Las notas que presento a continuación muestran que los datos que presentó el Presidente de la República en su discurso del 27 de febrero de 2018 en materia de empleos presentan serias e insuperables inconsistencias, ya que:
- Comparó cifras obtenidas con metodologías completamente diferente, llevándolo a sumar “peras con manzanas” (datos construidos de diferente manera).
- Ese error le permitió abultar la cifra de empleos creados anualmente. Entre 2013-2016, se crearon 113 mil nuevos puestos de trabajo no 120 mil.
- El número de empleos creados equivale prácticamente a los que entran al mercado de trabajo anualmente, razón ésta por la cual no se reduce de manera significativa la cantidad de personas desempleadas: entre 2012-2016 la reducción acumulada fue de mil personas anuales para el caso de desempleo ampliado, y de 4.6 mil anual para el caso del desempleo abierto.
- En 2017, usando la nueva metodología de medición se crearon 120 mil empleos, como indicó el Sr. Presidente, pero le faltó reconocer ante el país que el 87% era informal y entre los formales, la mayor parte es empleos públicos mientras los asalariados formales no estatales se redujeron.
Para llegar a estas conclusiones se elaboró el siguiente argumento.
En su discurso del 27 de febrero de 2017 el presidente de la República Danilo Medina hizo 33 referencias al tema del empleo. Entre las numerosas referencias a la cuestión la más importante, por ser la que sintetiza su argumento principal fue la siguiente afirmación:
“En 2017 volvimos a cumplir ampliamente nuestra meta: se crearon 120,237 puestos de trabajo adicionales. (Es el promedio del año 2017). Y si revisamos la cifra total de nuevos ocupados desde septiembre del 2012 a diciembre del 2017, encontramos que el número de empleo ha aumentado en 606,019 puestos de trabajo.
“Vemos entonces que nuestros empleos no están creciendo 100,000 por año, que ya era una meta ambiciosa, sino 120,000 empleos por año, lo que es un resultado sin precedentes.
“Se trata, además, de empleos cada vez más formalizados y con más derechos, como muestra la cifra de cotizantes del régimen contributivo de la Seguridad Social, que registró 111 mil nuevos afiliados a lo largo del 2017” (Danilo Medina, Discurso del 27 de febrero 2018).
En otra oportunidad el vocero del Gobierno, el Sr. Rodríguez de Marchena repitió la cifra del presidente de 606 mil nuevos puestos de trabajo y agregó que se habían creado 546 mil formales.
Es necesario hacer algunas precisiones a las afirmaciones del Presidente de la República.
- Error metodológico. La única fuente de información para medir el empleo total es la del Banco Central a través de la encuesta de fuerza de trabajo, la cual ha sufrido numerosos cambios metodológicos para poder capturar mejor y más información. La última fue la introducción de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo en noviembre de 2016 y que trae estadísticas desde el último semestre de 2014 hasta 2017 completo, siendo publicada cada cuatrimestre.
Esta nueva encuesta incorpora significativos cambios conceptuales y metodológicos en relación con la encuesta tradicional que se venía realizando desde 1991 y que había servido para calcular los niveles de pobreza monetaria desde el año 2000.
Estos cambios son de tal magnitud, que el Sr. Bolívar Pino -asesor del Banco Central contratado para implementar la nueva metodología- indicó en noviembre de 2016 que como consecuencia de estos cambios se “corta la serie” de datos sobre los temas de empleo que se venían utilizando desde 1991, así como la serie sobre medición de pobreza monetaria que se venían calculando desde el año 2000.
¿Qué significa esa ruptura metodológica? Que antes se contaban peras y ahora manzanas. Los resultados no son compatibles. No es correcto comparar resultados obtenidos de forma desigual metodológicamente. No se puede ni se debe pegar en una misma serie los datos de 2012 a 2016 con el dato de 2017, ni muchos menos sumarlos como se hace en el último discurso presidencial del pasado 27 de febrero a menos que se haga una transformación de las series que permita la homogenización de ambas, cosa que hasta el día de hoy no se ha hecho.
El cuadro 1 muestra una comparación del mismo indicador capturado por las encuestas diferentes: la vieja y la nueva para 2015 y 2016.
Se aprecia que en la encuesta nueva de 2016 hay menos empleos que en la vieja. El aumento del empleo de 2016 con relación a 2015 hay una diferencia 1.15 veces. Las tasas de desempleos son muy diferentes. Pero atención, la consecuencia del error de empalmar datos diferentes elaborados con diferentes metodologías, es que no permite responder la pregunta crucial: ¿el empleo fluctuó porque cambió la metodología o porque variaron las variables reales de la economía?
