EMBICAR(SE) –
“. . . algunos taxistas que arriman sus vehículos al parque y encuentran un refugio tranquilo para EMBICAR una cerveza. . .”
Este verbo del español dominicano es más interesante de lo que parece a primera vista. Un elemento que hace este verbo sobresaliente es su origen, y otro, los derivados o relacionados que existen en el español dominicano.
Las dos ideas que se avanzaron en el párrafo anterior se examinarán más abajo. Una de ella se revelará patente a los ojos de los lectores una vez se desarrolle.
El verbo embicar(se) en el español dominicano tiene acepciones propias. En funciones de verbo solo existe en el español dominicano. Para poder llegar a dilucidar el origen del verbo dominicano y su significado hay que remontarse a la historia del español.
El ejercicio que se hará en esta sección no se hace solo para desentrañar el sentido del verbo que es harto conocido por los hablantes del español dominicano, sino para edificar la etimología de un verbo que a simple vista aparece obvio para estos hablantes.
De acuerdo con lo que trae el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, embicarse es, “Dirigirse apresuradamente a un lugar” (dirigirse, encaminarse)
En buen español dominicano embicarse indica que la persona que ejerce la acción bebe del pico de una botella. No hay que sorprenderse de que en el español dominicano las botella tengan pico. Este pico es una extensión del significado del que existe en el español internacional “que tienen en el borde algunas vasijas para que se vierta con facilidad el líquido que contengan”. Lo que figura entre comillas es parte de la quinta acepción de pico que consta en el diccionario oficial de la lengua española. Por tanto, no hay que sorprenderse de que este pico exista en el español dominicano extendido a las botellas.
Si más arriba se escribió algo acerca del verbo que podría ser del origen de este, ahora hay que asegurar que puede resultar sorprendente este origen.
En portugués existe el verbo embicar con varias acepciones, de las cuales se retendrán las que poseen relevancia para esta exposición. La segunda acepción es, empinar el codo (beber); la cuarta es tener riña, contender; la séptima es dirigirse, encaminarse.
Estas acepciones del portugués se traen a colación porque coinciden con las que posee el verbo embicar(se) en el español dominicano.
De acuerdo con lo que trae el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, embicarse es, “Dirigirse apresuradamente a un lugar” (dirigirse, encaminarse); “Embestir alguien a una persona, atacarla”. Y, por último, el más usado en el español dominicano, “Tomarse de forma continuada varios tragos de una bebida”.
Por medio de la lectura de lo explicado en el párrafo retropróximo, de las tres acepciones del verbo en español, dos provienen o coinciden con las del portugués. La acepción que añadió el español es la relativa a beber. Hay que aclarar que casi siempre este verbo “se conjuga con bebidas alcohólicas”.
Una vez se ha llegado a este punto hay que afinar la puntería para explicar cómo es que el pico llega hasta aquí. El pico comenzó por ser el de las aves. De ahí pasó en el español al pico de las montañas. En el año 1244 pasó a ser objeto punzante o “punta”. Más adelante en el español antiguo pasó a ser “punta aguda que tiene alguna cosa”. El último es el pico de la botella.
Este pico, aunque parezca increíble tiene relación con el beso, en francés faire la bise. En el año 1217, en francés, bec pasó a ser la boca humana. De ahí que los franceses den los gros bisous, grandes besos.
Luego de todas las explicaciones y reflexiones al margen, es apropiado reconocer que no se sabe cómo este verbo llegó del portugués al español dominicano con el significado particular que tiene en la última lengua.
Puede aventurarse una explicación. Llegó hace siglos de boca de los marineros portugueses con el sentido propio de la marinería y de ahí los habitantes de la isla La Española lo llevaron a “beber a pico de botella”. Esto es, directamente de la botella o recipiente.
IMPASE
“. . . Haití había detenido la construcción de ese canal para que el IMPASE que creó. . .”
Este impase es una adaptación válida del galicismo impasse que es de uso en América. En el español peninsular puede encontrarse usado impás que es otra adaptación válida al español. El español americano se ha decantado por una adaptación que se asemeja más a la escritura del francés, al tiempo que la peninsular se asemeja a la pronunciación del francés.
Para encontrar las acepciones de la palabra del título hay que remitirse a la del francés del modo en que se ha aceptado en español. En el Diccionario de la lengua española de la corporación madrileña de la lengua consta la palabra francesa impasse, en cursiva, con las significaciones que deben reconocerse a las adaptaciones al español. Estas se verán en detalle más abajo. Se adornará el tema con un poco de historia de la palabra francesa.
Si la palabra se deja escrita en francés hay que ponerla en cursiva o entre comillas por ser voz extraña a la lengua española
La palabra impasse está formada por el prefijo in (privativo) que hasta el año 1730 en francés se escribió inpasse. En el siglo XVIII se usó ya la palabra para reemplazar otra conocida en español cul-de-sac, callejón sin salida, calle ciega. Fue Diderot quien un poco más tarde la utilizó con el sentido de “situación de difícil solución”. En español se documentó la voz del francés en el año 1922 de la pluma de E. d´ Ors. Al italiano pasó también para situación sin solución, o sin salida; situación de gran dificultad.
El impase en negociaciones se produce cuando se llega a un “punto muerto, estancamiento, atascamiento”. El diccionario de las autoridades normativas de la lengua española añade a las acepciones anteriores, “compás de espera; detención de un asunto”.
Si la palabra se deja escrita en francés hay que ponerla en cursiva o entre comillas por ser voz extraña a la lengua española. También puede recurrirse a una de las traducciones o adaptaciones a la grafía española aceptadas por el uso culto o las traducciones impuestas por el uso continuado.