¿Son los haitianos, en lo concerniente a la influencia en el país, peores que los españoles o los norteamericanos?

Jean-Jacques Dessalines fue un negro esclavo que llegó a convertirse en jefe militar en una de las más hermosas gestas independentistas que ha conocido la humanidad. La guerra de independencia haitiana no fue sólo eso; fue, a la vez, guerra civil (entre negros y mulatos), guerra social (por la abolición de la esclavitud), guerra internacional (por el enfrentamiento con tropas inglesas, españolas y lo mejor del ejército napoleónico francés).

Dessalines fue la figura principal en la proclamación del Estado haitiano -1 de enero del 1804-; logró que su país fuera el primero en América Latina en lograr la independencia y el primero, en la historia universal, en que una insurrección de esclavos negros terminó con la creación de una nación libre y soberana.

¿Qué han hecho los patrioteros de nueva cuña, en su mayoría negros como los haitianos, para repudiar a Pedro Santana y sacarlo del Panteón Nacional por ser el más grande traidor de todos los tiempos?

El Dr. Euclides Gutiérrez Félix, que siempre ha sostenido que existe un plan para fusionar los dos Estados que coexisten en la isla de Santo Domingo -que nosotros concebimos como real-, y que abandera hoy un nacionalismo irracional ante una proclama inconstitucional que regula la nacionalidad, escribió un libro que creemos tituló 'Próceres de América', que poseemos y no logramos encontrar, en el que tiene a Dessalines como uno de los más grandes hombres que dirigieron en el Nuevo Mundo las guerras de liberación. ¡Y lo fue! Que se haya convertido en dictador, y actuado como tal, acción que llevó a quienes lo apoyaron a descuartizar su cuerpo, es otra cosa. El himno de Haití, en su honor, se conoce como 'La Dessalinienne'.

¿Podría el historiador Gutiérrez Félix, "una de las máximas figuras del nacionalismo", expresarse con relación a lo sucedido en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y ratificar el valor histórico de Jean-Jacques Dessalines, algo que plasmó brillantemente en el libro citado y que no encontramos en nuestra biblioteca, o seguirá fiel a su antihaitianismo rancio y tirará por la borda las palabras con las que honró al padre de la nación haitiana al incluirlo entre los grandes próceres de América?

La comparación con Trujillo sólo puede existir en mentes estrechas y enfermizas; Dessalines es el padre de la patria haitiana, como Duarte lo es de la dominicana… Los haitianos tienen todo el derecho del mundo de conmemorar las fechas alusivas a sus gestas o a sus próceres, tal y como nos asiste a nosotros los dominicanos.

¿Saben los “nazionalistas” que en Puerto Rico, Boston, Nueva York, Madrid, Buenos Aires… y hasta en Siberia celebramos, "los negritos de Quisqueya", los días que consagraron nuestras gestas independentistas? Porque son dos: la del 27 de febrero de 1844 -cuando dos grupos de patriotas, uno encabezado por Francisco del Rosario Sánchez tomó la Fortaleza Ozama e izó la bandera dominicana al grito de ¡Dios, Patria y Libertad!, y el otro, dirigido por Matías Ramón Mella, que llegó hasta la Puerta de la Misericordia y disparó el Trabucazo- y la del 16 de agosto de 1863 (conocida como Guerra de la Restauración), cuando un grupo encabezado por Gregorio Luperón, en una loma llamada Capotillo, subió la bandera dominicana, iniciándose así el conjunto de hechos que restauraría, para 1865, la soberanía entregada por el traidor Pedro Santana.

¿Acaso conocen los “nazionalistas” que en Puerto Rico, Boston, Nueva York, Madrid, Buenos Aires… y hasta en Siberia celebramos los dominicanos los nacimientos de Duarte, Sánchez y Mella? Mas aún, ¿saben los patrioteros que, incluso, se realizan recordatorios, misas, tertulias y charlas, en universidades e instituciones oficiales de los países que nos han "acogido", por los nacimientos del Dr. José Francisco Peña Gómez y del profesor Juan Bosch?

