El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, a través de su órgano Electoral Plurinacional emitió el cómputo final de las elecciones generales 2020. Con la participación del 88.4% de los electores, esto es un hito.
La votación es una de las más alta de su historia y una de las más elevadas de América Latina en el Siglo XX1. Para el sistema democrático de Bolivia, aquí está su principal capital político, ellos creen en la democracia, sus partidos políticos y órgano electoral.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), suspendió las encuestas a boca de urnas, en la cultura política de los bolivianos las encuestas de este tipo son una tradición, y adelantan resultados creíbles a la población.
Al vencimiento del plazo de la medianoche del pasado 18 de octubre, estas encuestadoras divulgaron sus resultados, dando a Luis Arce y David Choquenhuanca del Movimiento al Socialismo (MAS), una proyección del 52% en la intención de votos, mientras que a Carlos Mesa lo situaba en menos de un 30%.
¿A pesar de los errores, por qué pudo regresar el Movimiento al Socialismo (MAS) al poder? Primero el reconocimiento autocrítico de su líder histórico Evo Morales, dejando claro que fue un error presentarse a las elecciones del 2019, además, esto estuvo precedido por la famosa «interpretación» del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia, que le otorgó una sentencia habilitante.
El aporte político del MAS es una reforma constitucional año 2009, inclusiva, democrática y participativa, no excluyente, no autoritaria, no personalista. Esta reforma dio presencia política real al indigenismo. En las cuatro ciudades del eje del país: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, aunque el MAS volvió a perder en Santa Cruz, estas concentran gran influencia y poder. Evo Morales es un aymara que junto con los amerindios forman los grupos dominantes, además es un hablante del quechua.
El registro civil en Bolivia alcanza 97,35%, fuertemente saneado, sin suplantaciones, mínimo de cédulas falsas o alto nivel de falsedad de actas. Esto permite un padrón de cedulados idóneo y un padrón electoral confiable. Las observaciones al proceso electoral del 2019, fue porque en el departamento de Cochabamba, por ejemplo, el MAS alcanzó el 98% de los votos, y ahora lo incrementó.
El Movimiento al Socialismo es una realidad transformadora de la sociedad boliviana, alejado prácticas autoritarias y economicistas, ha formado una nueva sociedad que se empodera, el arquitecto de ese cambio es Luis Arce, economista responsable de las principales políticas públicas que han impactado la población indígena y el crecimiento nacional.
En lo económico el MAS regresa porque en Bolivia, según la CEPAL, a partir del 2006 el gasto social se elevó al 39% y el componente de salud en este gasto fue de un 29%. Los gobiernos del MAS eliminaron el analfabetismo, con inflación moderada de menos de 10%, aprovechamiento de los altos precios de los commodities, durante el boom de las materias primas.
Se produjo una alta reducción de la pobreza y un incremento de la clase media en Bolivia, que se ha duplicado pasando de 18% a 38% de los hogares entre 2000 y 2012. En los datos más recientes el Banco Mundial establece que para el 2019 el PIB en Bolivia era de unos 29.702,64 millones de dólares. Además no hubo escándalos de corrupción, como el de Odebrecht, que sacudieron parte importante de la clase política Latinoamericana.
En el plano político las lecciones de Bolivia son entre otras, primero haber conservado su principal capital político, líder histórico Evo Morales. Segundo, una correcta articulación de la boleta electoral con el icono del progreso Luis Arce junto a David Choquenhuanca líder indigenista. Tercero el MAS no se dividió, sus estructuras partidarias se mantuvieron intactas, su visión y misión de cara al electorado nacional se mantiene. El MAS no perdió las elecciones fruto de una «renuncia» con tanquetas en calles, el MAS recesó transitoriamente en el poder. Cuarto el MAS mantuvo el respaldo de los distintos movimientos indígenas y de la clase media boliviana que le apoyó.
El futuro del liderazgo del MAS no era incierto, debido a que su cúpula política no afronta procesos de corrupción en la justicia de su país. Por eso bajo la consigna: Volver, Volver Nosotros Vamos a Volver, regresó el MAS.