Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol, el cual avanza por caminos sombríos alejado de los principios que dieron origen a la República Dominicana.

De forma silente los cimientos edificados cuyo lema descansa en los principios de "Dios, Patria y Libertad", están siendo carcomidos por un sistema que al día de hoy tiene secuestrada gran parte de la sociedad. La destrucción de los fundamentos penetra hasta corromper todos los niveles y estratos del colectivo que compone este pueblo con raíces de bondad pero con frutos de impiedad.

Hoy en día somos bombardeados por campañas que promueven la infidelidad, la corrupción, el odio, el chisme, el asesinato, el amor a los vicios y una serie de acciones que tienen chantajeado el actuar de cada individuo.

A pesar de que sabemos que el amor al dinero es la raíz de todos los males, el principal objetivo en estos momentos es caminar por la ruta que te lleve hacia el "dinero", no importa si el dinero es mal habido o si lo obtenemos sin justificación, hoy en día la persona de éxito es aquella que se convierte en  "millonario" y seguro que la felicidad vendrá por añadidura.

El orientar nuestras fuerzas únicamente en la búsqueda de lo material ha distorsionado la visión de un pueblo bueno, el cual abría sus puertas para recibir a sus vecinos, amigos, familiares y necesitados; dándole, sin exigir nada a cambio.

Hoy en día la responsabilidad y la integridad, son "conceptos de museo" que le quedan bien a nuestros antepasados, pero que la generación "moderna" solo debe usarlos para cautivar a alguien u obtener algún fin.

Lamentablemente los lideres que hoy nos dirigen han fracasado; no importa en qué ámbito de la sociedad se encuentren, sus ambiciones desmedidas no han permitido que la nación dominicana se articule por un sendero diferente. Las consecuencias están a la vista, no tenemos que observarlo en los medios de comunicación, nuestra nación se destruye y al momento no se visualiza una salida a la crisis que cada día devastará lo que quede de nuestro país.

Una sociedad que se encuentre orientada al engaño y la mentira, no podrá cosechar una calidad de vida satisfactoria. El momento es ideal para que la generación de este tiempo pueda ser diferente y con ello  rescatar a nuestra amada Quisqueya impidiendo su destrucción y desaparición.