A-WEB son las siglas en inglés de la Asociación Mundial de Órganos Electorales, la cual sesionó en la República Dominicana del 18 al 21 del presente mes. La A-WEB  desarrolló en el país su 2da. Asamblea General y su Conferencia Internacional. A la República Dominicana se le otorgó la dirección del organismo mundial  por dos años, en la persona del Dr. Roberto Rosario Márquez, Presidente de la Junta Central Electoral-JCE-.

Los temas tratados en el trascendental evento electoral  mundial fueron: Institucionalidad necesaria para garantizar la integridad electoral; financiamiento de la política, partidos políticos y la participación; la revolución tecnológica y su impacto en los procesos electorales; y los medios de comunicación social, su responsabilidad y presencia.

En el siglo pasado el país tuvo dos intervenciones militares (1916, 1965)   de la nación más poderosa de la tierra, Estados Unidos de América; una dictadura de 30 años, de las más oprobiosas en la historia mundial; y constantes períodos de  gran inestabilidad política. Para las próximas elecciones de mayo de 2016 hará ya 20 años que se sigue  un proceso continuo y ascendente de fortalecimiento de la democracia electoral en la República Dominicana y es por tanto  un justo y merecido  reconocimiento de la A-WEB al país.

La democracia electoral junto a las libertades públicas  conquistadas  por el país es hoy una incuestionable realidad, que hay que vigilar y seguir fortaleciendo constantemente.  Y nunca olvidar las miles de vidas perdidas en su nombre y otros inmensos sacrificios a través de la historia, en aras de alcanzar el progreso que hoy se reconoce a nivel internacional.

Si bien se ha avanzado en el  cuanto a los órganos electores, no ha sido así en cuanto a los partidos políticos. Lo cual es un verdadero obstáculo para nuevos niveles de progreso de la democracia electoral.

Es tiempo ya de la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas.  Limitar los recursos económicos  de los partidos al financiamiento público sería un factor de auténtica democracia, como lo sería también que las aspiraciones a cargos de elección sean sometidas a verdaderos escrutinios más allá de la compra de conciencia en sus distintas formas. Lo mismo que fomentar la formación política como factor del desarrollo de los liderazgos y la auténtica competitividad al interior de los partidos.

A 16 años de la primera propuesta de Ley de Partidos es una evidencia incuestionable el gran retraso que significa que aún no se haya aprobado, lo cual  no se corresponde con el avance de los órganos electorales reconocidos hoy a nivel mundial por la A-WEB.