del comunismo nunca volverá a ser usado por Balaguer para explotarlo y lograr mantenerse en el poder”.  Fue la primera vez que dijo: “la Tesis de la Dictadura con Respaldo Popular fue concebida para aplicarse desde el poder, no para usarse como instrumento para lograr el poder”. También comentó el saludo público que le  envió  Wessin, a quien Bosch  defendió cuando Balaguer lo condenó como fiscal de un tribunal militar ilegal. El frustrado Encuentro fue el primer paso para crear el promisorio “Bloque de la Dignidad Nacional”, multipartidista y policlasista, a cuyo lanzamiento fui invitado por Bosch, en 1973. En esa coyuntura, Bosch integró un frente unitario de todo el espectro político, partiendo del hecho que él no sería candidato presidencial. Aleccionadora decisión a ser ponderada en nuestra  realidad actual.