Millones de televidentes y fanáticos del futbol, logramos vernos en la acción inesperada y desafortunada del jugador uruguayo Luis Suarez, cuando le dio una mordida al defensa italiano Giorgio Chiellini ,durante un partido Italia- Uruguay del Mundial .

Esta conducta producto de las emociones negativas que se presentan como acciones, pensamientos, sentimientos y palabras, son frecuentes en nuestras vidas y en un deporte como el futbol  mucho más.

Las emociones, propias de los problemas de la existencia humana, dicen los estudiosos son producto de influencias exteriores, que no proceden del que las expresa sino del automatismo en el cual vivimos los seres humanos, donde cada uno responde al llamado de sus yoes, egos y frustraciones.

Luis Suarez, considerado el mejor delantero centro del mundo, es reincidente en su conducta, que le lleva a agredir de manera particular a sus contrincantes. Elementos que fueron tomados en consideración para elaborar la sanción ,que impide al futbolista jugar en 9 partidos internacionales, 4 meses alejado de las canchas, y 82 .000 euros de multa, junto a la recomendación de Jerome Valcke ,Secretario General de la FIFA , de buscar ayuda ,“ si existe ayuda para tal conducta ”.

Con la sanción la FIFA, pretende sentar precedente, ya que estos héroes deportivos, tienen un peso en el imaginario de millones de fans. Siendo un ejemplo dentro y fuera  del universo del deporte.

Pero la conducta de Suarez no cambiara con la sanción,  si bien puede llevarlo a recibir un shock, por la dimensión, que tienen ciertos actos ante el daño que se hace así mismo, al equipo y a su país. La sanción, no garantiza la modificación de su accionar, al no tener las capacidades para controlar sus emociones negativas, como muchos de sus compañeros de juegos, ejecutivos de la FIFA , y de nosotros mismos , ya que son las mismas emociones desagradables, que emergen en la vida de cualquier ser humano ,cuando somos capaces de levantarle la mano a nuestros padres, insultar a los amigos , o gritarle al hombre o la mujer que amamos antes de pasar al acto de eliminarles físicamente.

Se cree que Suarez no es merecedor de tal castigo, como ha considerado el mismo jugador agredido, que no sabemos qué le dijo a su agresor, para generar tal reacción, lo cierto es que todos somos capaces de sufrir del mismo “síndrome” de Suarez, al no poder controlar esas emociones cuando se presentan y nos drenan la energía.

Porque las emociones negativas emergen de manera instintivas. “Y responden a disposiciones emocionales ocultas y de impulsos interiores desconocidos”. Como lo señalo Gurdjieff en los inicios del siglo XIX. Destacando que las teorías suelen calificarlas como producto del “subconsciente” término considerado  por este de engañoso, ya que muchos fenómenos de origen diversos eran clasificados en la categoría de “subconscientes”.

En los últimos tiempos el estudio de las emociones negativas, ha sido objeto de la atención conjunta de científicos y líderes espirituales. Aunque desde tiempos remotos hemos oído la sentencia atribuida a Sócrates “Conócete a ti mismo”, observando que esta se encuentra en la base de muchas doctrinas presocráticas.

Uno de esos investigadores es  Daniel Goleman con su libro Inteligencia Emocional (2003), y el monje budista  Matthieu Ricart que junto a Dalai Lama y otros investigadores neuro científicos han puesto de manifiesto, el efecto que las emociones negativas ejercen sobre los seres humanos y la posibilidad de trabajarlas.

Hoy día al ver a Luis Suarez convertido en antihéroe, bajo el peso de una acción, que surge de forma espontanea e inesperada, ganándole el juego, pienso que si existe la posibilidad de cambiar estas conductas, siempre que queramos hacerlo, ya que solo basta, como dicen los maestros, con que podamos observarnos de manera adecuada, para comenzar de inmediato la transformación.