El verbo embucharse es conocido de los dominicanos. En los repertorios de palabras dominicanas aparece inventariado como corresponde.

El Diccionario del español dominicano (2013:277) muy justamente tiene en cuenta la voz del título. Trae ese diccionario la definición gramatical para este en tanto verbo intransitivo pronominal.

La acepción que consagra ese lexicón es, “Enojarse sin motivo aparente y disimularlo”. Esa acepción se conoce desde la década de los cuarenta del siglo XX cuando Patín Maceo la asentó.

No hay duda de que esta es una acepción. Esta aseveración se explicará enseguida. Se ha oído de la boca de dominicanos el verbo embucharse para significar que una persona se guardó una información, no divulgó un hecho o suceso. Así dirá el dominicano, “Amelia se enteró del chisme, pero se lo embuchó”.

En la primera de las acepciones el verbo tiene relación con el hecho de una persona enojada que muestra una expresión facial que de algún modo tiene que ver con un cambio en la forma de las mejillas (buches), y, eso pone la cara seria.

La acepción por la que se propugna en esta sección toma el buche como un sitio donde la persona guarda algo para sí, para sus adentros. No se refiere este buche a una parte determinada del cuerpo humano.

Embucharse se ha oído también para mencionar la acción de caer bajo los efectos del malestar estomacal, la indigestión.

Sería de esperar que en un futuro cuando los lexicógrafos dominicanos emprendan de nuevo la tarea de trabajar sobre las voces del español dominicano tengan en cuenta estas notas.

A MEDIADO – A MEDIADOS

“A MEDIADO de los 90. . .“

Mediado es el participio de mediar que en tanto adjetivo indica que contiene más o menos la mitad de la cabida del recipiente o de lo que se nombra.

A mediados es una locución adverbial que expresa “hacia la mitad del tiempo que se indica o se sobrentiende”. Por la característica de ser adverbial permanecerá siempre con esa ese /s/ al final.

No hay que dejarse engañar por la letra final de la locución, pues no sirve en este caso para introducir el plural.

STATUS – ESTATUS

“Todo esto es la simbología y STATU que. . .”

La vida moderna, los avances tecnológicos y las comunicaciones aceleradas se encuentran en el origen de muchas de las confusiones con respecto de la lengua común. Las confusiones entre los términos del título son de índole variada como se leerá más adelante.

El primer tropiezo surge cuando se constata que la locución nominal latina es statu quo que literalmente, escribe la Real Academia, es “en el estado en que”. Esta expresión se refiere al, “Estado de cosas en un determinado momento”. Se utiliza sobre todo en política y sociología también para la situación de una persona en un momento determinado; además, para asuntos o cuestiones.

Se considera la locución latina de género masculino y es invariable en plural; se dice y escribe los statu quo. Se llama la atención sobre el asunto de que se escribe statu quo y no *status quo.

Se aprovecha la ocasión para aclarar la pronunciación del quo. El mayor énfasis del acento se debe hacer sobre la letra /o/, para que se oiga /kuó/.

Hay otra locución adverbial latina muy parecida a la anterior, in statu quo, que se usa con relativa frecuencia en español y en otras lenguas para denotar que las cosas “están en la misma situación que antes tenían”.

La voz latina status, sola, en el uso de la lengua corresponde a la “posición social que ocupa una persona derivada del desempeño de un determinado cargo”. De ese modo la registra el Gran diccionario Larousse de la lengua española. Se hace necesario mencionar que el Diccionario de la lengua española de las Academias no asienta esta voz con este significado.

La Asociación de  Academias de la Lengua Española incluyó en el diccionario mayor de la lengua la palabra estatus que llegó al español desde las orillas del inglés, como una adaptación de la voz status del latín para la “posición que una persona ocupa en la sociedad o dentro de un grupo social”. Sirve, por otra parte, para la “situación relativa de algo dentro de un determinado marco de referencia”.

Al llegar a este punto hay que aclarar que *statu no aparece asentada en ninguno de los diccionarios que se han consultado.

CARTELIZAR – CARTELIZACIÓN

“La CARTELIZACIÓN del partido. . .”

En el título de esta sección figuran dos voces de uso que se hacen cada vez más frecuente tanto en la lengua de los hablantes dominicanos, como en los escritos de la prensa diaria. En República Dominicana se usan ambas voces en tanto derivadas del vocablo cartel, que proviene del inglés, que a su vez lo tomó del alemán Kartell. Puede representarse también así, cártel, con la tilde sobre la letra /a/.

Las palabras cartel y cártel se utilizan para designar una organización ilícita que se dedica al tráfico de drogas o armas. En el ámbito de la economía se menciona con ellas un acuerdo entre varias empresas para evitar la competencia entre ellas, arreglando la producción, los precios y las ventas en el campo de su actividad.

La connotación que soporta tanto el verbo como el sustantivo en el uso dominicano de las voces del título, coloca el acento sobre la ilegalidad de la organización y las actividades ilegales de lo que se mienta como cartelizado, o caído en cartelización. En la frase copiada más arriba, a manera de ejemplo de uso, se destaca que las acciones de la organización exceden el marco de la legalidad.

Hay que destacar que las voces tratadas aquí son de aparición reciente en el vocabulario político dominicano. Con esto se pone de relieve que esa es la razón por la cual todavía no la trae ninguno de los diccionarios de dominicanismos o del español dominicano publicados hasta la fecha.

No cabe duda de que en el futuro los lexicógrafos tendrán que incluir estas voces en sus repertorios porque se han convertido en términos muy populares, aunque caigan en el olvido más adelante.