Los intentos de influir en el ascenso y la caída de los líderes de un grupo en otros grupos sociales han sido comunes desde que los grupos sociales comenzaron a existir. Los más poderosos a menudo imponen su voluntad a los más débiles.
En los últimos tiempos, esta influencia ha seguido diversas opciones: un líder en un país elogia abiertamente su favorito en el extranjero, "espacio promocional" para candidatos extranjeros preferidos, la promoción o la supresión de la "mala" imagen de noticias, el Ministerio de Hacienda señala la posibilidad de nuevas líneas de crédito o su cierre, la apertura de información sensible, y similares.
En general, los agentes del gobierno llevan a cabo estas prácticas abiertamente, legalmente y con pocas preguntas. Sin embargo, las naciones más poderosas a menudo han salido del marco legal aceptado por las naciones civilizadas. El uso de practicas perversas va desde lo sutil (propaganda negra, chantaje), a través de operaciones especiales sobre el terrorismo de Estado, a enfrentamientos violentos sin tapujos (Bahía de Cochinos). Los de la Unión Americana, la temida diplomacia de la Pérfida Albión, la inteligencia soviética (Gulags de Stalin), la china y la francesa (Argel) han utilizado éstos y otros, tanto en su propio país como en el extranjero. No se puede generalizar, la insignificante Cuba ha dominado el juego en América Latina, especialmente en Venezuela. El enjuiciamiento sobre su nobleza o malicia normalmente se reduce a de quien son los agentes: "sus" bastardos o "nuestros" bastardos.
En un pasado cercano, la piratería informática y la banda ancha añaden esotéricas – aun difícil de contener – flechas a la aljaba. Estos, ejemplificados por WikiLeaks, han ganado popularidad entre quienes tienen el poder para jugar con el mundo, los billonarios sobre todo en los EEUU e Inglaterra. El poderoso caballero, Don Dinero, crea peculiares alianzas.
Estas flechas, lanzadas recientemente en las lides francesas para derrotar a MACRON y entronar a la candidata de la extrema derecha, Le Pen, abiertamente preferida por Putin y Trump, fueron interceptados a tiempo, los medios siguieron una disciplina admirable y los franceses mostraron una madurez política muy superior a británicos o estadounidenses. Si las flechas hubieran volado a su diana, Le Pen habría ganado.
Tristemente, esto no se ha acabado aun; las democracias pagarán un alto precio por la aplicación generalizada de esta tecnología. (Facebook ya está aconsejando a los británicos escepticismos de lo que leen en las elecciones del próximo mes (la votación sobre la retirada del Reino Unido de la UE supuestamente fue moldeada por estas técnicas deplorables).
La saga continúa. Todos debemos temer represalias brutales si aparecen los verdaderos nombres y agentes (no los “elegidos” para cargar el muerto). Hombres poderosos como Putin han probado su crueldad, y no tendrán compunción en lastimar, y herir a quienes se atrevan a descubrirles. Estas maniobras ostentan un común denominador: Sólo los poderosos pueden apoyarlas moviendo sus palancas, abriendo fuentes de información confidencial y las puertas a los “sanctus” de las grandes potencias, y financiando los abultados fondos requeridos. Fundamentalmente importantes, solo quienes detentan el poder de castigar terminalmente cualquier fuga revelando "quién había hecho qué a quién" se mantienen en este peligroso juego.
Mas estas esotéricas técnicas solo son la punta del témpano emergiendo del océano de conocimiento. Occidente está entrando en tiempos turbulentos en los que la robótica, la Inteligencia Artificial (máquinas aprendiendo y reproduciéndose por si mismas), las grandes bases de datos y sus análisis, las redes neuronales profundas y la inteligencia mejorada (por ejemplo, la interfaz cerebro-máquina) cambiarán nuestra civilización a un ritmo nunca antes visto, superando con creces la velocidad de propagación de teléfonos móviles.
No cabe duda este vertiginoso despliegue causara fuertes tensiones en el mercado laboral de todo el mundo. Con camiones automáticos, no harán falta sus choferes o con robots en la línea, zonas francas. Quizás víctima de la confusión, aparentemente los líderes estadounidenses parecen haber priorizado la eliminación de los seres humanos y su sustitución por las soluciones de cuarta revolución industrial. ¿Hemos elegido, en nuestra ingenuidad, no a nuestros representantes, sino a quienes solamente representan los intereses de quienes serán los dueños de los robots?
Mientras tanto, la marcha con paso de ganso transformando nuestro sistema de gobierno altamente acertado de los padres Fundadores-Lincoln-FDR de chequeos, de balances y de equidad dinámica (según el signo de los tiempos), en un sistema de los ricos, para los ricos, y por los ricos avanza aplastando todo a su paso.
Los políticos republicanos en el Congreso Americano aplauden las medidas aprobadas sin importarles que las mismas causaran la muerte prematura de los bebés, niños, ancianos y los débiles, con los recortes profundos en el cuidado de la salud del pueblo aprobado, le dan manga ancha y sin controles reales a empresas químicas como Dow Chemicol en sus pesticidas más peligrosos, y eliminan los controles de calidad en la comida y la medicina consumida por los estadounidenses y exportada al resto del mundo. Mas el camino al infierno esta lleno de malas intenciones, esta aparentemente ilimitada maldad será detenida.
Se avecinan tiempos borrascosos. A estos Imperiales no les gusta perder y mucho perdieron en Francia, ¿cual será la consecuencia?
Oremos por el futuro de nuestros hijos…la batalla solo ha comenzado.