El Ministerio de Economía, como parte de los trabajos de apoyo para la elaboración de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) contrató al Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard quien produjo un estudio cuyo título es "Construyendo un mejor futuro para la República Dominicana: Herramientas para el desarrollo", del cual me toco comentar la primera parte sobre la "Visión País en 2030″. 

En general se puede decir que el estudio es una reiteración de las principales conclusiones a las que la literatura  sobre el desarrollo económico del país ha llegado. Incluyendo otros trabajos del Ministerio de Economía, los estudios elaborados por la Oficina de Desarrollo Humano hasta llegar al reciente informe Attali. 

La principal conclusión del Informe de Harvard es que: "El crecimiento económico reciente, [de RD] aunque elevado para estándares de América Latina, no es sostenible, pues está basado en la expansión del sector no transable [no comercializables internacionalmente], mientras que la cuenta corriente de la balanza de pagos muestra crecientes déficits. Además, dicho crecimiento no ha llevado a la creación de empleos formales en el número requerido ni a aumentos en los salarios reales, dos objetivos centrales del plan de desarrollo". 

Habría que agregar además, que hay suficiente evidencia empírica que muestra que la gran mayoría de los indicadores sociales e institucionales del país tienen un desempeño por debajo del valor esperado dado el nivel de riqueza por habitante y el estándar de mundial y están por debajo de los promedios de América Latina. 

El informe de Harvard continua afirmando que "el país tiene todavía importantes retos que enfrentar. En el año 2009 más de 640,000 personas estaban fuera del mercado laboral de manera involuntaria, equivalente a un 15.2% de la Población Económicamente Activa. Al mismo tiempo, en el último semestre del año 2009 aproximadamente 3.3 millones de dominicanos, 34.6% de la población, se encontraban por debajo de la línea de pobreza,  donde 1 millón de éstos, correspondiente al 10.4% de los habitantes del país, estaban en condiciones de pobreza extrema". 

A esta afirmación habría que hacerle  varias anotaciones.  

1)     El desempleo ha disminuido después del episodio de la crisis financiera del 2003, sin embargo las preguntas que habría que hacerse son: ¿por qué en el largo plazo el impacto del crecimiento del producto interno bruto sobre el empleo es tan bajo?¿por qué se ha reducido en el largo plazo?, pero más importante aún ¿cómo revertir esa tendencia? 

Para que se tenga una idea las magnitudes, diferentes mediciones la elasticidad de largo plazo producto empleo, es decir, el impacto del crecimiento del PIB sobre el empleo está entre 0.5 y 0.3. (Por cada 1% del crecimiento del producto el empleo sólo aumenta en 0.3%). Si la elasticidad hubiese estado cerca de los niveles de una o dos décadas atrás el desempleo estaría hoy día muy por debajo del 14%. 

2)     Las metas de empleo de la END es reducir el desempleo a 6% en 21 años, lo cual implica crear 1.5 millones de empleos adicionales. Esto significa cerca de 70 mil empleos anuales, es decir un crecimiento acumulativo anual de 1.65%. Crear 70 mil empleos anuales para la economía dominicana en los próximos 21 años no es difícil puesto que en la década del 2000 la creación de empleos ha estado ligeramente por arriba de ese número. La END asume un crecimiento del PIB del orden del 3% al 5%, lo cual implica una elasticidad que andaría entre 0.5 a 0.3, que sigue siendo muy bajo y eso es lo que hay que modificar. 

3)     Pero un reto aún mayor de la END es cambiar la composición del empleo. Actualmente el 57% del empleo es informal y se espera reducirlo a 39% en 2030. En la década del 2000, el 75% de los empleos nuevos que se crearon estaban en el sector informal, eso significa ingresos más precarios y productividad más baja. El salario por hora del sector informal es un 24% menos que el sector formal (Ver cuadro anexo). En la industria manufacturera, el comercio, hoteles, bares y restaurantes y finanzas que concentran el 42% del empleo total y 46% del empleo informal, el salario del sector informal es mayor que el del sector formal pero en las demás ramas el salario informal es mucho más bajo. En la rama de "otros servicios" que absorbe casi la mitad del empleo, el salario del sector informal es casi la mitad del salario del sector formal. 

Otro problema es que esta rama de "Otros servicios"que incluye el trabajo doméstico, las "saloneras" y otras actividades de muy baja productividad es la que más rápidamente aumenta. Entre 2007 y 2010 de los 79.6 mil nuevos empleos creados, el 48% fue en esa rama. Cabe preguntarse: ¿cómo  puede ser sostenible un modelo de desarrollo que está creando fundamentalmente este tipo de empleos? 

La END tiene como objetivo reducir la pobreza de 2.3 millones en 2009 a 1.6 millones en el 2030, eso significa una reducción promedio anual de -1.8% y asume un crecimiento del PIB por habitante de entre 3% y 5%. La pobreza ha disminuido desde el episodio de crisis de 2003, sin embargo a pesar de que la economía creció 6% entre 2005 y 2010, todavía no se recupera la situación de pobreza pre-crisis, independientemente de la forma cómo que se mida. Entre 2000 y 2002 la tasa de pobreza fue 28% y la actual ronda en 33%. Es decir, de los 1.4 millones de personas que pasaron a la pobreza con el episodio del fraude bancario, alrededor de 750 mil han salido pero todavía quedan alrededor de 650 mil en situación de pobreza. 

Estas cifras nos están indicando dos cosas: el poco impacto que tiene el crecimiento de la actividad económica para reducir la pobreza. Una elasticidad del orden de 0.4 es muy baja y eso solamente se modifica con políticas deliberadas. En segundo lugar lo que se está midiendo es pobreza monetaria y por lo tanto esa reducción está reflejando más el impacto de la política monetarias y del aumento del PIB que política sociales. Habría que hacer un análisis más fino para poder asociar la política social y la reducción de la pobreza. 

En resumen, los dos grandes objetivos de la END de aumentar el empleo y reducir la pobreza exigen una nueva forma de organizar la actividad económica, por supuesto no se trata de desmontar nada sino de reestructurar las actividades económicas para que sean más incluyentes. Para que eso suceda el principal desafío es fortalecer la institucionalidad y las reglas de juego. No se trata de buscar nuevos sectores ni desaparecer los que existen sino de que las leyes se cumplan.  

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