En la misma jornada del miércoles 23 de noviembre de 2011 el embajador de Reino Unido, Steven Fisher; el de Estados Unidos, Raúl Yzaguirre, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, dieron declaraciones separadas que en esencia dicen lo mismo: en el país se practica la corrupción y hay necesidad de superarla.
El embajador Fisher reveló que una importante empresa británica se marchó del país recientemente porque no aceptó pagar sobornos, y que otras le dijeron que a ellas también les han solicitado sobornos "muy grandes".
Para el embajador Yzaguirre, quien pronunció una conferencia ante la Cámara Americana de Comercio, en el país persiste una baja inversión en educación, se practica el clientelismo político y falta transparencia en los procesos de la administración pública.
"Muchos dominicanos han perdido la fe en sus instituciones", expresó Yzaguirre, quien de inmediato advirtió que "si el gobierno dominicano no cuenta, de manera consistente, con la confianza de su pueblo, no podrá llevar a cabo las reformas que son necesarias para salir hacia adelante".
De su lado, el juez Subero Isa dijo que "es un problema muy serio el de la corrupción y todos tenemos que empeñarnos, no solamente las autoridades, también los ciudadanos tienen su cuota de responsabilidad en denunciar con pruebas los niveles de corrupción".
Apuntó que para erradicar la corrupción en la administración pública, "solo ha faltado voluntad".
Lo que dicen los embajadores de Estados Unidos y Reino Unido no puede ser objetado por ninguna persona que se precie de seria o que ame a este país. Son verdades irrebatibles y de la única forma que pueden ser oídas por quienes hacen opinión pública es si las dicen personas de esa estatura diplomática, porque si lo hace un político "opositor", un activista social o un dirigente popular, el gobierno le suelta una jauría por todos los medios que crea un ruido que impide oír, ver y hasta palpar la verdad.
Al honorable magistrado Subero Isa no le luce tanto denunciar la corrupción, porque si bien es una persona honesta al igual que toda su familia, como líder de la justicia dominicana desde el año 1997 ha tenido numerosas oportunidades de demostrar que en él sí existe la voluntad de combatir la corrupción gubernamental.
Fue relativamente fácil condenar a los banqueros que se les halló culpables de la quiebra fraudulenta de sus entidades financieras, pero ningún tribunal enjuició debidamente a los funcionarios públicos de tres gobiernos que conocían esas prácticas, las consentían, las asesoraban y finalmente se hicieron a un lado como si nada supieran.
Faltó voluntad en la justicia presidida por Subero Isa para investigar y juzgar el expediente de los préstamos negociados por la firma Sund Land para el gobierno construir obras por valor superior a los 130 millones de dólares sin pasar por el Congreso Nacional.
A pesar de que ese expediente pasó 14 meses en el tribunal supremo, entre octubre de 2007 y diciembre de 2008, –con una reelección presidencial en medio- la Suprema declaró inadmisible –con el voto de Subero- el recurso de inconstitucionalidad sometido por el Partido Revolucionario Dominicano y el Foro Social Alternativo.
Si como dice Subero Isa la Declaración Jurada de Bienes es suficiente para determinar el incremento del patrimonio de un funcionario, ¿por qué en este país ni un solo político ha tenido que rendir cuentas ante un tribunal en los últimos diez años a pesar de que no pocos de ellos han hecho un ascenso económico meteórico y hoy tienen más bienes que empresarios que han trabajado por tres generaciones?
Si aquí hubiera voluntad para enjuiciar la corrupción y el crimen, Arturo del Tiempo Marqués no hubiera hecho de este país un paraíso para traficar cocaína hacia su país, España, donde en marzo de 2010 cayó atrapado con más de mil kilos de esa droga llevada de República Dominicana y quedó en evidencia que era un socio privilegiado de funcionarios públicos de alto nivel, pero aquí nadie ha tenido que rendir cuentas y solo fue arrestado un colombiano llamado Germán Eduardo Duque García, quien pronto quedó en libertad condicionada, pero desapareció sin dejar rastro.
Por la falta de voluntad fue que el banco comercial estatal que le prestó casi mil millones de pesos a ese capo, nunca fue enjuiciado por lavado de activos como establece la ley, pero sí lo fue la Casa de Cambio Hermanos Solano por iguales prácticas con Manuel Emilio Mesa Beltré (El Gringo), condenado por tráfico de drogas en el barrio Capotillo, con quien habría negociado cerca de 30 millones de pesos.
Es cierto, magistrado Subero, falta voluntad, pero la justicia que usted preside ha perdido oportunidades extraordinarias de dar una lección a los políticos corruptos y a los funcionarios que se burlan de la ley.
Así "los ciudadanos" no pueden "empeñarse en denunciar la corrupción" como pide Subero Isa, porque la sanción más importante a que se expone un funcionario, lo repito, es a que le retiren la visa que les permite viajar a Estados Unidos. Nada más.
En beneficio de la carrera de Subero Isa yo tengo que admitir que el Poder Ejecutivo tampoco le da los fondos que corresponden al Poder Judicial para garantizar su independencia, y que si él no fuera una persona honrada, como su familia, la cosa pudiera estar peor.