2. No son 120 mil sino 113 mil en promedio. Las cifras del cuadro 2 -que expone las únicas cifras comparables y sumables (pertenecientes a la misma encuesta entre 2012 y 2016) – recogen información de 4 de los 5 años que lleva la administración Medina e indican que se crearon en promedio 113 mil empleos anuales entre 2012-2016 (no 120 mil como afirma el Presidente)
Si bien los empleos están creciendo a un ritmo de 113 mil por año, ese resultado no es ni puede ser motivo de satisfacción, pues no se puede ocultar o ignorar que cada año están entrando al mercado de trabajo unos 112 mil jóvenes cuando se toma la población económicamente activa (PEA) ampliada y 109 mil por año cuando se refiere a la PEA abierta, de manera que los empleos que se crean apenas logran cubrir a las personas que entran al mercado de trabajo y reducen poco a los que ya estaban desempleados. En efecto, la cantidad de personas desocupadas abiertas disminuyó en apenas -4,654 promedio anual y los desocupados ampliados disminuyeron en -1,038 personas anuales.
En otras palabras, la cuestión del empleo refleja una situación de lo comido por lo servido. Reitero, los empleos nuevos apenas cubren a los que entran al mercado de trabajo, dejando casi intacta la cantidad de personas que permanecen desempleadas. Casi 700 mil personas en promedio se mantuvieron en una situación de desempleo ampliado (buscan trabajo activamente y no encuentran o están desalentadas) en el período 2012-2016 y 280 mil en desempleo abierto (están buscando activamente empelo y no encuentran) (cuadro 3).
Lo que sí podía afirmar el presidente de la República, en función de la encuesta vieja del BCRD, es que de los 453 mil nuevos empleos creados entre 2012-2016, el 85% fueron formales (alrededor de 384 mil personas) y el 15% informales (69 mil). Dentro de los puestos formales tantos como el 28.4% los generó el Estado, a un ritmo de 27 mil nuevos empleos anuales.
El Presidente Medina también se refirió a los datos de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) para subrayar el aumento de la formalidad en los puestos de trabajo generados. Procede hacer una anotación adicional. Según el registro de dicha institución en septiembre de 2012 había 1.4 millones de personas que pagaban seguridad social (empleos formales) y en diciembre de 2016 esa cifra se había elevado a 1.8 millones, eso es, un aumento de 478 mil personas ó 24% más que el aumento de empleos formales que registra la Encuesta del Banco Central. A la luz de esa discrepancia de totales, las cifras del TSS no son un buen indicador del aumento de los empleos formales, pues el aumento en esta cifra puede significar empleos nuevos, pero también empleos informales que se están formalizando.
3. En 2017 aumentó el empleo en 120 mil, pero casi el 87% es informal y entre los formales fue empleo estatal. Indiqué previamente que las cifras de 2015 a 2017 capturadas con la nueva metodología no son comparables con las cifras de la vieja metodología. Cierto, el Presidente mezcló ambas fuentes, pero al referirse a los resultados en materia de empleo indicó que se habían creado 120,237 empleos, que es la diferencia entre los promedios de empleos creados en 2017 y 2016.
Ahora bien, ¿qué le faltó decir? Pues que el 87% de esos 120 mil nuevos empleos estaba en situación de informalidad y un pírrico 13% de formalidad. Aumentaron básicamente los de “Cuenta propia informal”, que explican el 83% del aumento total de los informales y el 72% del aumento de los empleos totales.
Como se aprecia en cuadro 4, los empleos formales totales aumentaron en casi 16 mil, dentro estos los empleos del Estado aumentaron en esa misma cantidad (16 mil), mientras que los asalariados no estatales se redujeron en poco más de mil, igual ocurrió con los patronos formales y los asalariados formales que trabajan en el sector informal. Es decir, el aumento del empleo estatal prácticamente explica el aumento del empleo formal porque los otros componentes de la formalidad se compensaron unos con otros.
En materia de informalidad se puede concluir que el uso de la nueva encuesta señala de manera preliminar (3 años) una tendencia diferente al obtenido en la vieja encuesta. En la vieja se reportaba una tendencia de que aumenta el empleo formal mientras que la nueva aumenta el empleo informal.
En resumidas cuentas, los datos que presentó el Presidente de la República en su discurso en materia de empleos presentan graves inconsistencias: comparó cifras obtenidas con metodologías completamente diferente, lo cual lo llevó a abultar la cifra de empleos, le faltó decir que los empleos creados apenas cubren a los que entran al mercado de trabajo, reduciendo poco la tasa de desempleo y en 2017, si bien se crearon 120 mil empleos, estos fueron informales y empleos públicos.