El artículo de Pérez Reverte, http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/1038/los-godos-del-emperador-valente/ , respetado autor respaldando usualmente la derecha dura, ofrece claras perspectivas. Su visión es compartida por muchos y opuesta, esperamos, por hombres de la estatura del Papa Francisco. La tesis queda planteada entre líneas: a los inmigrantes hay que eliminarlos antes que ellos nos eliminen, tal como le ocurriese a la Roma Imperial.
Roma, con su disciplina, tecnología, e instituciones, creció y conquistó tierras y vecinos. Mas valores sanos creando la República los prostituyó el Imperio. Y este eliminaba los asentamientos humanos de otros para obtener esclavos y darle tierra a sus falanges y soldurios. La prostitución causo la corrupción interna. Esta implosión, como fuera sufrida por la Unión Soviética, tanto debilitó al Imperio que obligó a sus generales a forjar alianzas con las tribus más poderosas .
En el ocaso romano, Flavio Aecio, por ejemplo, tuvo un gran aliado en el rey visigodo Teodorico I junto con quien, apoyado por otras tribus, vencieron a los hunos y sus aliados. El gran estratega Flavio no los arrasó al creer prudente preservarlos; en su rejuego, estos podrían eventualmente luchar bajo el en contra de los mismos visigodos ( o realmente por no poder acabarlos–la historia ofrece varias versiones). ¿Que le paso al general Flavio Aecio, conocido en la historia como el último romano por su enorme capacidad de mantener a los bárbaros ( o sea, los otros) a raya sin contar con un verdadero ejército romano? Lo asesino el emperador Valentiano III, por celos (estos retazos históricos forman parte de la película Gladiador).
Los soldados y oficiales romanos perdían sus tierra a los políticos, su familia era vendida en esclavitud por los recaudadores de impuestos, y quienes luchaban solo recibían castigos por mantener a las masas “en su lugar.” Las huestes romanas desaparecieron. ¿Cuál será la versión mas probable: un panorama dominado por descomposición interna o la debilidad ante la ofensiva externa?
La inmigración, cuya presión siempre ha existido, rara vez vence a las naciones; si hay poder y la voluntad política de usarlo, se puede controlar y manejar. Si no, de cara al vacío creado por la corrupción, le deluge. Corruptos Lords ingleses controlaban Irlanda—¡Viva Irlanda libre! Las masas sirias se arrastran sobre caminos de corrupción y múltiples contubernios. Como los desesperados emigrantes cruzando los desiertos de Texas y Arizona, no pocos perecen en el camino hacia la esperanza. ¿Bombardear y ametrallar hasta eliminarlos a todos? Esa implícita salida nos ha obligado a bosquejar estas líneas. ¿O eliminando rápidamente las raíces de su emigración?
La dinastía Bush creó el caos en Irak y en el medio oriente; aquellas convulsiones traen estas migraciones. Pero el grupo energético Cheney pudo mantener artificialmente el precio del barril del petróleo por encima de los $120/barril. El “imbécil” presidente, a la Pérez-Reverte, no fracasó, triunfó. Sus aventuras energéticas si animaron a Al Qaeda y a ISIS. Ahora la dinastía y su grupo (por ejemplo, los petroleros Hnos. Koch) invierten millones y millones para montar a Ted Cruz en la Casa Blanca. ¿Irán, por ti vamos? ¿Mayor presión migratoria mientras el precio del petróleo sube a sus altos niveles artificiales?
Ni Al Qaeda y mucho menos ISIS pueden existir sin enormes transferencias financieras, logísticas y bélicas. ¿Quiénes le financian? ¿No sería mas practico destruir completamente a quienes causan estas migraciones del terror? ¿A ellos y a quienes le financian—no importa los poderosos intereses escudándoles? Europa puede.
En las arenas movedizas de la migración y del medio oriente, los surcos rectos no son, más esos bueyes saben arar profundo…a su manera.