Eso de que hay doscientos presos que cobran del gobierno, según publica la prensa, es una noticia muy especial. Para que luego estemos criticando y diciendo que el sistema penal dominicano no sirve y tiene muchas deficiencias. Posiblemente en ningún país del mundo se trate tan bien a los reclusos como en nuestro dulce patio. Se les da comida y dormida gratis, y además un sueldecito oficial extra por ejercer la profesión de condenados por la justicia. Si este método de tutela carcelaria sigue creciendo somos muchos los que vamos a insertarnos de manera voluntaria en ese sistema laboral.
Hemos oído por la radio otra noticia muy especial, que para poner una querella en la policía por robo a un establecimiento se pide una constancia de tener los impuestos al día. En lo que el querellante va al DGI y resuelve el asunto -si es que está al día, cosa que dudamos en muchos casos- y vuelve a la fiscalía, los ladrones ya han tenido tiempo de llegar hasta un colmado de Madagascar para celebrarlo con unos tragos largos.
Para que el trámite sea más completo, sugerimos pedir además el certificado de buena conducta que da la policía, una prueba del VHIS, y otra del coronavirus, ahora que hay que cuidarse tanto.
Se lee en AM, Antes del Meridiano, del Diario Libre, que en este curso escolar se piden menos libros. Estoy en total acuerdo con la firmante, Inés Aizpún, de que una de las principales fallas de la educación dominicana está en la falta de lectura y en la que ocupamos puestos de ranking bastante penosos . El que no sabe leer bien, ni siquiera puede estornudar bien.
En este caso, desde luego muy especial, se podrá achacar y hasta justificar la reducción de textos al corona 19, pero habrá que pensar en cómo subsanar esta deficiencia durante o después de los ataques del virus, o pronto vamos a tener unas camadas aún más deficientes, que se conocerán como los semi-analfabetos pandémicos.
Atención a lo fácil que se puede ser famoso en nuestro querido país que es tan, tan, especial. Un señor le lanza café caliente a una dependienta, se larga sin pagarlo, y de hoy para mañana ya es todo un personaje público. Además de irse llevando el caso a nivel judicial, se ha traspasado a la opinión pública a través de las redes de enredos sociales con muchos matices, desde delincuencia, morbo, fullería y chulería, a la vejación de una clase con recursos contra otra más vulnerable. Para condimentarlo aún más, el abogado de una parte dice que el hecho fue causado por el estrés de la pandemia -permítanme reírme con la muela de atrás, jajajajajajajajajajaja- y el de la otra pide seis millones de pesos de indemnización por daños y perjuicios ¡Café qué ha subido de precio últimamente! Cuquín Victoria sí ha sabido definir nuestro ADN nacional, somos los más especiales de todos los especiales del mundo.