¿Saben los “nazionalistas” que en Puerto Rico, Boston, Nueva York, Madrid, Buenos Aires… y hasta en Siberia celebramos, "los negritos de Quisqueya", los días que consagraron nuestras gestas independentistas?

¿Tienen alguna idea los panfleteros de la mediocridad que en casi todos los países del mundo (nos parece que muy pocos son los lugares que no han “recibido” dominicanos exiliados económica, moral y políticamente, consecuencia de la corrupción “natural” de los gobiernos que nos gastamos) se conmemora el golpe de Estado de 1963, planificado y dirigido por los genocidas norteamericanos; la intervención gringa del 28 de abril de 1965 cuando militares y civiles se abrazaron en la gesta más hermosa de América para luchar por el retorno de Juan Bosch al poder -conocida universalmente como Revolución de Abril-; el fusilamiento en la Cordillera Central del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, el 16 de febrero de 1973, cuando perseguía culminar la gesta de 1965… o el asesinato, por la espalda, perpetrado por las tropas invasoras yanquis, del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, el 19 de mayo de 1965 mientras intentaba tomar el Palacio Nacional para que desde él ejerciera el poder el gobierno revolucionario que luchaba por la vuelta a la Constitución de 1963?

Pedro Santana, quien debe ser para los nacionalistas de pacotilla el non plus ultra de los próceres, es el más grande traidor que conoce la historia dominicana. Disolvió la Junta Central Gubernativa creada el 1 de marzo, justo después de haberse proclamado la independencia el 27 de febrero de 1844 y, como presidente de la República (1844-1848 y 1853-1861), llevó a cabo una política dictatorial, siendo responsable, directa o indirectamente, de la muerte de los tres Padres de la Patria. En 1861 proclamó la reincorporación a la corona española.

Francisco del Rosario Sánchez «fue hecho prisionero en El Cercado… y llevado a San Juan de la Maguana, donde fue juzgado por órdenes de Pedro Santana y condenado a muerte… Murió fusilado el 4 de julio de 1861, a las cuatro de la tarde, en el cementerio de San Juan de la Maguana» (Biografía de Francisco del Rosario Sánchez/Foro de Nemen Hazim). Sánchez fue nuestro más bravo y militante de los padres de la patria y cayó fusilado por Pedro Santana, el mismo que desterró a Juan Pablo Duarte provocándole, con el hambre y las necesidades de su aislamiento en las selvas venezolanas, una miserable muerte, y el mismo que marginó, en su propia tierra, a Matías Ramón Mella, llevándolo a morir de disentería… ¡Y LOS RESTOS DE PEDRO SANTANA, ESE TRAIDOR EMPEDERNIDO, VULGAR ASESINO DE LOS PADRES DE LA PATRIA, DESCANSAN EN EL PANTEÓN NACIONAL!

¿Qué han hecho los “neonacionalistas” [palabra con la que han bautizado, inexplicablemente, a los que asumen un patriotismo de a "chele" debido a una sentencia que, siendo inconstitucional, terminó eclipsada por una ley ("ley ilegal", según los patrioteros de más jerarquía) que regulariza el estatus de los inmigrantes haitianos –sólo haitianos, porque quien suscribe estas palabras, descendiente de árabes que llegaron sin papeles a la República Dominicana antes de 1929, estaría haciéndolo como natural de esas tierras desérticas o como apátrida, no como dominicano-] para repudiar a Pedro Santana y sacarlo del Panteón Nacional por ser el más grande traidor de todos los tiempos?

¿Por que los “nazionalistas” no usan el mismo proceder y encono con los gringos, que nos han invadido y saqueado en dos ocasiones (algunos historiadores hablan de tres, otros de cuatro y nosotros diríamos que siempre), y han asesinado miles de dominicanos, en nuestras propias fronteras, luchando por nuestras propias realidades? ¿O acaso no saben esos defensores del patriotismo barato que lo que hizo Dessalines se correspondió con una época en la que no éramos un Estado soberano?

