Esta vida, llena de tantas lamentaciones, sufrimientos, injusticias y todo tipo de perversiones, se nos hace duro levantarnos cada día y encontrar las fuerzas para ponernos en nuestros pies, que duro es tener que vivir la vida que vivimos, nuestro territorio tan rico, tan lleno de vida, su mayor riqueza su gente, los seres humanos que vivimos aquí, quienes a pesar de tantos pesares, aun sonríen con la alegría del espíritu inocente que solo busca la vida digna y decente.
La suerte de los pueblos siempre ha estado determinada por su clase gobernante, de los personajes que dirigen los rumbos nacionales, su clase política, sí es así, de ellos penden nuestras vidas, lamentablemente para nuestro pueblo es así, estamos encadenados a un grupo de hombres y mujeres que abandonaron los buenos hábitos de amor patrio y sensibilidad social, han sido esos hombres y mujeres políticos los que han trazados las líneas maestras de nuestra nación en los últimos tiempos.
¿Hasta cuando Dios mío, veras a tu amado pueblo atrapado a estas maléficas y mafiosas redes de hombres y mujeres políticos corrompidos dirigiendo nuestros destinos? A pesar de lo que vivimos, gracias a Dios somos un pueblo con una historia empapada de gloria patria, la heroicidad de los hombres y mujeres de buena voluntad jamás ha abandonado a nuestro pueblo bueno e inocente. Y esto ha sido así porque nuestro pueblo es un pueblo temeroso de Dios, ha puesto sus esperanzas y grande fe en el primer fundamento de la Patria amada: DIOS.
Yo tengo absoluta fe en Dios que muy pronto nuestro pueblo se organizará en una fuerza invencible haciendo posible un nuevo despertar de esperanzas, de justicia, felicidad y paz. Dios jamás nos abandonará ante los peligros que nos amenazan, son grandes y poderosos los enemigos de la Causa Dominicana, pero ante la presencia de Dios son insignificantes. Nos espera una época gloriosa, el amor de Dios derramado a su pueblo nos hará resurgir desde lo más profundo de nuestra conciencia nacional, será revelada la dominicanidad develada en todo su esplendor divino.
Buenos dominicanos emprenden esfuerzos loables por la recuperación de la dignidad de los pobres y marginados de nuestra sociedad , luchan contra la hegemónica política partidaria secuestrada por más de cuatro décadas y un lustro, sin lugar a dudas, esta última, responsable directa de las miserias que laceran el porvenir de la Patria de Duarte y los Trinitarios, proponen un cambio profundo del sistema político nacional.
Los esfuerzos de esos buenos dominicanos y dominicanas que han alcanzado notoriedad en nuestra nación hasta el momento están divididos unos de otros, lucen desorganizados y sin el apoyo popular requerido, pero esto es por ahora, porque el pueblo irá despertando gracias al esfuerzo de los verdaderos dominicanos de buena voluntad, Dios seguirá alimentando una opción de esperanza para el bien de la nación.
Fidel Santana, Guillermo Moreno, Eduardo Estrella y ahora Minou Tavares Mirabal, brillan en esa nueva constelación política que se comienza a dibujar en el horizonte de la Patria. Apartados completamente de los partidos tradicionales del sistema que han traicionado tantas veces la fe de su pueblo. En el año 2016 tendremos realmente dos opciones para elegir el país que soñamos, por un lado estarán los que han apostado a la corrupción mafiosa, a la mentira, la impunidad y la entrega descarada de nuestras riquezas, y por el otro, las propuestas que apuestan a la decencia en el manejo de la cosa pública, la defensa de nuestro patrimonio, la aplicación de sanciones ejemplarizantes para todos los que han profanado con su accionar publico nuestras instituciones democráticas, la apuesta a políticas incluyentes y el compromiso de luchar contra la epidemia de la pobreza que nos martiriza.
En el año 2016 nuestro pueblo despertará de la pesadilla vivida con estas corporaciones endemoniadas de corrupción, asesinatos y toda especie de peculado. Dios hará surgir esa fuerza inmaculada que dará al traste con todo lo malo y enfermo que se ha infiltrado en el tejido social por tanto tiempo. Así es para la Gloria y Honra de nuestro Dios. Esto será así si el Presidente Danilo Medina Sánchez no se sacude de toda la aberración que le rodea y asume su responsabilidad de Estadista ante la historia emancipadora de nuestro pueblo. ¡Despertaremos!