La década de los 90´ empezó con el derrumbe del comunismo soviético y el mundo abría un nuevo capítulo en la historia. Pero para los chinos significó el fin de la Era de Xiaoping. Sin embargo, la economía china seguía creciendo y más aún cuando Hong Kong le fue cedida por los británicos en el 1997. El retorno de Hong Kong a China agilizó e impulsó su economía como nunca antes en toda su historia milenaria.
Empero, a partir el siglo 21 vamos viendo gradualmente la rápida transformación económica de China y convertirse en una superpotencia recogiendo cosechas de éxitos, y mientras tanto los Estados Unidos iba dando resbalones y tropezones. Ya para afínales del 2001 China entra en la organización mundial del comercio (OMC). Al entrar a esta organización incrementó su comercio y la inversión extranjera de manera extraordinaria. El mundo comenzó a fabricar en China induciendo una producción masiva a bajo costes, que paulatinamente causó el cierre de muchas manufacturas en sus países de orígenes; y por efecto el desempleo masivo en algunos países de occidente.
¿Pero qué estaba haciendo los Estados Unidos a fínales del 2001?
Los atentados del 11 de septiembre embarcaban a los Estados Unidos en una guerra que se expandía durante dos décadas y que aún no termina del todo. Mientras el vigía de occidente invertía sin escatimar recursos para su hegemonía, China consolidaba y fortalecía su economía para expandirla fuera de sus fronteras e ir construyendo otro tipo de hegemonía, sutilmente más peligrosa como ha sido la creación de una esfera de influencia sinocentrinca; principalmente en países más pequeños y de economía débiles.
En agosto del 2008 se celebraron los juegos olímpicos de Pekín y China ganaba un protagonismo sin precedentes con este evento y a la vez daba al mundo una demostración espectacular de la confianza que brindaba el país. A penas dos meses después de la olimpiada se produce el crack del Lehmann brothers provocando una crisis financiera en la bolsa de valores, tan desastrosa como de la gran depresión del 1929, impulsando una crisis global sobre todo en el mundo occidental; y en es este escenario cuando por primera vez la economía China jugó un papel crucial en la recuperación de la economía mundial.
Esta activa participación de China en la recuperación de la economía mundial, después de los acontecimientos del 2008, fue el catalizador del desequilibrio en las relaciones entre los Estado Unidos y China. La economía de estadounidense pasaba por momentos críticos y el gobierno adquiría prestamos billonarios para sacar la economía americana a flote. China adquiría la deuda externa de los Estados Unidos que para el 2013 oscilaba alrededor 1,4 billones de dólares y China se convertía en el mayor usurero de Washington. Al mismo tiempo, cada vez más productos y equipos electrónicos norteamericanos como Appel, Microsoft, IBM, etc. tienen el ADN chino <Made in China>.
En el 2013 Xin Jinping asumía el poder en el momento de mayor bonanza económica, ya para aquel entonces, el poder adquisitivo chino superaba al estadounidense considerablemente. Xin Jinping aparecía en el proscenio político mundial como un personaje clave en el momento histórico, cuando China daba ese salto económico que empezó con la generación anterior de Xiaoping. En su primer discurso Xin Jinping habló del sueño chino: <Debemos duplicar nuestros esfuerzos y alcanzar nuestras metas haciendo realidad nuestro socialismo y el renacimiento chino>. Pero Xin Jinping afirmaba que el éxito económico de China no era una casualidad, no era el resultado de un sistema autoritario, sino gracias a Él lo que significaría una demostración del culto a la personalidad.
Apenas unos meses de la ascensión de Xin Jinping al poder en los Estados la administración dejó de funcionar durante dos semanas por la polarización política interna. La situación había llegado a tal extremo, que el congreso no fue capaz de ponerse de acuerdo como financiar servicios fundamentales. La interna polarización tronchaba el sistema político y se hacía más intensa como consecuencia de una década de guerra y crisis financiera. Entretanto esto sucedía en lo interno de los Estados Unidos, Xin Jinping anunciaba el proyecto más ambicioso: Una franja, una ruta, una iniciativa conocida como la Nueva Ruta de la de Ceda. El proyecto se adjudicaba un nombre histórico y que sugería un plan monumental. Un proyecto ciclópeo que llevaría a China a expandir y exportar su infraestructura con el resto de Asia, con Europa y con África, el mensaje: “Miren lo que hemos construido en China” < ¡Expongámoslo al mundo!>
En la próxima entrega: Nueva Ruta de la Ceda y la expansión china por un nuevo dominio de los países de economía débiles.