Wikipedia, el más simple de los recursos para conocer la historia, al que por lo menos deberían tener acceso los que no han leído nunca los letreros que se colocan en las márgenes de las carreteras, ofrece la siguiente información acerca de cómo se logró la independencia dominicana: “La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que culminó con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en febrero de 1844. Durante los 22 años que precedieron(para los sordos de vista y ciegos de oído, esta palabra significa antes, o sea 22 años antes de… nh) a la independencia, toda la isla de La Española estuvo bajo el dominio de Haití, a consecuencia de la ocupación por parte de este país del estado de Haití Español, surgido fugazmente en 1822 en la parte oriental de la isla.

 

Nos separamos de Haití, no de España ni de Inglaterra; ni de Holanda, ni de Portugal, ni de Bélgica; ni de Francia, ni de Alemania, ni de Rusia… Si se quiere juzgar a Dessalines por los hechos que cometió cuando la dominicanidad era sólo un embrión, entonces nuestros “neonazis” deberían actuar de la misma forma con los españoles, que mataron todas las raíces originarias, nos saquearon de la forma más ridícula -cambiándonos espejitos por oro-, y entraron a nuestro territorio sin papeles ni invitaciones, convirtiéndose en los primeros (o segundos… o terceros) violadores de las leyes migratorias… ¿Cierto?

En Ruanda, en 1994, se produjo un genocidio por parte de los “hutus”, quienes intentaron exterminar a los “tutsis” porque a los belgas se les ocurrió diferenciarlos por el tamaño de la nariz. Cuando los belgas llegaron, a nombre de la Sociedad de Naciones [organismo creado en junio de 1919 -una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, y disuelto en abril de 1946, al finalizar la segunda-, que dio lugar a lo que hoy se conoce como Organización de las Naciones Unidas (ONU)], separaron a los negros en dos grupos: los "hutus" y los "tutsis", sembrando el racismo entre dos etnias sin diferencias raciales ni ligüísticas significativas (diferencias que fueron plasmadas por los belgas en las cédulas de identidad otorgadas a los integrantes de cada una; los de menos rasgos característicos de la raza negra pasaron a ser los "tutsis", por lo que fueron convertidos en servidores de los belgas).

Luego de la salida de los blancos, el poder pasó e ser ejercido por los "hutus", quienes, con sus resentimientos raciales esperando por el momento oportuno, ejercieron venganza, dando lugar a uno de los más horripilantes genocidios de la época contemporánea, y que pretenden emular, casi en la mitad de la segunda década del siglo XXI, los sionistas del "Ejército de Israel" (que hace de Estado orgánico) con el pueblo palestino, bajo la anuencia de los criminales norteamericanos, protagonistas de los más desgraciados eventos que conoce la humanidad a partir de la Segunda Guerra Mundial, y sobre quien Simón Bolívar expresaría (en lo que se conoció como 'La Carta de Jamaica', un texto escrito el 6 de septiembre de 1815 en Kingston, capital de la colonia británica de Jamaica), a apenas 321 días para que se cumplan exactamente 200 años, o sea dos siglos: "los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad". Uno de sus más 'renombrados hombres', John F. Kennedy, autor intelectual del golpe de Estado a Juan Bosch en 1963, y que accionó en consonancia con los intereses del imperio (no con los intereses del pueblo dominicano), adorna, con su nombre, una de las principales avenidas dominicanas, en un hecho doloroso y repugnante que avergüenza y mancilla el honor de la nación.

¿Qué han hecho los patrioteros de nueva cuña, en su mayoría negros como los haitianos -porque la xenofobia, créalo o no el lector, está más arraigada, en República Dominicana, en los negros que en los blancos- para quitar ese ofensivo nombre de las vías del país? ¿Qué han hecho para repudiar a los españoles y sacarlos de nuestras fronteras, que sólo han sabido matar nuestras raíces y saquearnos desde el primer día que, en octubre de 1492, pisaron nuestro suelo? ¿Han hecho algo para sacar de nuestro territorio a los invasores y genocidas yanquis?

La corta reseña sobre los "hutus" y los "tutsis" no es fortuita; la presentamos para que sirva de escarmiento y alerte sobre lo que podría suceder si se sigue alimentado este odio contra los haitianos. El verdadero problema radica en saber quiénes harán de "hutus" y quienes de "tutsis"…

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
20 de octubre de 2014