La República Dominicana, a pesar del crecimiento económico registrado en los últimos veinte años, es un país de emigración, más exactamente receptor y emisor de migrantes.
En 2015 más de 1.3 millones de dominicanos, correspondientes al 13% de la población, vivían en el extranjero: el 58.5% (763.253) mujeres, el 41.5% (541.240) hombres. El Instituto Nacional de Migración en un reciente informe (2017) ha publicado las cifras relativas a la distribución de la población dominicana al exterior en 2016, un total de 2.245.466 personas. Es evidente, el aumento del número de personas que se han establecido afuera de su país nativo, es también de tener en cuenta que los datos relativos a la consistencia de los flujos migratorios provenientes de fuentes distintas presentan a menudo diferencias.
Los primeros dos países de acogida en 2016 han sido Estados Unidos (1.865.987, de los cuales 53.5% mujeres), y España (160.913, 61% mujeres). Según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística Dominicana la población nacida en RD, residente en España en 2016, fue un total de 163.950, de los cuales 61.2% mujeres. Algunos elementos que caracterizan la emigración dominicana a España son la aceleración de los flujos, el gran número de personas que han adquirido la nacionalidad española y el alto grado de feminización. Las redes que conectan los migrantes a sus familiares y amigos en el país de origen han funcionado como estimulo para nuevos flujos migratorios así como la política española favorable a las reunificaciones familiares; en la década 2006-2016 el número de dominicanos residentes aumentó de un 88%.
Los datos provisionales a 1 de enero de 2017 de la Estadística del Padrón Continuo Instituto Nacional de Estadística confirman la feminización de la migración dominicana hacia España. Sobre un total de 69.630 dominicanos residentes calculados como población extranjera las mujeres representan más del 55%. Está una buena correspondencia entre los datos publicados de la Oficina Nacional de Estadística dominicana y los de la INE relativos a la población nacida en RD, residentes en España, por sexo y nacionalidad extranjera (2016). Las comunidades dominicanas más numerosas22 se encuentran en Madrid (24.962) y Barcelona (14.866), estas dos ciudades acogen poco más del 57% del total.
Las mujeres en busca de mejoras económicas fueron las verdaderas protagonistas de los flujos migratorios dominicanos, que a partir de los años noventa, se dirigieron hacia España. Esta migración femenina procedente principalmente de las regiones rurales del suroeste del país, las regiones fronterizas de Enriquillo y El Valle, se vio favorecida de los cambios económicos y sociales que se habían producido en la sociedad española.
El aumento de la población activa femenina española y su incursión en el mercado de trabajo exigía mano de obra barata para ser utilizada en actividades como el servicio domestico, el cuidado de los niños, enfermos o ancianos y todas las tareas del hogar, trabajos no deseados por los españoles caracterizados por una baja remuneración y una elevada precariedad.
La migración dominicana es una migración económica, es decir las personas migran para mejorar sus condiciones económicas y las de sus familiares que permanecen en el país de origen, para tener mayores oportunidades de trabajo y mayores posibilidades de ascenso social. En pocas palabras una mejor calidad de vida. Si una mayor retribución salarial es un factor determinante para decidir de emigrar, estudios sobre este tema indican que otras consideraciones de tipo socio- político entran en juego en esta importante decisión, en particular la posibilidad de disfrutar de prestaciones sociales, beneficios familiares, servicios públicos eficaces en el país de destino y además la falta de confianza que la situación cambie en el futuro en el país de origen.
La migración dominicana, con su alto grado de feminización, presenta algunas peculiaridades en particular en lo que se refiere a la esfera social y psicológica. Las mujeres dominicanas en España no solo adquieren la independencia económica, factor clave para la igualdad de los géneros, pero ya que en muchos casos son las únicas a mantener sus familiares, se convierten en agentes de cambio en el ámbito de sus familias y de la sociedad de origen. El cambio de los roles de género y la nueva relación de poder entre mujeres y hombres son otros efectos de la migración dominicana hacia España que se refieren a la esfera social y psicológica.