Cuando un analista comienza el proceso de analizar un país para determinar su nivel de riesgo soberano, existe una amplia gama de indicadores disponibles que puede utilizar.
Por ejemplo, el nivel de deuda pública como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) es uno de los indicadores más importantes ya que provee una idea sobre qué tan endeudado está el país en comparación con países similares. Además, puede ser utilizado para determinar qué tan sostenible es dicho nivel de endeudamiento.
La relación entre el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y el PIB se utiliza para determinar si el país tiene fuertes desequilibrios en su comercio internacional que pudieran generar problemas en el mercado cambiario.
Asimismo, el déficit fiscal expresado como porcentaje del PIB se utiliza para determinar cuál es la situación de las finanzas públicas y si existe la posibilidad de que el Gobierno de dicho país tenga que seguir endeudándose y/o se vea obligado a tomar medidas para aumentar impuestos o recortar gastos.
Ahora bien, otro de los indicadores utilizados por los analistas consiste en la fecha de las próximas elecciones. A primera vista parecería un poco extraño pero debemos reconocer que, especialmente en países como el nuestro, las elecciones pueden implicar fuertes cambios en el manejo de la política económica.
Si se entiende que un país va por buen camino, un cambio de gobierno pudiera deteriorar las expectativas. De igual manera, si se entiende que las cosas no se están manejando bien, un cambio de gobierno pudiera conllevar un cambio positivo en las expectativas.
Les comento todo esto meramente como introducción para compartir con ustedes algo que entiendo puede ser útil.

Las tres etapas
En primer lugar, me interesa dejar claro en sus mentes que las elecciones generan incertidumbre. Es un hecho innegable.
Generan incertidumbre en el empresario, en el ciudadano y en los analistas e inversionistas internacionales.
En el caso dominicano, las próximas elecciones presidenciales de 2012 tomarán lugar en medio de circunstancias que incrementan aún más la incertidumbre usualmente asociada con estos procesos.
De hecho, una persona quien admiro mucho me decía recientemente que podemos dividir el año 2012 en tres etapas.
En una primera etapa se incluye el período desde inicio de año hasta la celebración de las elecciones el 16 de mayo. Es altamente probable que, en este período, se registrará un fuerte dinamismo del gasto público en obras de infraestructura y, por tanto, habrá dinero circulando en la economía.
Una segunda etapa sería el período de transición, es decir, desde el 16 de mayo hasta la toma de posesión el 16 de agosto. Lo que ocurrirá en estos meses en términos de manejo de la economía es altamente difícil de predecir ya que dependerá totalmente de los resultados de las elecciones.
Una tercera etapa y final etapa sería el tiempo desde la toma de posesión el 16 de agosto y el final de año. Este período será muy difícil para la economía dominicana ya que entiendo hay fuertes ajustes que deben realizarse y todo parece indicar que el momento “ideal” para hacerlos sería justamente con un nuevo gobierno.
En efecto, funcionarios del actual Gobierno han afirmado que, por ejemplo, lo más recomendable sería realizar una reforma fiscal integral luego de la toma de posesión ya que el costo político de la misma sería amortizado en el tiempo y sus efectos positivos se sentirían antes de que dicho gobierno finalice su mandato.

Complicaciones
Tomando en consideración todo lo anterior, lamentablemente, debo decirles que hay otros dos aspectos que me parece complican aún más el escenario para 2012.
En primer lugar, las perspectivas para la economía global no son buenas. Los problemas en países europeos cada día van empeorando y esto tendrá fuertes repercusiones sobre la economía mundial, sobre la economía de los Estados Unidos y sobre la economía dominicana.
En segundo lugar, debemos tomar en consideración la situación actual del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cuando se aprobaron la quinta y sexta revisiones al acuerdo a mediados de año, el Gobierno prometió la implementación de una tarifa “técnica” para la electricidad en septiembre. Esto no ha ocurrido y, por tanto, se han atrasado las revisiones del acuerdo y sus respectivos desembolsos de recursos. No está claro cómo el Gobierno piensa lograr la aprobación de las revisiones pendientes o si, por el contrario, va a preferir dejar a un lado las negociaciones con el FMI.

Prudencia
Mi intención al escribir y compartir esto con ustedes no es causar miedo o generar la impresión de que estamos en “crisis”.
Lo que sí me interesa es que todos estemos preparados.
Entiendo que son momentos para ser prudentes.
La prudencia implica tomar acciones en el día de hoy para prepararnos para el futuro.
El empresario debe analizar cuidadosamente la situación y perspectivas de su empresa y tomar las medidas que considere más acertadas para garantizar el éxito de la misma.
De igual manera, todos debemos analizar cuidadosamente la economía de nuestro hogar y adoptar medidas para corregir lo que no está marchando bien.
Estoy convencido que encontraremos muchas oportunidades y que, de igual manera, será un tiempo de mucho aprendizaje.