Frente a las grandes problemáticas regionales, en 1993 nace el Consejo Regional de Desarrollo Inc. (CRD), que de mano de otras iniciativas locales que se gestaron en 1990 en las provincias de la Región Nordeste y el Cibao Central, surgió como columna principal de un amplio proceso de concertación regional, destinado a obtener la atención del Gobierno Nacional y de los organismos internacionales a sus diversos problemas.
A partir de un consenso entre los legisladores de la región, pertenecientes a diferentes partidos políticos, la participación destacada de la Iglesia Católica, con Monseñor Jesús María de Jesús Moya, a la cabeza, hoy Obispo Emérito de la Diócesis de San Francisco Macorís, las demás Iglesias y las diferentes instituciones, propulsado por el organismo de desarrollo se obtuvo la aprobación de un gran proyecto de desarrollo local en el año 2000 que contó con un financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, el cual se denominó: Programa de Fortalecimiento de las Provincias de la Región Nordeste.
Este programa que logró involucrar a los Ayuntamientos Municipales junto a las gobernaciones y a las organizaciones comunitarias en acciones de desarrollo consensuadas, produjo un importante impacto en los niveles de pobreza, con la construcción de numerosas escuelas, centros comunitarios y acueductos, además de propulsar soluciones viales y de saneamiento ambiental.
La Región demostró que, aunando esfuerzos mas allá de intereses partidarios y de grupos, es posible echar adelante y construir un modelo de desarrollo basado en la participación local.
Qué ha pasado después de la ejecución del programa:
Más de quince años han pasado, y al efecto, para la dirección técnica del CRD hoy en día los retos son aún mayores debido al crecimiento de la región, el cual ha traído mejoras para la población, pero a la vez un aumento de los problemas ligados al mismo modelo de desarrollo.
Al respecto, sus diversos estudios recogen, que nuestras ciudades han crecido, aumentando el consumo y a la vez los problemas ambientales, desde el deterioro de la ecología de la Cordillera Septentrional, la contaminación, debida al uso poco racional de pesticidas en la agricultura, así como también el incremento de la producción de desechos sólidos urbanos, entre otros.
Estas problemáticas conforme a su visión, imponen profundizar en el acoplamiento de sus estrategias y lineamientos, mediante la unión de esfuerzos y voluntades, tendentes a que nuestros legisladores, gobernadores, alcaldes y sectores organizados se reúnan, discutan, propongan y actúen al unísono.
Un problema en particular de atención inmediata: La basura.
Dentro de las problemáticas contempladas, el Consejo Regional de Desarrollo (CRD) considera que ha llegado el momento de buscar una solución común al problema del tratamiento de la basura, ya que los volúmenes de producción de desechos domiciliarios, urbanos, industriales y comerciales, no permiten soluciones transitorias, aisladas y coyunturales.
En este contexto, entiende como relevante e impostergable, la necesidad de que los legisladores, las Alcaldías y los gobernadores provinciales se unifiquen para promover y canalizar una inversión urgente y de impacto del Gobierno Central para ordenar, normalizar y racionalizar en el corto plazo la disposición de los residuos sólidos urbanos, con la adecuación de por lo menos dos soluciones transitorias en la región (dos rellenos sanitarios), una para el área que va desde Salcedo hasta Castillo, otra para el área de Nagua, el Factor, Cabrera y Samaná.
Alternativas sugeridas por el CRD:
En base a su análisis de la producción de desechos, tecnologías disponibles y costos de oportunidad, el equipo técnico de planificación de la entidad, propone la creación de una empresa regional para el reciclaje y tratamiento de los residuos sólidos urbanos con la participación de los Ayuntamientos Municipales, el Gobierno Central y el sector privado.
Estima indispensable pues, que hay que pasar de una gestión aislada de la disposición de los residuos sólidos urbanos basada en los territorios municipales a una gestión en escala de los mismos con la aplicación de tecnologías modernas, por tanto, ve que hay que cambiar en su solución una visión de cuatro años, por una hacia 30 ó 50 años que permita su perdurabilidad y eficacia.
Al efecto ve, que estamos en una emergencia sanitaria y de gestión, entendiendo, que si no se toman en lo inmediato medidas adecuadas, tanto organizativas como técnicas, la región estará arrastrando graves problemas de contaminación ambiental no menos para los próximos 50 años.
Para encarar adecuadamente el problema, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), sugiere en su conjunto a las alcaldías de los municipios de la región, consensuar junto al sector privado para el 2017, una inversión de cien millones de pesos y para los años 2018 ý 2019 de doscientos millones de pesos, a las cuales, se debe unir la inversión sanitaria y ambiental que requieren la Región Nordeste y el Cibao Central del Gobierno Central como ejecución prioritaria en el período gubernamental 2016-2020.