La salud es el estado natural del ser humano y es por eso que todos los procesos vitales y orgánicos buscan permanecer en equilibrio. Ese equilibrio más que una adaptación o mecanismo de supervivencia, es la constante que de forma inteligente sostiene la vida en todas sus partes. Apartarse de ese equilibrio representa el desorden y el caos que al manifestarse en nuestro organismo le llamamos enfermedad.

La salud depende de un intrincado equilibrio bio-psicosocial. Esto implica una gran sincronización de nuestro organismo en donde el mantener un adecuado balance permite la adaptación a todo tipo de circunstancias y agresiones. Los que estamos a diario en la atención de personas con diversas situaciones de salud, nos damos cuenta fácilmente como la pérdida de la capacidad de adaptación y de regulación del medio interno del cuerpo  les hace vulnerables ante el ataque de virus, bacterias, parásitos, hongos y sustancias tóxicas diversas. También sus estados emocionales les hacen desencadenar todo tipo de dolencias.

Como ejemplo, en nuestra garganta y en todo el sistema digestivo vivimos con millones de virus y bacterias de todo tipo. Permanecen en equilibrio sin dañarnos mientras nuestro sistema inmunológico no les permite reproducirse en exceso. Cuando nuestras defensas bajan, entonces aparecen síntomas de inflamación con sus características de rubor, calor, dolor y tumefacción. Dependiendo el lugar en donde aparece le damos diferentes nombres a esas Itis (laringitis, gastritis, otitis etc). En todas esas enfermedades hay un origen común por lo que su tratamiento también puede ser único para todas ellas.

Vivir de forma coherente con el propósito de ser útil a los demás, impulsando estados de gratitud, solidaridad y alegría, nos brinda la sensación agradable de eliminar tensiones a nuestro alrededor

El origen del porqué se multiplican y nos afectan esos microorganismos tiene que ver con la capacidad de nuestro sistema inmunológico para contenerlas y con un segundo factor que es la existencia de un medio de cultivo ideal para desarrollarse y alimentarse. Esto explica por qué muchas personas reciben picaduras de mosquitos trasmisores de enfermedades y sin embargo nunca las desarrollan.

En la enfermedad se afecta tanto el cuerpo como la mente y es una realidad a tomar en cuenta al elegir nuestro tratamiento. En los últimos 50 años hemos avanzado con nuevos fármacos y sustancia efectivas, sin embargo la salud no solo depende de su administración, sino de alcanzar a corregir de forma eficaz todos los factores que pueden afectarla. El estrés crónico por ejemplo ha sido asociado con la supresión del sistema inmune.

Estudios realizados en la Universidad de Pensilvania han demostrado como la hipnosis puede aumentar la cantidad de ciertas células blancas en la sangre. Hoy día la hipnosis es comúnmente utilizada para eliminar adiciones al tabaco alcohol y drogas, así como para disminuir los efectos del dolor en el cáncer

Investigadores de la Universidad de Harvard han descubierto que algunos tipos de meditación pueden lograr mejorar la cantidad y calidad de vida de los adultos mayores. De igual forma existen muchas terapias que ayudan a las personas a recobrar su salud como ejemplo los masajes corporales, técnica de relajación, regresión visualización del sistema inmune, los ejercicios físicos Qi Gong, Tai Qi Chuan, Reiki, Dietas, Biomagnetismo, etc.

La interrelación mente cerebro nos lleva a observar cómo la falta de equilibrio conduce a variaciones en la enfermedad, donde una actitud mental positiva genera cambios favorables para la salud y estados emocionales negativos conducen a empeorarla.

Vivir de forma coherente con el propósito de ser útil a los demás, impulsando estados de gratitud, solidaridad y alegría, nos brinda la sensación agradable de eliminar tensiones a nuestro alrededor y nos compromete con una mayor estabilidad emocional permitiendo eliminar los bloqueos que distorsionan nuestra salud y nos llevan a enfermar.

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