Ya lo he repetido hasta la saciedad, a la diplomacia dominicana le sucede cualquier sorpresa. Desde la más inesperada hasta la más la pautada, como aquella que se repetía ¿romperá República Dominicana relaciones con Taiwán? Como va la cosa, en un  encuentro menor de una negociación mayor, se deja caer una pieza menor, un caballo de ajedrez, desde el Tablero de Juego. Hay que entender lo que se quiere entender: es un movimiento para dentro de diez años, cuando el libre comercio cuente y esté bajo control.

A China hay que seguirla por la búsqueda de los consensos, como es el bloque africano, la orquestación para tratar la “cuestión china” sin que nadie tomara nota del alacrán que iban a soltar y los pretendientes  están de vacaciones de verano (Eso explica Miguelón).

Nos lleva a considerar los siguientes efectos, dos  menores y uno no tan menor e inmediato: el primero, se pone en marcha el juego de  “Un Nuevo Orden Mundial”  que se pretende a través del Estrecho de Taiwán y el Canal de la Mona, algo así como una Pax Asiática…. Y, en segundo, posiciona aliados para un objetivo político: la Crisis Americana de Democracia, cuando de las debacles electorales se quieran armar en ejércitos de  salvación nacional.

Lo primero, una causa posible. Lo segundo, una causa probable. Se salen de la lógica occidental de que los problemas latinoamericanos eran potestad del patio propio. Una probabilidad que va a evolucionar si el fin de la pretensión del aislamiento nuclear de la evolución Iraní funcionara luego del rompimiento del equilibrio medio oriental, siendo el efecto no tan menor e inmediato.

Preparémonos, Dominicana entrar a jugar grandes ligas y no es de béisbol. Estamos ensayando desde cuando el  Dr. Víctor Gómez Bergés buscaba la candidatura de Secretario General de la OEA

Comenzaremos jugando a ser gobiernos regionales, creando la solidaridad entre todos.